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Regresando al mundo, debía tomar una ducha antes de que vinieran mis padres, si se daban cuenta de que recaí tan fuerte, lo único que me esperaba eran 2 sesiones por semana en el psicólogo. 

Hice un plan con Kian, mientras yo me metía a bañar él alistaba mi ropa y distraía a mis padres, en caso de que ellos lleguen antes de que yo esté lista. 

 Al entrar al baño  me desvestí y observé mis heridas, tragué saliva y un escalofrío me recorrió la piel, seguido a esto calenté la ducha y dejé que el agua cayera sobre mí. 

Sabía que cometí un error al hacerme tanto daño, pero se me hacía imposible recordar con claridad todo lo que ocurrió, generalmente cuando tenía un ataque de ansiedad, pasado el colapso, me olvidaba de todo lo que había ocurrido, como si todo solo fuera un sueño. 

— Victoria no es por alarmar, tus papás llamaron y dijeron que estaban cerca, que no te dejemos salir a ningún lado, que ya vienen por ti, así que muévete— Kian abrió la puerta del baño y me alarmó, señal para salir pronto. 

— En 2 minutos estoy fuera, revisa por la ventana que no aparezca el carro— Dije, mientras me quitaba el shampoo de la cabeza. 

— Supongo que te espero afuera,  date prisa — Dijo después de escuchar la llave del agua cerrarse. 

Salí de la ducha y me miré al espejo, no estaba tan destrozada... pero tampoco estaba bien, a simple vista se podía detectar que me pasé llorando toda la noche, mis ojos parecían haber sido golpeados por lo hinchados que se encontraban. 

Me cambié rápido, cubrí mis heridas con base  y bajé las escaleras, me llevé una sorpresa al ver a mis padres reunidos con los padres de Kian. 

Al mirarnos, se formó un silencio incómodo , el ambiente estaba tenso y ninguno quería dar el primer paso para dar apertura a una conversación. 

Tragué saliva y entrelacé mis manos, empezaba a temblar y si mis padres se daban cuenta, sabrían que estoy frágil, por lo tanto se sentirían con el poder para hundirme aún más. 

—¿Qué hacen aquí?— alcé mi cabeza y los miré fijamente. 

Mamá se contuvo las ganas de gritarme, nunca ha sido buena disimulando, era obvio que no me insultaba solo porque estábamos en una casa ajena a la nuestra. — ¿Qué hacemos aquí? Tú sabes perfectamente la respuesta, deja de hacerte la idiota — Dijo, y antes de proseguir mi padre la calló. 

—Lo que queremos decir es que venimos porque Darlyn nos llamó, dijo que te encontrabas en mal estado y ¡Somos tus padres! Nos preocupa todo lo que tenga que ver contigo— Respondió. 

<<Si les importara tanto como dicen, no me hubieran mandado de la casa sin razón alguna>> Pensé. 

 — Estoy bien, ahora que lo comprobaron ¿Necesitan algo más?— Hablé con la voz firme. 

— ¿Cómo? O sea malgastamos nuestro tiempo para venirte a ver ¿Y esa es tu respuesta? No cabe duda que eres una mal agradecida— Respondió mi madre. 

— ¡Es que te lo dije! Es una pérdida de tiempo seguir aquí, tenemos que retirarnos en este momento — Se giró hacia mi padre y le ordenó salir. 

Por espectadores teníamos a los padres de Kian y a él, cuando los vi pude notar la pena que sentían por mí, Kian solo desvió su mirada hacia la pared y suspiró, para posteriormente acercarse a mi y enfrentar a mis padres. 

— Ustedes no saben lo que en verdad le ocurre  a Victoria ¿Quieren saber la razón? Pues les diré, no confía en ustedes porque lo único que saben hacer bien es juzgarla, reprocharla y encararle todo lo que han hecho por ella, solo se fijan en sus errores, más no en lo mucho que se ha esforzado para superar todo por su propia cuenta,  piensan que son los padres ejemplares cuando no es así, la familia no necesariamente es aquella que te da la vida y te ve crecer, podrán lograr que nunca te falte nada ¿Pero al final que vale más? ¿El apoyo económico o emocional? Dense cuenta que no con darle una educación, ropa y techo le dan todo lo que necesita para ser feliz. La familia no te deja sola cuando más necesitas de ellos, te apoyan y están contigo sin importar los comentarios que los demás hagan sobre ti, con valentía me atrevo a decir que la única familia que tengo es Victoria y nadie va a cambiar eso, con el pasar de los años me ha demostrado lo que es más que una amistad sincera, un modelo de familia. — Terminó su discurso y me abrazó tan fuerte que parecía quedarme sin circulación. 

—Te amo demasiado, pero déjame respirar — Le susurré al oído. 

Nuestros padres no dijeron nada, tampoco es que tengan la valentía para contradecirnos, cuando saben que Kian solo les dijo la verdad. 

— Hija se que hemos cometido errores, ten en cuenta que todos los cometemos y nadie es perfecto... ¿Quieres regresar  a casa?— Dijo mi padre. 

Mi madre lo miró desconcertada — ¿Pero qué estas diciendo?—. 

— ¿Y qué obtengo a cambio? ¿Gritos y peleas diarias?— Repliqué. 

— Cariño...Es mejor que regreses con ellos, prometen cambiar y si gustas puedo hablar con una amiga mía para que vayan a terapia familiar—  Se acercó Darlyn y me lo dijo con un tono de voz muy suave, sabía que ella comprendía mi situación porque a ella le tocó pasar lo mismo. 

— Volveré con ustedes, pero al mínimo insulto no lo pensaré dos veces, me iré y no habrá persona que me haga querer volver ¿Entendido?—.

—Entendido, ahora ve por tus cosas y volvamos a casa, disculpen las molestias y espero tengan un excelente día, Kian en nuestra casa siempre serás bienvenido— Una sonrisa se había formado en el rostro de mi padre y de igual manera se despedía de mi segunda familia. 

Asentí y me direccioné hacia el cuarto de Kian para recoger mi teléfono y unas cuantas prendas de ropa, admito que tenía un pequeño closet  en su casa por si tenía emergencias de último momento. 

Antes de salir me despedí de Megan (La hermana de Kian) y prometí tenerlos al tanto de todo lo que ocurra conmigo, que estaré mejor. 

En el camino a casa me enfoqué en los mensajes que no había respondido, entre esos estaba uno de Logan, le resumí lo que había pasado y quedamos en salir a los recesos juntos. 

La amistad fluía muy bien, me brindaba confianza y la mayoría del tiempo me  hacía distraer de mis problemas, el que no tengamos nada en común hizo que me causara curiosidad conocerlo más a fondo, deseaba saber el por qué la necesidad de presumir con los demás todo aquello que había logrado. 

Resulta que él no era todo lo que aparentaba, detrás de aquella máscara se encontraba un chico un tanto inseguro, dependía de los comentarios que se le hacía sobre su físico, una de las razones por las cuales siempre procuraba verse bien.

Entendí perfectamente su situación y decidí quedarme con él para brindarle el apoyo necesario y hacerlo sentir mejor,  traté de llenar su vacío a pesar de que yo tampoco me encontraba emocionalmente estable. 

La amistad que teníamos se fue fortaleciendo y con el pasar de los meses, Logan finalmente me pidió formalizar las cosas... 




LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora