Lo único que la castaña quería era no volver más al cuartel. Su luna de miel estaba siendo relajante, lo único que hacían era salir a caminar largas distancias tomados de las manos en completa tranquilidad, como si los titanes hubiesen dejado de existir. Nadie les exigía nada, nadie los molestaba, nadie nada; estaban en completa paz.
—Aún no puedo creer que esto sea real. —susurró la de lentes, acurrucandose nuevamente en el pecho de su pareja.
—Sí que lo es. —fue todo lo que Levi respondió, dejando, aún así, satisfecha a la novia. Les quedaban dos días de libertad, sin Cejudos molestando por ahí.
Recostados sobre el césped, observaron las luminosas estrellas. Cada una tenía su propio resplandor, así como cada soldado de la Legión de Reconocimiento; desde los caídos, hasta los que aún luchaban por acabar con aquellos demonios. No podían evitar recordar a sus compañeros caídos, pero sabían, aún así, que jamás sus muertes serían en vano. Su nostalgia sólo se disipaba al mirarse a los ojos, pues se transmitían tranquilidad mutuamente.
Pese a la aún un poco fría mirada de Levi, Hanji levantó su rostro para depositar un suave beso en la mejilla de su amado, liberando la pequeña tensión contenida del mismo. El azabache dejó escapar un suspiro, esbozando una casi invisible sonrisa. La de lentes alcanzó a notarla, y chilló.
—¡Veo a Levi Ackerman, el soldado más fuerte de la humanidad, sonreír ante mí! —y una carcajada soltó la emocionada Hanji Zoe.
En seguida, Levi quitó sus lentes y los dejó a un lado, tomando luego delicadamente el rostro de su mujer. Besó, asimismo, suavemente sus labios. La contraria, como es de suponer, se dejó llevar por aquel dulce sabor, y esa preciosa sensación en el estómago que la hacía increíblemente feliz se hizo presente, intensificando un poco más su beso.
Un ruido lejano alertó a los amantes, quienes se separaron de inmediato para inspeccionar con la mirada su alrededor. Si bien no veían mucho por la penumbra, no bajaron la guardia y se sentaron en el césped, buscando a tientas las espadas de su equipo de maniobras tridimensional. El pelinegro fue el primero en encontrarlas, haciéndolo notar con un superficial corte por la hoja; le restó importancia y se armó al instante de su equipo. Hanji, por su parte, demoró un poco más para encontrar sus elementos, pero al igual que su amado, con increíble agilidad se armó. Ambos se levantaron del suelo y, con sigilo, empezaron a caminar para explorar el bosque.
A lo lejos, sobre un árbol, se posaba un preocupado Mike. Había visto raras siluetas en la oscuridad, y eso alertó su agudo sentido del olfato. ¿Qué podría ser, sino un titán? Aunque el aroma no se parecía en nada al de esas criaturas. Sin embargo, sospechaba que podían haber personas en medio del bosque, pues había visto un par de caballos descansando a sólo unos metros de él.
¿Podría ser alguien de la Legión? Él no podía saberlo.
El crujido de una rama alertó a los tres individuos, provocando la rápida reacción de Levi. Éste se elevó sobre los árboles, y saltó hacia el árbol donde Mike se encontraba. Mike, por su parte, se sobresaltó y perdió, por poco, el equilibrio. Sólo entonces pudo notar ciertos rasgos en la persona que se encontraba frente a él.
—¿Levi? —logró decir ante la sorpresa. Silencio total. —Soy Mike.
—Ah, hola. Pensé que un titán había venido a por nosotros, o que un maldito loco estaba buscando aniquilarme. — dijo con su clásico tono antipático.
—Entendible. ¿Dónde está Hanji? —preguntó el astuto Mike. Levi, sin más que decir, señaló el tronco del árbol en donde se encontraban, en el cual se encontraba una Hanji sonriente.
Ambos, Mike y Levi, bajaron del árbol. El rubio, por su parte, dio un abrazo a la emocionada Hanji, felicitandola por su nueva vida junto al más amargado de todos (como muchos lo describen). Luego, con una sonrisa, palmeó la espalda de Levi en señal de felicitación, aunque éste sólo movió su mano en ademán a haber entendido su intención.
En eso, transcurrió una hora en la que Mike explicó un poco la situación de la Legión en ese momento. Eren había descubierto nuevas formas de defensa en titán, causando entusiasmo en la fanática de los titanes. A su vez, Erwin estaba liderando una nueva forma de llegar al sótano. Levi mostró un brillo en sus azules ojos, el cual Mike y Hanji reconocieron enseguida. Y, al entregar la información, se despidió de los enamorados y emprendió camino hacia la Legión (nuevamente).
Horas después...
Los cálidos rayos del sol se posaron sobre una mujer castaña dormida. Al sentir un suave calor, abrió un ojo y se estremeció por el exceso de luz. Apartó la manta que la cubría, se sentó, estiró su cuerpo y miró al hombre que dormía junto a ella con una sonrisa irreconocible, una sonrisa de enamorada. Se levantó, se acercó a dónde se encontraban sus provisiones, y sacó comida para ambos. Ordenó un poco el pequeño desorden, procediendo luego a despertar al pelinegro. El nombrado, con una mueca, se levantó y repitió los pasos de Hanji, sólo que agregó un beso a la mujer.
—Aaah, pensar que sólo nos queda una noche en tranquilidad, mi querido Levi... —murmuró Hanji, mirando cabizbaja el suelo.
—Tendremos que disfrutar lo que nos queda. —y enseguida, al terminar de comer, ordenó sus elementos y fue en busca de sus caballos.
Volvió junto a ambos animales. Los enamorados montaron sus caballos, y emprendieron rumbo a un lugar más cercano a los cuarteles. Cabalgaron un poco antes de instalarse nuevamente, mirando con atención los árboles y zonas más espesas en caso de que hayan titanes merodeando por esos lugares.
Habían ya transcurrido unas cuantas horas, en el momento que comenzó a caer la noche con su estrellado manto. Los amantes se encontraban observando los alrededores, degustando unas cuantas frutas que habían llevado de merienda. Hanji, por su parte, dejó de comer para recostarse en el suelo y observar de reojo a Levi, quien miraba sin expresión su entorno. Ésto le pareció un poco deprimente, por lo que la castaña sólo se sentó para luego arrojarse encima de su ahora esposo, quedando ambos recostados. Levi esbozó una sonrisa nunca antes vista, y rodeó con sus brazos a la de lentes mientas acariciaba lentamente su espalda. No resistió la tentación y, con delicadeza, tomó el mentón de la mujer con sus dedos, elevando así sus labios para depositar un apasionado beso, el que ella correspondió de inmediato.
Al besarse, comenzaron a sentir cierto calor en sus cuerpos algo desconocido. Ignoraron, en cierto modo, lo que sucedía con su temperatura y siguieron besándose hasta que el aire se les acabó. Entonces, algo despertó en Levi y... Bueno, creo que ya saben qué viene luego.
Annie.
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Oi, Responde. [LeviHan/SNK/AOT].
RomanceDonde Hanji insiste en demostrar su amor a Levi, ahora con una nueva herramienta mucho más fácil de manejar. Un chat. ×Todos los personajes son propiedad de Hajime Isayama.