LO QUE NUNCA TE DIJE

9.

— ¿Estás en busca de algo? — Repitió con la voz firme.

<<Intenta improvisar, no le vas a decir que estabas de chismosa recorriendo toda su casa, alza tu mirada y clava tus ojos con los suyos, quizá y por el maquillaje no te reconoce. >>

— Oye, te estoy hablando ¿Puedes responder? —Alzó su tono de voz y eso ocasionó que el miedo me invadiera aún más. — De hecho si, estaba buscando el baño, cuando les pregunté a los demás me dijeron que era en el pasillo, pero como hay demasiados, me perdí — Tragué saliva y señalé a la nada mientras trataba de no perder la cordura en el intento.

Me miró de pies a cabeza, analizó hasta mi respiración, todo esto para intentar descubrir si estaba diciendo la verdad. — Supongo que lo que dices es cierto, sigue este pasillo hasta el final, subes las escaleras y el baño se encontrará a la izquierda —. Al escuchar eso salir de su boca sentí un alivio, como si me quitaran un gran peso de encima. — Gracias, disculpa por ser tan distraída. — Dirigí mi vista hacia el suelo y empecé a rezar que caiga y no quede ninguna duda de que si me encontraba confundida.

—Tampoco es para tanto, todos nos perdemos en una casa ajena a la nuestra, solo te pido que a la próxima, antes de preguntarle a los invitados, lo consultes directamente con el dueño, para evitar este tipo de problemas. — Su voz se suavizó pero el modo en que o decía, seguía siendo el mismo.

Supe entonces que tenía que retirarme, el silencio se estaba volviendo muy incómodo. — Tengo que retirarme, pero nuevamente gracias, tomaré en cuenta tu recomendación— Repetí.

Me di media vuelta, dispuesta a seguir mí camino, como si nada hubiera pasado, pero antes de hacerlo sujetó mi mano y su voz me detuvo. — Oye, ¿Tú no eres la mejor amiga de Kian? —.

Esto no me puede pasar ahora ¿Universo en serio me odias tanto? Mínimo espera que me retire, luego casualmente nos volvamos a encontrar en un gran estado de ebriedad y desatar todo, para iniciar un romance como en las series que veo. — La misma ¿Pasa algo? —Lo miré desconcertada. —Te veo muy diferente, tu nuevo estilo me agrada mucho, estás muy bonita— Lamió sus labios y me dedicó una sonrisa.

Tragué saliva, algo se revolvió dentro de mí, seguido a esto mi corazón empezó a latir muy fuerte y mis mejillas a enrojecerse. —Agradezco mucho tu cumplido — Le devolví la sonrisa e internamente maldecía a mis amigos por traerme, abandonarme y no estar aquí para encontrar una solución a mis problemas.

Antes de que pudiera contestar, lo interrumpí, siendo honesta creo que tengo una manía con interrumpir a las personas con la finalidad de no seguir con la conversación y así tener tiempo para hacer lo que se me da mejor, huir. — Oye, me agradó mucho tener esta mini conversación contigo, no quiero sonar maleducada, pero llevo prisa— le dediqué una media sonrisa y empecé a chasquear mis dedos. — ¿Te encuentras bien? Te noto un poco nerviosa— lo dijo con un tono de preocupación, intentando acercarse más a mí.

Mis ganas de decirle que su presencia era la que me ponía nerviosa, se estaban tornando incontrolables, seguía temblando y ese hombre con sus preguntas solo agravaba la situación. — Todo va de maravilla, me gustaría quedarme un poco más, pero necesito ir en busca de mis amigos— Me despedí de un beso en la mejilla y corrí en dirección a la salida de aquel pasillo.

Nuevamente aparecí en la sala donde se encontraban todos los invitados, algunos estaban en un alto estado de ebriedad, lo cual no me importó porque mis amigos no eran de embriagarse hasta tal punto, así que llamé a Charlotte para saber en dónde se encontraba, su respuesta me dejó aterrorizada. Resulta que se había marchado temprano porque el ambiente no fue de su agrado, no hizo un mínimo esfuerzo en buscarme porque el plan tenía que seguir su rumbo.