XIX. Milagro

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El nuevo día había llegado, Kardia ordenó que llevarán a Camus a casa, les fue difícil llevárselo ya que el menor no quería irse de ahí hasta no ver a su hermano, Zaphiri no quería un alboroto de parte de su nieto, no quedándole opción que pedir a Oddyseus que lo sedara, eso hizo que el menor quedará dormido. Degel tampoco quería ir, pero Kardia le insistió que llevarán a Camus a casa. Zaphiri se había ofrecido a llevarlos, quedando Kardia en espera por su hijo, de milagro el doctor Oddyseus lo había dejado estar al lado de su manzanita. De verdad estaba bastante herido, Kardia se arrepentía de todo lo que había pasado, deseaba no a verle hecho lo que le hizo, golpearlo y gritarle sin siquiera dejarlo hablar, se arrepentía mucho de a verle deseado la muerte, sabía que la palabra castigaba y con eso comprobó que era cierto lo que decían los abuelos.

El mayor acariciaba suavemente la mano de su pequeño, aún recordaba cuando era una pequeña pulga que no alcanzaba nada, recordaba que tenía que ayudarlo para todo, era su adoración de pequeño, el tiempo pasó tan rápido que no se dio cuenta cuando su pequeño ya era todo un hombre. Por qué tanto le costaba sacar tiempo para él, si para Camus tenía para el también debería tener, pero sabía que no podía hacer eso. Ahora se prometería tener tiempo para ese pequeño que la primera vez que lo vio se enamoró al instante. Después de los años aún que Milo estuviese muy viejo para sus padres siempre sería su manzanita y más para Kardia.

El mayor había quedado dormido al lado de él, no querida dejarlo solo ni un solo segundo.


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Horas habían pasado, lentamente fue abriendo los ojos, le pesaban demasiado y no sentía todo su cuerpo, cuando por fin había recobrado la vista lo primero que vio fue un techo color blanco, le extraño un poco eso, volteó cuidadosamente a un lado y se estaba empezando a dar cuenta de que esa no era su casa, miro al lado izquierdo encontrándose con su padre que estaba dormido en una silla a su lado, se asustó un poco, se sentía bastante extraño, no sabía qué hacer en esos momentos, se dio cuenta de que tenía un tuvo en su boca, no sabía qué hacer, intento con las pocas fuerzas que tenía mover a su padre para despertarlo, lo movió un poco despertando al mayor, Kardia estaba un poco confuso hasta que vio que Milo estaba despertó, en ese momento le entraron unos deseos de abrazarlo y unas inmensas ganas de llorar.


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— !!Milo despertaste!!, Espera aquí hijo tengo que llamar al doctor —sonrió saliendo tan rápido como podía con algunas lágrimas en su rostro.

Milo estaba bastante confuso y no sabía qué hacía ahí, no recordaba que había hecho. Vagos recuerdos pasaron por su mente. Ahora recordaba todo, recordaba todo lo que había sucedido, se había puesto oscuro después de que había corrido a empujar a Camus de ser atropellado, entonces... Estaba vivo.

—Estoy vivo... —susurro como más podía.

Oddyseus había llegado y le había explicado algunas cosas y de lo que había pasado, quedó sorprendido, más casi no podía moverse, tenía que esperar hasta que pudiera sentarse, Kardia estuvo a su lado, su padre se veía muy pálido y tenía ojeras bastante grandes, eso le preocupa mucho, no cruzaron palabra alguna, Kardia solo miraba a Milo con triste. Milo solo mira a la nada perdiéndose en la blancura del techo.

—Es bueno que estés bien, pensé que no te volveríamos a ver, pero es un milagro de que no hayas muerdo en ese accidente —pronunció el mayor, su voz sonaba triste, Milo no sabía si responderle o no.

Su vista, solo podía ver con su ojo derecho, aún no sabía que había pasado con él, sentía la mitad de su cuerpo adormecido eso le molestaba un poco, él quería moverse, más no podía. Kardia se sentía muy culpable, su hijo no quería responderle y eso lo tenía aún más triste de lo que estaba.

Just Because Of You [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora