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—¿A dónde vas, Ñoña?—Rió y ella se escondió detrás de los libros que llevaba en brazos

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—¿A dónde vas, Ñoña?—Rió y ella se escondió detrás de los libros que llevaba en brazos.

—A-A la B-Biblioteca.—Tartamudeo, sintiéndose intimidada por aquel chico, que siempre la veía como una nerd estúpida.

—¡Qué casualidad! Mi tarea también tiene que sacarse de ahí...toma —Le entregó sus libretas, haciéndola tirar los libros que tenia en sus manos.—Sí serás estúpida —Rió.—Haz mi tarea, y depende de ti si quieres seguir conservando tus lentes horribles.—Le dio un manotazo y le tiró sus propias libretas.

Él se fue riéndose junto con sus dos amigos, Min Yoongi y Jung HoSeok para ser exactos.

Se agachó y recogió sus libros y las libretas que se le fueron entregadas, soltó un suspiro triste y limpió una lágrima que salió de sus ojos sin ser permitida.

—Lisa-ah.—Escuchó la voz de su mejor amigo y levantó la cabeza, él tenía una mirada triste...había visto absolutamente todo.

—TaeHyung-ssi.—Se levantó y corrió a abrazarlo, él castaño ajusto bien sus gafas y rodeó a la chica, brindándole un abrazo.

—Acusalo, Lisa-ah...esto ya no puede seguir así.—Ella negó con la cabeza, no debía...mejor dicho, no podía.

Ella le tenía miedo, miedo a que él le hiciera algo como el año pasado, en el cuál ella término en el hospital...las chicas de su club de fans había ido y la habían golpeado y sin haber podido tener suficiente con eso, la empujaron escaleras abajo; ella término con un brazo enyesado y un dolor de cabeza fulminante...desde ahí, prefirió hacerle caso en todo en lo que él demandara.

—No puedo...me tengo que ir, tengo tarea que hacer.—Secó sus lágrimas y aferró sus libros y los ajenos a su pecho, como si fueran lo más preciado para ella.

Camino por varios pasillos hasta llegar a la biblioteca, en donde se sentó en una mesa al fondo; empezó a hacer la tarea ajena y al final dejaba la suya, no quería que JungKook tratara de hacerle daño...no podía.

Cuando finalmente término de hacer toda la tarea, miró a su alrededor y no encontró a nadie en su campo de vista, frunció su ceño y sacó su movil de su mochila.
Abrió los ojos de sorpresa al ver la hora que era.

5:38 pm.

—Mamá me va a matar.—Y no mentía, su madre era muy estricta con ella, y la trataba mal, ella hacía todo lo que ella le decía y pedía, pero al parecer nada de eso era suficiente para poder agradarle a su madre 1%.

Recogió rápidamente sus cosas y colocó su mochila en sus hombros y salió de ahí.
Bajo rápidamente las escaleras y miro a su alrededor, no había absolutamente nadie.
Soltó un suspiro y siguió su camino por el pasillo.

Eso fue hasta que escuchó murmullos venir de detrás de los casilleros, algo curiosa por la situación, se acercó y podía escuchar a la perfección aquella platica, en donde pudo reconocer su voz.

¿Cuánto es?Esa voz fue desconocida para ella.

Son 5,000.Cubrió su boca, no por escuchar tan alta cantidad de dinero, si no por el dueño de esa voz.

Toma.Ella quería saber que era lo que costaba tan caro, y que era lo que él daba a tan precio.

Se acercó al final de los casilleros y se asomó un poco por ahí, y miró aquel polvo blanco en una bolsita pequeña. Dio un paso hacía atrás cubriendo su boca.

¡Eso es un delito!>> Pensó.

El ruido de un celular sonando hizo eco por todo el lugar, alertando a los chicos que estaban detrás de los cosilleros con sus cosas ilegales, y a la chica quien salió despavorida, tratando de callar al teléfono.

—¡Atrapenla!—Su voz hizo que ella entrará en pánico y sus piernas se movieran con más velocidad.

Giro hacía la derecha, pero choco con las puertas de la entrada, que se encontraban cerradas.

—Te atrape.—Él entró en su campo de visión y ella lo miró con mucho miedo desde el suelo.

—Te juro que no sé que estaban haciendo ahí, sólo pasaba por ahí.—Junto sus manos y él rió.

—Eso que te la crea tu mamá...porque yo no, levántate.—La jaló de la mochila, levantandola y obligandola a caminar por donde habían venido anteriormente.

—¿Te harás cargo, Jeon?—Preguntó el de cabello negro.

—Ya te dije que sí, Namjoon, si ella habla...se la daré a los perros de mi vecino.—Sonrió con burla hacia la castaña quien miraba sus manos.

—Bien, me voy.—Él se detuvo enfrente de la chica y la tomó de la barbilla y la obligó a verlo.—No causes problemas, niña.—Y sin más se fue de ahí.

—¿Y-Ya me puedo ir? Juro que no diré absolutamente nada.—Él la miró.

—Espero y así sea, de lo contrario serás el nuevo alimento de los perros de mi vecino.—Y sin más, se fue de ahí.

Se levantó del suelo en donde estaba sentada y salió de ahí...el infierno acaba de empezar.

el infierno acaba de empezar

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★• Dulce Venganza •★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora