cinco.

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05

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05.| ¿HAY ALGUIEN EN CASA?



                    Su poder estaba funcionando en su contra. Katerina sabía que eso sucedería cuando ella no usara su habilidad por un largo período de tiempo. Su poder la atacaría. Succionándole la vida y la fuerza, y tomaría cualquier pieza de vida que podía. Básicamente ya estaba muerta, ¿por lo que cuál sería el problema en su poder la atacara? Porque un poder como el de ella, necesita de un huésped. Y si la huésped estaba muerta, ¿cómo iba a alimentarse?

      Era como un parásito. Alimentándose de cada nervio microscópico de su cuerpo. Mientras se alimentaba de ella, ella se debilitaba cada vez más, y pronto, no podría funcionar correctamente. Era como tener un desorden demoníaco. Si no tenía un alma sobre la cual alimentarse, ella se debilitaría. El parásito entonces se alimentaría de cualquier oscuridad a la que ella se agarraba. Ella sabía que tenía una gran cantidad de oscuridad, pero no sabía qué tan profundo iba.

      Sus rodillas se acercaron a su pecho mientras se sentaba en la cama. Lyra la había dejado sola. Y probablemente era lo mejor. Katerina nunca había querido alimentarse de su hermana adoptiva. Sí, su hermana tenía razón. Ella fue la que asesinó a sus padres. Pero fue cuando era una chica muy joven y no sabía cómo controlar sus habilidades. Fue casi inocente, pero demente al mismo tiempo.

      Ella es un monstruo. Lo sabía.

      Pero no le importaba lo suficiente como para pelear en su contra.

      Katerina se apoyó contra la pared de la celda, intentando mantener su mente alejada de su hermana. No podía evitar preocuparse continuamente por ella. Incluso si su hermana estaba mejor sin ella. Katerina era un monstruo, mitad ángel. Lyra estaba orgullosa de ser una mutante, al igual que su "Profesor", como él la había llamado. Katerina no tenía el lujo de tener un nombre además que "monstruo".

      La latina comenzó a tararear para sí misma. Era una canción sensilla de su juventud, pero era cualquier cosa menos feliz. Ese era el tipo de cosas con las que se ocupaba. ¿Por qué pensar en cosas felices, cuando eres mala? Porque si te obligaras a creer en que eres una buena persona, sólo te mentías a ti misma. Especialmente teniendo en cuenta la cantidad de personas que había asesinado.

      Mientras tarareaba, la puerta de su celda se abrió. Ingresó Wade, cuyos ojos estaban fijados sobre la chica. Ella no se molestó en dirigir su mirada hacia él. No le tomó mucho saber que era Wade quien había entrado a la habitación. Él tenía un aura particular, la cual era muy sencilla de notar. Era oscura y descuidada.

      ¿Quién más podría tener un aura igual a la de ella si no era el mercenario bocazas?

      —Yu-huu—, llamó Wade mientras ella estaba sentada en la cama —. ¿Hay alguien en casa?

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