Los recuerdos de mi niñez son todos en los parques de béisbol, dado a que mi hermano mayor estaba en un equipo. Tan solo es tres años mayor, hay veces que eso quizás no parezca mucho, pero hay veces que sí y más cuando se es pequeño. Como de costumbre ciertos días en la semana había práctica. Recuerdo aquella noche fría y algo escalofriante. Eran quizás alrededor de las ocho de la noche, no recuerdo el día, mucho menos el mes, eso sucede cuando apenas tienes entre cuatro o cinco años. El parque, como olvidarlo, al bajar la cuesta para poder llegar a el siempre pensaba que algo saldría de los arbustos y nos atacaría. Estaba rodeado de un monte, solo los que viven cerca del área saben que está allí. La briza soplaba con fuerza, demasiado fría para mi gusto. Los hermanos pequeños de los jugadores eran todos niños, yo siendo la única niña entre ellos. De igual forma mis padres me dejaban jugar. Aquellos juegos que hoy en día la gran mayoría de los niños no conocen. Recuerdo que jugábamos mucho a las escondidas o a frizaito. Corríamos despavoridos por los alrededores hacienda mucho ruido, niños al fin.
Creo que esa noche fue la primera en mi vida en la cual me asuste a tal punto que pensé que moriría. Había ciertas áreas a las cuales no nos dejaban ir a jugar porque eran peligrosas o los padres no alcanzaban a vernos ahí. La cantina era una de las áreas prohibidas para jugar, mucho más correr por la parte de atrás de la misma. Según contaban los padres, podíamos ser raptados si pasábamos por ahí de noche o el chupacabras nos podía comer. Nos decían lo que fuera para que no jugáramos por era zona. Yo por miedo nunca me acercaba, cada vez que corría cerca de la cantina pensaba que algo me atacaría, incluso me detenía a mirar fijamente si veía algo extraño asomarse por una esquina. No puedo negar que de noche la cantina parecía que cobraba vida de manera maligna.
Estaba situada en la zona más oscura, no tenía ningún alumbrado cerca. Todos evitábamos acercarnos de más por miedo, pero aquella noche fue distinto. Aquella anoche soplaba la brisa fría. Mientras nuestros hermanos mayores practicaban, nosotros los hermanos menores jugábamos muy ruidosamente escondite. Entre el entrenador dando instrucciones, los jugadores practicando y gritándose unos a los otros, añadiendo a los padres también, nuestras risas y gritos de euforia se perdían en aquella brisa fría que soplaba con una fuerza inmensa. Gabriel es casi dos años menor que yo, un niño sumamente activo. Quería hacerse el más valiente y se acercaba demasiado a la cantina, mientras los demás le decíamos que no lo hiciera. Giovanni era quien contaba mientras nosotros nos escondíamos. Gabriel corrió a la cantina, se fue por la parte de atrás, yo al verlo quede congelada en el lugar, mi corazón latía a tal magnitud que lo sentía en mis oídos y dedos. Recuerdo que Giovanni muy emocionado se acercó a mí, lo mire y señale la cantina. No podía articular palabras en aquel momento. El me preguntaba que pasaba, hasta que logre reaccionar y decir que nuestro amigo había hecho algo prohibido. Corrimos a donde nuestros padres a decirles lo que sucedía. El padre de Gabriel siendo uno de los entrenadores detuvo la práctica para saber que sucedía. Yo por mi parte lloraba desconsolada pensando que ya no lo volvería a ver, pensaba que el Viejo del saco se lo había llevado. Como mi madre solía decirme, "si te alejas mucho de mí el Viejo del saco te va a llevar". Su padre fue a buscarlo y lo encontró en las escaleras sentado tapando su boca para que no se escuchara su risa. Uff, como olvidar el nalgazo que se llevó por romper las reglas. Aun peor como olvidar que minutos después aprecio un hombre mayor por la parte de atrás de la cantina vistiendo trapos y con un saco marrón claro cargando en su espalda. Mi madre siempre tuvo razón, el Viejo del saco, sí existía.
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Cuentos Cortos
Short StoryEspacio donde estaré publicando cuentos cortos de apenas dos o tres páginas. Van a ser de diversos géneros, ninguno en concreto. Espero que los disfruten. © Todos los derechos reservados. Obra protegida por derecho de autor. Se prohíbe el uso, ad...