2.

223 27 7
                                    

Íbamos apenas unas semanas en dicha institución y Kian ya había arrasado con la mitad de las chicas, no es que fuera feo, al contrario, era muy atractivo. Pero mínimo que tenga un poco de respeto por lo que pasamos ¿No? Íbamos menos de 2 meses y ya tenía nuevo grupo social, por ende, una excelente reputación. Estaba invitado a cientos de fiestas, a las cuales no faltaría ni porque el diablo se lo dijera, su teléfono ya tenía el contacto de todas las chicas y eso no es motivo de sorpresa. Kian es como los sombreros de un mago, nunca dejan de sorprendernos, así que tenemos que esperar de todo.

Por otro lado, Charlotte y yo nos fuimos conociendo de a poco, quisimos llevar las cosas con calma, para así evitar peleas por cosas insignificantes en un futuro. Resulta que no coincidíamos en todo, lo cual me resultó interesante, las personas que coinciden en todo contigo suelen aburrirte, o bueno, en mi caso lo hacían.

Al inicio, la desconfianza era lo que hizo muchos momentos incómodos, a duras penas nos contábamos cosas que no tenían mucha relevancia, o que no eran tan importantes para alguna de nosotras.

A medida que Charlotte me iba demostrando su lealtad, decidí mostrarle la mía y así logramos forjar una linda amistad, aprendimos a conocernos a fondo, y descubrí cosas acerca de su vida, que no las demostraba con los demás, su ambiente familiar no era sano, tuvo que crecer sola e independiente en una familia disfuncional, en donde todos veían su manera de salir adelante, sin importarles los sentimientos de los otros miembros de la familia. A pesar de todo eso ella logró salir adelante y es reconocida en el instituto por sus excelentes calificaciones, a mi parecer es algo digno de admirar, mi mejor amiga era más fuerte de lo que ella creía.

Hacerse conocer en dicha institución no era muy difícil, a comparación del anterior, este era mucho más pequeño, entonces la gran mayoría se conocía, lo que hacía el ambiente muy agradable, lo único bueno que tengo, después de salir del antiguo ambiente al que estaba acostumbrada.

Decidí contarle un pedazo de mi vida, se llevó una sorpresa al saber que tampoco era lo que aparentaba con los demás, así que preguntó la razón por la que Kian y yo fuimos expulsados.

Dudé por mucho tiempo, pero luego me dije a mi misma, que si ella confió en mí ¿Por qué yo no lo haría? A parte, el problema parecía no ser tan grave, hasta que decidía contarlo.

Todo ocurre por una broma pesada en los vestidores de chicos, que trajo consigo una pelea en los pasillos, donde para empezar, los protagonistas eran mi dichoso mejor amigo y Owen, un chico de nuestro grupo social y su compañero de toda la vida.

Puedo recordar ese trágico día, como si de ayer de tratase.... Es obvio, casi pierdo todo mi futuro, por eso.

Empecemos, era un día normal, soleado y con adolescentes por todo el instituto, partidos en los recesos y nada fuera de lo común, o eso parecía hasta que Owen hizo una mala jugada con Kian.

Estaban en los vestidores, después del entrenamiento hablando entre todos, sobre que debían mejorar, etc. Owen soltó un comentario hiriente sobre el físico de Kian, él se lo devolvió y sabían que todo iba en son de broma, hasta que Owen mencionó el nombre de Melodie, el cuerpo de Kian se volvió tenso y quiso parar la broma, amenazando a Owen que si no lo hacía, iban a tener problemas.

¿Owen le hizo caso y paró? ¡Pues no! Al notar el enojo de mi mejor amigo, continuó, pero esta vez haciendo más pesada la broma; Si Kian tenía una debilidad, era Melodie, fue la única chica que logró ganarse su corazón, para desecharlo y acabar con sus ilusiones, como si mi mejor amigo fuera una cualquier cosa.

¿Cómo es que me involucré en el problema?

