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Créditos al autor de la imagen.

Un año después...

—¡Hanji, ya levántate! —exclamó Petra ya un tanto alterada.

—Petra, ella no va a despertar si no le pones alguna cosa en el oído. —sugirió Nanaba, señalando con la cabeza el celular que descansaba en el velador.

—Mmm... Como ya estamos empezando a retrasarnos y ella aún no se baña, está bien. —terminó por acceder la mujer, cogiendo en silencio el aparato y accionando lo que sería la alarma. Un ruido ensordecedor fue lo que se escuchó en toda la habitación, provocando que la castaña despertase de un salto.

—¡Ya estamos tarde! —fue lo último que gritó Nanaba antes de que Hanji se levantara disparada, dirigiéndose al baño.

***.

          Una desesperada Hanji se veía corriendo de habitación en habitación buscando a sus compañeras Nanaba y Petra, quienes, por alguna razón, habían desaparecido. Soltó un suspiro de cansancio al quedarse quieta en medio del pasillo. ¿Dónde estaban sus amigas? No sabía cómo peinarse, maquillarse o arreglarse para lo que sería el momento más importante de toda su vida.

—¡HANJIIIIIII! —se escuchó desde el fondo del pasillo antes de que la ya mencionada terminara en el suelo con un posible dolor en el trasero. —Nanaba te está esperando en su habitación junto a Mikasa, Annie e Historia. ¡Apresurate!

          La de lentes pestañeó dos veces antes de salir disparada nuevamente hacia la habitación de su amiga. Entró, esperó a que Petra ingresara y cerró de un portazo la puerta. Ya dentro, dejó escapar un último suspiro antes de acercarse y admirar con dulzura lo que sería su prenda para ese día. Se sentó en la silla que estaba en el medio del cuarto y retiró la toalla de su cabello, dejando que sus amigas hicieran lo que quisieran con ella.

          Al cabo de unos minutos, ya estaba lista. No era como si su maquillaje se viera extremadamente exagerado, pero sí le producía un gran cambio en el rostro. Aún así, Hanji no podía vivir sin sus lentes, así que de igual manera se los puso. Su peinado era el mismo de siempre pero más arreglado y con menos mechones en la cara, pero ni así lograban que algunos cayeran delicados sobre el rostro de la castaña. Finalmente, había llegado el momento de vestirse. Se levantó, quitó la bata de su cuerpo y dejó al descubierto su ya recuperada figura. Unas pocas cicatrices era todo el recuerdo que existía de la tortura de hace un año. Annie, por su parte, agarró un pequeño frasco, retiró la tapa y de él sacó un poco de crema que luego esparció por la zona del abdomen y por el pecho. Era la crema que ella necesitaba para hacer desaparecer tales marcas.

—Recuerde, Señorita Hanji, tenga mucho cuidado con cualquier golpe porque la herida aún está sensible. Un año no basta para curarla. —comentó con dulzura Historia, tomando ahora entre sus manos una pequeña cajita. —Y esto es para usted.

          Con curiosidad, Hanji agarró la pequeña caja aterciopelada y la abrió, dejando ver un brillante collar de oro con pequeñas perlas en el dije. Una pequeña risilla se le escapó hasta voltear a ver a la querida Reina.

—Historia, gracias de verdad pero soy muy descuidada, voy a perderlo en cualquier momento. —soltó apenada la de lentes, tratando de que la pequeña rubia aceptara de vuelta su regalo. Ella sólo sonrió, tomó la mano de Hanji y escondió la cajita en las mismas.

Oi, Responde. [LeviHan/SNK/AOT].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora