Después de decidir que cenarían un poco de té y galletas luego de tan ruidosa (pero divertida) escena de atardecer, Albafica y Agasha iban en dirección a la cocina luego de jugar entre ellos un rato, empujándose y revolviéndose el cabello a pesar de que Agasha tuviese que ser levantada en brazos por su hombre para siquiera alcanzar sus mejillas.
Sin embargo su paz no duró mucho ya que se detuvieron momentáneamente cuando Albafica sintió dos cosmos alterados subir rápido las escaleras y miró fijamente la entrada de Piscis.
—¿Ocurre algo? —inquirió Agasha al notar su cambio de humor.
Albafica iba a responder pero no fue necesario.
—¡Ven aquí ahora mismo! —gritó Shion de Aries a alguien.
Por los gritos de psicópata de Shion y los gritos de niña agudos que resonaron en el doceavo templo, la pareja supo que a quien el Santo de Aries perseguía era a Tenma de Pegaso.
—¡Ya le dije que no diré nada a nadie! —chillaba Tenma—, ¡lo juro!
—¡Como tu maestro te ordeno que me lo digas, Tenma! ¡¿Qué ocurrió?! —apareció también Dohko de Libra riendo tras Shion que iba correteando a Tenma por entre los pilares que sostenían el gran techo de Piscis.
La buena noticia: Tenma portaba su armadura. La mala noticia: Shion y Dohko también portaban las suyas.
Agasha se rio cuando Albafica la tomó de la cintura y le dio la vuelta cuando Tenma iba corriendo cerca de su posición. Ella se sintió en ambiente.
—¿Ahora qué está pasando? —le preguntó Albafica a Dohko cuando este llegó a ellos.
—No tengo idea —se rio viendo a los otros dos que no paraban de correr—, sólo sé que Tenma se adelantó a Aries cuando volvíamos de Italia y luego Shion ya estaba persiguiéndolo. Quizás Tenma haya descubierto algo interesante que Shion no quiera que sepamos —se rio con picardía.
Albafica a veces olvidaba que Dohko de Libra parecía tener doble personalidad; podía ser un hombre sabio y centrado o también ser un dolor de cabeza. Hoy esa "otra imagen" estaba bien despierta y al acecho.
—¡Juro que no diré nada! —exclamó Tenma antes de que Shion lo tacleará, arrastrándolo por el piso—. Auch, en serio... no lo haré pero no me mate.
—Ya déjalo, Shion —se rio Dohko acercándose con Albafica y Agasha tras él.
—Como le digas algo a Manigoldo y Kardia —amenazaba entre gruñidos el Santo de Aries haciéndole una llave de presión ahora que lo tenía de espaldas; apretando el cuello de Tenma con su codo interior.
El pobre Santo de Pegaos no pudo responder ya que se puso azul mientras que las mejillas de Shion estaban encendidas en rojo, quizás por el esfuerzo que requería atrapar a Tenma. A Agasha y Albafica les tomó por sorpresa esta faceta agresiva de Shion; sea lo que sea que él estaba guardando con tanto ahínco debía ser extremadamente confidencial.
—Ya, ya.
Dohko separó a Shion de Tenma, quien al ser liberado cayó de rodillas tosiendo en el piso. Pronto fue auxiliado por Agasha.
—¿Estás bien?
El chico asintió sin dejar de toser, acariciando su cuello; al levantarse y ver a su maestro todavía sosteniendo a Shion dio un paso atrás haciendo un gesto que advertía sus intenciones de venganza.
—Yo no entiendo —dijo con esfuerzos acariciándose la nuez de Adán—, ¿por qué sería tan grave decirle a alguien que eres tú quien tiene la bufanda que Yuzuriha ha estado buscando desde hace una semana? ¿Y por qué la guardas adentro tu armadura? —soltó lo que claramente no debía de decir—. No es como si se la hubieses robado, sólo tienes que devolvérsela mañana y ya.
Teniendo Shion apresado todavía, Dohko compartió mirada con Albafica y luego vio a su amigo, quien palideció.
—Shion... tú no robaste nada, ¿verdad? —inquirió Dohko sonriendo perversamente.
El Santo de Aries entrecerró sus ojos amenazadoramente sobre Tenma; el muchacho tembló en su sitio tragando saliva fuerte.
—Corre —le gruñó Shion entre dientes; y cuando el pobre Santo de Pegaso salió de Piscis hacia Acuario corriendo y gritando, se soltó de Dohko y fue tras él.
Agasha parpadeó un par de veces con confusión.
—No sabía que el señor Shion robaba bufandas; ¿su Ilustrísima lo castigará por eso? —pronto, ella sintió la mano de Dohko palmeándole la cabeza.
—Mi niña inocente —tiernamente la miró—; él no se robó nada —dijo con una picardía sabiduría—, quizás su dueña... sólo la olvidó en su última visita y ya no lo recordaba —Dohko alzó los hombros riéndose—. Perdonen la molestia, ahora iré a evitar que Shion le arranque la cabeza a Tenma.
Cuando este se fue, Albafica suspiró.
—No entendí —dijo Agasha tratando de armar el puzle en su cabeza—, ¿qué quiso decir el señor Dohko con que la señorita Yuzuriha dejó su bufanda en...? —por la sorpresa, Agasha abrió la boca con burla al captar la referencia—. Entonces ellos dos estaban... —Agasha se rio con una incomprensible emoción—, ¡ahora entiendo! ¡Ya lo veía venir!
—¿Cómo?
—¡Ya presentía que entre esos dos había algo raro! —exclamaba más para ella que para Albafica quien la seguía de cerca hacia la cocina. Agasha chasqueó los dedos—. ¡Entonces! Cuando hace una semana vi a la señorita Yuzuriha muy temprano en la mañana en Aries... no es que ella haya ido de visita temprano, sino que pasó ahí la noche —dio una palmada entrando a la cocina—. ¡Qué ciega estoy! ¿Cómo pude creerme eso de "es algo importante y confidencial"? ¡Ya imagino que tan confidenciales son sus visitas!
Dejándola hablar y hablar sobre el tema que a Albafica no podía importarle menos, Agasha y él esa noche tomaron té, se cambiaron la ropa y se acostaron para dormir.
—Aunque debo decir que el señor Shion ha sido muy cuidadoso para que el señor Manigoldo y el señor Kardia todavía no se hayan enterado.
—Eso o lo guardan para cuando Shion los haga enojar —se rio Albafica alegrándose de ya no ser el centro de sus chistes estúpidos.
—Cierto —dijo ella.
Él aferró a Agasha a su cuerpo mientras dejaba que su mujer cerrase sus ojos. A Albafica le encantaba verla dormir, eso le decía la seguridad con la que ella se sentía a su lado... y nada más en el mundo le hacía más feliz.
Sí, tenían sus discusiones de vez en cuando, pero Albafica ya había comprendido que eso en un matrimonio, no solo el suyo, era completamente normal.
Confiando en que sea lo que sea, ambos iban a poder con las futuras pruebas del destino, Albafica también se durmió.
—FIN—
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𝑷𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒕𝒂𝒓𝒅𝒆𝒄𝒆𝒓
Short Story『Albafica x Agasha』Él no estaba acostumbrado a tener momentos de efímera paz, sin embargo en esta ocasión Albafica se proponía a ser egoísta ya que lo único que quería era disfrutar del atardecer junto a su querida Agasha y ya. ¡¿Por qué eso (para l...