Yo me encontraba saliendo de mi salón, para ir a comprar unas frituras en el bar, lo cual se tornó imposible porque dos chicas del equipo de animadoras se me acercaron desesperadas. — ¡Kian y Owen están peleando! ¡Debes Ayudarlo! — Al inicio pensé que se trataba de una broma, así que no presté atención y es dije de la manera más amable que me dejen en paz, que no iba a ser partícipe de sus bromas de mal gusto. — ¿¡En serio crees que jugaría con algo así?! ¡Kian está a nada de quedar inconsciente y eres la única que puede ayudarlo! — Me gritaron y me sacudieron, ahí entendí que no era ninguna broma, y si no ayudaba pronto a mi mejor amigo, lo iba a perder.

Encaminándome al pasillo, sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo y empecé a preocuparme.... Cuando llegué y lo vi, sentí que agarraban mi corazón y lo destruían pedazo por pedazo, tuve un shock y mis lágrimas amenazaban con traicionarme y empezar a salir.

Inconscientemente decidí entrar a la pelea, para de alguna manera intentar frenarla, así que lo hice, salté sobre la espalda de Owen y con mis manos cubrí su vista, al mismo tiempo que le gritaba a Kian que se levantara y huyera de ahí, no podría impedir por mucho tiempo la vista de Owen, pues era demasiado fuerte y de un solo tirón me botó al suelo.

Seguido a esto me levanté y me posicioné delante de Kian. — ¿Quieres hacerle daño? ¿En serio le quieres hacer daño a la única persona que no te dio la espalda cuando nadie te quiso? ¿Si te das cuenta de lo que eres? ¡Un maldito miserable! ¡Sin Kian, tú no estuvieras aquí! — Lo enfrenté y con la voz temblorosa le gritaba todo lo que sabía de su pasado. — Niña, por favor, aléjate, estaré bien— Susurraba mi mejor amigo detrás de mí. — ¿No sabes defenderte eh? ¿Por eso tiene que acudir tu mejor amiga? — Owen dio pasos para acercarse a mí, lo que hizo que mi piel se erice y empiece a hiperventilarme, le temía por el hecho de que no le importó tirarme al suelo, tampoco le iba a importar darme un golpe, pero lo único que hizo fue escupir cerca de Kian y volver a gritar — ¡Si de verdad eres tan hombre como dices! ¡Ponte de pie! ¡¿Qué esperas?! —. Kian no podía ni pararse, estaba muy débil y con un golpe más iba a quedar inconsciente, nunca lo había visto en tal estado, me preocupaba mucho. — ¡Eres un pobre idiota! Maldito cobarde— volví a enfrentarlo y esta vez mi voz se volvió muy gruesa, muchos se sorprendieron, porque ninguno de estos teatros me gustaba, pero se trataba de un pedazo de mí, no podía hacerme la ciega y seguir como si nada.

Al verlo alejarse de mí, me di media vuelta para atender a Kian. — Estarás bien, lo prometo— Acariciaba sus heridas y dejé caer un par de lágrimas sobre su rostro.

No conté con la sorpresa de que al Owen alejarse, se acercaría Samara, su novia, pensé que venía en son de paz, para ayudarme, pero me equivoqué, me gritó en la cara, al no recibir ninguna respuesta por mi parte, empezó a jalonearme y sentí la adrenalina correr por mis venas, no iba a dejarme de nadie, menos de una insignificante niña. Seguido a eso reaccioné y empecé a soltarle golpes en su cuerpo, esquivaba los que podía y otros simplemente los recibía, todos dejaron de enfocarse en ellos, para ahora Samara y yo, convertirnos el centro de atención. Todos se limitaban a gritar — ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! —. Pero nadie hizo un esfuerzo en intentar frenar aquella discusión. Poco a poco fui perdiendo fuerza y en un abrir y cerrar de ojos, tuve a Samara encima de mí, soltándome golpes, trataba de cubrir mi cara pero era imposible, estaba cegada por el enojo y solo me agredía e insultaba muy fuerte. : — Por favor, para... — Le rogué. — No, estoy harta de que te creas superior a mí, no imaginas cuanto tiempo esperé este momento, te quiero ver muerta— Finalizó con rabia y sin parar de agredir todo mi cuerpo.

Lo último que pude escuchar antes de perder la consciencia y aparecer enun lugar muy distinto a donde me encontraba, fue un: — ¡Jóvenes! ¿Pero qué estápasando? ¡Suelte a la señorita! ¡Tendrán grandes problemas! — Por parte del director de la institución.  

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora