Espada Humeante

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Era una mañana como cualquier otra en el pueblo de Zarho, el rey recibía a los pobladores en su castillo, dispuesto a atender todas sus súplicas, pues él era un monarca benevolente que hacía todo lo posible por mantener feliz a su gente. Todo transcurría con normalidad en Zarho, cuando de pronto, apareció un portal en medio del pueblo, y de éste salieron una gran cantidad de niños de piel azul, dientes afilados y aspecto demoníaco, que corrían y gritaban turbando la paz del pueblo.

- ¿Qué han dicho? -preguntó asustado el rey, pues no era capaz de comprender lo que le decía su gente, que aterrada llegaba al castillo en busca de refugió- ¿Es verdad lo que me están diciendo? ¿Pero de dónde pudieron haber salido esas criaturas? -Volvió a preguntar el rey, luego de escuchar las manifestaciones de los aterrados pobladores. 

Pasaban los minutos y los zarhianos seguían llegando al castillo, hasta que llegaron los grotescos niños azules, y el rey al verlos se dio cuenta de que lo dicho por su gente era completamente cierto y no pudo evitar sentir miedo. Los gritos desgarradores no se hicieron esperar, pues todos a excepción del rey estaban siendo torturados por los infantes, quienes disfrutaban arrancarles la lengua, el cabello, las uñas y en algunos casos hasta los ojos a los indefensos pobladores. Frente a todo lo ocurrido, el rechoncho monarca se quedó inmóvil sin saber qué hacer, pues no hallaba la forma de salir del castillo sin ser brutalmente torturado por los pequeños demonios azules, y parecía estar condenado a ser el único espectador de tan brutales actos de crueldad.

- ¡Deténganse, acabó la diversión! -dijo una esbelta dama de piel azul, que por lo visto tenía el control sobre los infantes, que al oír su voz dejaron en paz a los pobres zarhianos y guardaron silencio.

- ¿Quién eres tú? ¿Porque......? -preguntó el rey, pero fue interrumpido por la bella dama de piel azul.

- ¡Guarda silencio, estúpido y ponte de pie! ¡Desde ahora yo reino en Zarho! ¡Mis niños, todos a él, son libres de hacerle lo que deseen! –Habló así la dama azul- Ya saben, sin matarlo, sin matar a nadie, sólo diviértanse con ellos, mis lindos niños.

Inmediatamente, los pequeños rodearon al monarca y se le abalanzaron, mordiéndolo, rasguñándolo y quitándole uno a uno sus dientes, causándole un dolor insoportable como nunca antes había sentido.

A las afueras del pueblo de Zarho, que ahora lucía desolado debido a la visita de las criaturas azules, apareció un pequeño grupo de seres que habían sobrevivido a la explosión de un planeta llamado Unam; segundos después al lado de ellos se abrió un portal, y por este paso un ser de piel azul, calvo, de orejas puntiagudas y grandes músculos, que también formaba parte del equipo, y Tukino, el líder de la agrupación, al verlo le dijo:

-Suyoph, amigo, nos alegra mucho que sigas con vida, aunque ahora luzcas distinto, pero eso es lo de menos, lo importante es que sobreviviste, con el tiempo nos acostumbraremos a tu nueva apariencia y a tus nuevos poderes.

Una de las presentes, cuyo nombre era Fozata (quién hasta hace poco era la princesa del ahora destruido, planeta Unam) interrumpió al mago, para decirle:

-Tukino, te he escuchado mencionar varias veces el nombre de Oniria, y quiero que me digas, ¿quién es tal Oniria? ¡Y juró que yo misma le haré pagar por todo lo que le hizo a mi gente, a mi planeta y a mi madre!

-Tranquila, princesa, nosotros acabaremos con él. ¿No es cierto, Tukino? -preguntó con duda el fornido azul al mago, mientras intentaba calmar a su amiga- Aunque, a decir verdad, yo tampoco se mucho acerca de ese tal Oniria. No sé por qué le temen tanto ni se que tan poderoso puede llegar a ser.

-Amigo, ese mago oscuro, llamado Oniria, en resumen es la representación del mal. Yo tampoco sé mucho acerca de él, pero recolecté información que dice que somos el único mundo que sobrevivió de entre los cinco que existieron, porque los otros cuatro han sido destruidos por él. En cuanto a su aspecto físico, he visto que sólo es una cabeza con una larga cabellera y un espiral en el rostro; algunos dicen que se ha debilitado mucho en su cruzada a través de los otros cuatro mundos y que está secuestrando a los seres más poderosos de nuestro universo, a fin de drenarles toda su energía y usarla para acabar con nosotros -respondió Tukino, y su respuesta no hizo más que perturbar a los presentes.

La Espada HumeanteWhere stories live. Discover now