Desde aquel primer fatal intento de confesión tuvo la intención de informarle a Doyoung que él había sido el autor la carta. Tras discutir con Johnny por: 1) No tener el maldito trabajo listo, y 2) Convencerlo de escribir una maldita carta y no recordarle firmarla, lo primero que hicieron fue ir a imprimir el proyecto que lo condujo a tal desgracia. Luego, Johnny le recalcó la importancia de aclarar el malentendido, de inmediato.
Lo intentó, de verdad que si, pero todo el valor lo había consumido en escribir y colocar el papel en la mochila del menor. Cada día se decía que lo intentaría la próxima vez que se encontraran, día tras día, intento tras intento. ¿Cómo podía hacerlo? Doyoung era demasiado intimidante con su rostro de conejo, recordándole lo mucho que disfrutaba de su amistad, de las charlas por teléfono nocturnas cuando alguno de los dos estaba aburrido, de salir por las tardes a pasear y perder el tiempo, recordándole todo lo que podría perder si revelaba quién había sido el responsable de esa nota. Le fue entonces imposible retomar el coraje tras esa aterradora experiencia del pasillo, quizás era una advertencia del destino y no un accidente, tal vez lo mejor era no confesarse después de todo.
— ¿Supiste quién te dejó esa carta? —Preguntó en una ocasión, estaban en el departamento del menor, aquel que compartía con su hermano mayor, era costumbre ir a cenar con ellos algunas veces a la semana.
— No, supongo que fue en verdad una broma. —Comentó Doyoung, colocando los platos en la mesa.
— ¿Hablan de esa carta que recibió Doie? —Gongmyung, el hermano de Doyoung, apareció en el comedor para dejar un gran tazón de ensalada sobre la mesa y contribuir a la conversación.— Debiste verlo Tae, estaba muy emocionado.
— ¡Claro que no! —Exclamó el mencionado, mirando a su hermano con disgusto.
— Claro que sí. —Gongmyung caminó hasta Taeyong, se acercó a este como si estuviera por contarle un secreto.— Él nunca lo va a admitir, pero le gustó mucho, si de verdad es una broma voy a partirle la cara a quien se atrevió a jugar con mi hermano, ¿Me ayudarás, verdad?
— Por supuesto. —Respondió asintiendo deprisa, después de todo él también quería golpearse a sí mismo por tan mala idea. Aunque tampoco estaba muy emocionado por recibir la furia Kim Gongmyung.
— Dejen de hablar de tonterías, ni que me hubiera importado tanto.
— ¿Entonces por qué aún la guardas?
Taeyong mira de inmediato a Doyoung, buscando algún indicio en su rostro que confirmara la veracidad de aquella declaración, el mencionado tan sólo bufó y más allá de decirle a su hermano que dejara de meterse en sus asuntos y que terminara de poner la mesa, no volvieron a mencionar el tema durante toda la cena.
Tras la comida él y Doyoung fueron a la habitación de este para elaborar sus propias tareas, cada quien con sus respectivos libros y libretas, el pelinegro podía concentrarse casi a la perfección a pesar de tenerlo allí (molestándolo y tratando de llamar su atención cada que se aburría), cosa que siempre envidiará de él, Taeyong, en cambio, roba vistazos entre las letras y el rostro de su amigo, de por si era ya difícil comprometerse en días normales a estudiar, ahora con lo que había escuchado allá afuera era prácticamente imposible. No pudo más con su curiosidad y decidió probar su suerte.
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Cᴀʀᴛᴀs ᴅᴇ ᴜɴ Aɴᴏ́ɴɪᴍᴏ ❥⧽ : Dotae
FanfictionTaeyong, demasiado temeroso de confesar cara a cara su amor, envía cartas anónimas a Doyoung; podría seguir con aquella costumbre de no ser porque las cosas se complicaron más de lo que esperaba. "𝑆𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝘩𝑒 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑒𝑠 �...