La verdadera cita

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Le hizo caso a Gong Yoo. Fue a los carros de comida y pidió un café y algo para comer, luego se fue cerca del río Han para disfrutar su suerte con esa preciosa vista nocturna. Ni siquiera los dramas podían mostrar la verdadera belleza del lugar nocturno.

Su teléfono vibró. Se dio cuenta que era su pareja. Le respondió, le dio las buenas noches y con una excusa tonta se despidió. "Salí a caminar a conocer el río Han y no se que tan peligroso es por acá en la noche, por eso mejor hablamos mañana", le dijo. Su pareja quedó conforme con la respuesta ya que le encontró razón. Ella se sintió culpable, estaba prácticamente engañándolo con otro hombre, aunque ella sabía que no era un hombre cualquiera. 

De repente se puso nerviosa. Empezó a pensar que se estaban demorando mucho las grabaciones y quería seguir haciendo turismo. Empezó a pasar por su cabeza que estaba engañando a quien la amaba por un capricho de fanática, cuando antes estaba dispuesta a hacerlo por el artista. El sentimiento de culpa invadió su mente. Por eso, cuando Gong Yoo tocó su hombro, ella saltó asustada. -Perdón - le dijo-, quería ver si necesitabas algo.

-Perdóname tú, casi te he ensuciado. Menos mal tienes buenos reflejos. -Señaló al ver que el café que tenía en sus manos estaba en el suelo ahora.

Él río. El cambio de ropa era lo que menos le preocupaba. Desde lejos la vio angustiada, por lo que quiso acercársele por si alguien la había tratado de mala forma. -Tranquila, este trabajo me ha dado excelentes reflejos. -Y sonrió. Ella juraría que podía perderse en esa sonrisa. -Termino en 10 minutos de grabar y estoy contigo, ¿te parece?

Ella asintió. Y él se alejó. -Debes alejar esos pensamientos de tu cabeza, él ya se dio cuenta seguramente de que estabas preocupada. -Se dijo a si misma.- Aprovecha el momento, disfruta, mañana será otro día. -Dicho esto se acercó al carro a pedir otro café y volvió a mirar el río, con su mente disfrutando la maravilla y no pensando en las consecuencias que podría traerle toda la situación.

Los 10 minutos pasaron volando. Sin que Constanza se diera cuenta, él llegó a su lado, con un café en la mano. -De verdad parece te encantó el río Han. ¿No habías venido en la noche?

Ella lo miró y sonrió. -No, no había tenido la posibilidad, este es mi primer día libre. Lo que hacía era llegar al hotel y caer sobre la cama para descansar. 

Él río. -Me imagino como te tirabas a la cama, de seguro alguna vez te quedaste dormida vestida. 

-¡Sí! Llegué tan agotada el primer día desde el aeropuerto al hotel, luego al trabajo y al hotel de vuelta, que nadie me pudo despertar.

-Y al día siguiente todos desesperados despertándote porque ibas tarde.

-¡Hey, deja de asustarme! Estás hablando como si supieras lo que pasa en mi vida.

Sonrió. -Parece que tus días en Corea son predecibles, ¿o será que este país es agotador?

-A mi me parece hermoso. -Bebió un poco de café. -Y bueno, señor Gong Yoo, ¿dónde me llevará ahora? ¿O nos quedaremos disfrutando esta hermosa vista? No me molesta para nada.

-De hecho - le mostró una canasta que ella no había visto que llevaba-, nos quedaremos acá. Tengo algo de comida coreana y soju, si te interesa. -Dicho esto, estiró sobre el suelo una manta y se sentó. -Años que no hacía esto. ¿Me acompañas?

Ella sonrió. -Sí, claro que te acompaño. -Y se sentó a su lado. 

La situación estaba lejos de ser incómoda. Siguieron conversando cualquier cosa, pero ella sentía una calidez especial al estar cerca del actor, algo que no pensó sentir. Cuando él le sonreía pensaba que todo esto estaba valiendo la pena. 

Así les dieron las 3AM, hora de subir a la van para dejarla en su hotel. -Déjame ayudarte a que te pongas de pie. -Le dijo él, tomándola de ambas manos. La tiró con fuerza, por lo que sus cuerpos chocaron y ambos se sonrojaron. -L-lo s-siento. -Dijo él, mirando hacia abajo.

-N-no t-te -pr-preocupes. V-vamos a-a la v-van. -Le respondió ella también mirando hacia abajo. Y caminaron ambos hacia allá, tomados de la mano.

El camino al hotel fue rápido. Ambos se fueron dormitando, ya que habían bebido mucho soju. Cuando llegaron ella les agradeció y se despidió de todos. Él le tomó la mano y le ayudó a bajar de la van. Le apretó fuertemente la mano a la hora de soltarla. Ninguno de los dos quería. Pero ella sabía que debía hacerlo, por lo que intentó soltarse y él alivianó el apretón.

-Gracias por esta noche, ha sido increíble. Jamás pensé vivir esta experiencia, un día así será inolvidable. -E hizo una reverencia. El actor sonrió. -Gracias a ti Cony. No pensé conocer una persona como tú. -Y acercó su rostro, para besarla en los labios tímidamente. Ella se sonrojó.
-¿Te parece mañana te pase a buscar a la misma hora? Podría... hacerte un tour por Seúl. ¿Qué quieres conocer? O tal vez podría pasar más temprano y llevarte en avión a Jeju. O tomar un tren a Busan. Ah, no, eso no es confiable a mi lado. -El comentario hizo que Constanza ríera. -Dime bonita, ¿qué quieres hacer?

Ella dudó. Estuvo a punto de decirle que no, porque ya le había robado un beso que ella había respondido. El cargo de conciencia era terrible. Pero no pudo. Le dio su número y le respondió muy rápido y sin pausas, muy nerviosa. -Avísame tú que decides, me mandas un mensaje por k-talk. Si quieres acompañarme no me voy a negar a nada, solo espero que no tengas problemas. Buenas noches.

Y se alejó. No quería pero no sabía como reaccionar tampoco. Demasiadas emociones para una noche y al parecer seguirían. Pero sería una tonta al decirle que no a Gong Yoo.

Gong yoo: amor en SeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora