El Primer Castigo

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Capítulo 6

Mi corazón latía  como caballos en galope estaba ante el castigo de el hombre que me había escogido y que yo había aceptado como novio pero también como Amo ¿cómo podría castigarme por bailar? Pero él me lo había dicho que esa noche era solo de él, me había dado una orden y yo la desobedecí.

--Gianna espérame como me gusta, te daré diez minutos para que estés lista.

Su voz fue enérgica, llena de enojo ni siquiera me miró al hablar, solo señaló aquella puerta, al estar frente de ella no podía evitar pensar en que me encontraría, si al abrir había una mazmorra de esas que dicen que tienen los dominantes, pero no encontré nada de eso era una habitación normal elegante con dos lámparas encendidas que dejaban la habitación a media luz, me quité la ropa rápidamente y de rodillas frente a la puerta con las manos en la espalda y la mirada hacia abajo lo esperé.

Escuché la puerta abrirse y todo mi ser se tenso, en ese momento mi garganta no se si eran los nervios o porque me quedé sin saliva en ese instante al escuchar sus pasos y decirme :

--Pequeña mía has cometido una falta y debes pagar tu desobediencia, te di una orden y era que esta noche solo serias mía y no bailarías con nadie y antes que me digas que lo hiciste porque baile con otras mujeres yo podía hacerlo tú tenias que acatar lo que te había ordenado, debías comportarte a la altura de una dama y no bailar con ese que toda la noche en sus ojos se veía que en quería devorarte.

Sentí sus manos acariciar mi cabello al mismo tiempo que colocaba algo en mi boca lo había visto más no sabía como se llamaba, con eso me quedo estaba impidiendo el habla, era una bola de gónadas que sujeto en la parte de atrás de mi cabeza.

--Dolcezza mia intenta no ahogarte y trata de tragar gradualmente. Esto se llama ball gag es una mordaza que impide el habla.

Su tono era frío, su cuerpo estaba rígido y traía una corbata con la que me vendo los ojos, luego amarro mis manos hacia adelante y paso algo frío sobre mi espalda, no podía hablar, tampoco ver cuando con voz enérgica me dijo :

--Una sumisa debe obedecer, debe acatar cualquier orden en una sesión excepto cuando nombra su palabra seguridad porque siente que está pasando por sus límites, así que si al seguir tu castigo  sientes que lo estás pasando solo debes alzar las manos y yo lo entenderé ya que no puedes hablar principessa.

Sentí el chasqueo de su fusta lo cual me heló la piel pero al mismo tiempo disfrutaba era difícil de explicar y de entender lo que en ese momento sentía, escuché que colocó silence de Bettoven cuando al rato sentí el primer latigazo en mis glúteos, mi cuerpo se contorsiono y varias corrientes eléctricas recorrieron mi ser completamente, se acercó a mi mordiendo mi labio inferior y luego mi mentón sabía que estaba al frente de mi por su olor, por sus labios rozando los míos, sentí sus manos separar mis piernas un poco e introducir algo en mi interior a lo cual sentí placer y jadee, luego sentí también la presión de algo en mis senos y mi cuerpo se sacudía, era una tortura no poder hablar y sobre todo no poder verlo, era dolor con placer al mismo tiempo, estaba sintiendo ese arrepentimiento por desobedecerle y lloré cuando sentí el llanto segundo latigazo, mi piel ardía, sentí que él estaba muy molesto cuando me dijo :

---Coqueteaste con él estando yo delante de ti, disfrutaba cuando sus asquerosas manos tomaron tu cintura, sonreías Gianna cuando te hablaba al oído mientras el mordía sus labios al mirarte, no hiciste nada para apartarlo de ti, me fallaste esta noche caramella.

Me había llamado por mi nombre al mismo tiempo que soltó un suspiro.

En ese instante sentí que el objeto introducido en mi interior empezó a vibrar era un martirio ya no podía más pero cuando sintió que yo estaba al limite lo apago, el sudor corría por mi frente y justo cuando dio el tercer latigazo alce mis brazos que estaban amarrados, ya no podía más, él se detuvo, lloré y mis pulmones pedían aire, mi pecho se sentía comprimido había sentido el dolor y la rabia en sus palabras.

El Sentir De Una Sumisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora