17.

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          Con teléfono en mano y, por seguridad, armada con su DMT, salió en busca de su pareja.

          ¿Qué había pasado? Ni ella misma lo sabía, se encontraba en un profundo sueño en el momento en que Levi se desconectó y desapareció del cuartel.

          Apresuró el paso hasta la salida del lugar y, a continuación, se dirigió hasta las caballerizas para tomar a su caballo. Se subió con mucho cuidado y emprendió camino hacia donde pensaba que él estaría, claro que parecía haberse perdido cuando llevaba por lo menos diez minutos cabalgando. Por un momento, se sintió mal. Él no le había dicho dónde iría, él no se había despedido de ella, él no la despertó para darle siquiera un abrazo.

—¡Levi!— gritó a la nada mientras aceleraba el paso. —Levi... ¿Dónde estás?— dijo ahora más bajo, empezando a desesperarse.

          Entonces fue cuando paró cerca de un árbol y dejó al caballo ahí. Caminó un poco, mirando de reojo su celular con el chat de Levi abierto y sin rastros de él. Cuando ya parecía que todo iba a ser en vano, recordó que los celulares no sólo servían para chatear, sino que existían cosas tan básicas como las llamadas.

           Esperanzada, buscó el número de su pareja en la agenda y presionó en "llamar". Puso el celular en su oído y esperó a que contestara.

          Uno, dos, tres, cuatro, nada. Volvió a llamar. Y fue en ese momento en que los sonidos cesaron y se escuchó una respiración entrecortada.

—¡Hasta que contestas! ¿Sabes que te he estado enviando millones de mensajes? — habló tan rápido que tuvo miedo de que él no la haya entendido, pero enseguida ese miedo se convirtió en rabia. —¡Te estoy hablando, dime algo!

—¿Hanji? — fue lo único que dijo, haciéndola enojar más.

—¡Sí, soy Hanji! ¡¿Estás con alguien?! — sus preguntas se convertían en gritos desesperados. Ella quería respuestas, ella quería verlo.

—No, estoy solo. — contestó lo más cortante que podía, provocando ganas de llorar a su pareja.

—¿D-Dónde estás? — fue lo último que logró decir antes de soltar sus primeras lágrimas.

          Se escuchó un largo silencio antes de que él tomara el valor para decir algo. Él estaba escuchando los sollozos de Hanji, él sabía que ella estaba mal, pero su orgullo era más fuerte que todo, por lo que siguió siendo un pedazo de hielo.

—Acabo de volver al cuartel.

          Escuchar eso fue como un cuchillo al corazón, y es que se sentía pasada a llevar por la persona que más amaba. ¿Cómo sentirse si su propio novio la había ignorado, y no había explicación alguna para su acción?

          Su única reacción fue el cortar la llamada, apagar el celular y guardarlo en alguna parte de su ropa, más específicamente, en el bolsillo de su chaqueta.

          Caminó hasta su caballo para subirse en él e irse al cuartel, cuando lo que ella más amaba (y temía) hizo destacar su presencia. Hanji sólo se limitó a mirar al Titán y sonreír cansada, activando su equipo para poder terminar con la criatura y devolverse al cuartel.

          Nunca creyó que el Titán sería más ágil, agarrando a la castaña de la cintura para dirigirla directamente a su maloliente boca. Por suerte, alcanzó a sacar ambos brazos equipados por sus cuchillas, rápidamente realizando un corte en la mano del mismo para escapar. Tomó impulso y, accionando el gas, dio vuelta hasta la nuca del Titán para terminar con él.

          Con la rapidez con la que llegó ahí, se fue hasta llegar al cuartel. Entró sacudiendo sus ropas con una ligera mueca, señalando lo molesta que estaba. Levantó la mirada indiferente y caminó a su habitación.

            Aún así, Hanji es Hanji, por lo que al minuto después sonrió como siempre lo hacía. Por alguna razón estaba alegre, no sabía si por el hecho de haber visto un Titán, o por haber llegado al cuartel a dormir, claro que su felicidad se fue por la borda (sentí esto demasiado cruel -cries in chileno-) cuando divisó a lo lejos a su novio con su fría mirada mirándola fijo.

          ¿Por qué está enojado? Pensó ella, volviendo a molestarse por lo de hace un rato. Se acercó lo más rápido que pudo y dio un leve empujón en el pecho del contrario, de repente soltando pequeñas lágrimas.

—¡No perdonaré lo que hiciste! —gritó ella, al borde de quebrarse por el llanto. —Me dejaste sola y desapareciste así como si no te importara. ¿Qué hiciste en todo este tiempo?

—Quería aire fresco. —fue lo único que dijo el azabache, mirándola de forma ligeramente despreciable.

             Era inútil. Hanji apretó los labios y sonrió de forma forzosa, asintiendo con la cabeza y volteandose para irse. Ella quería dormir, estaba cansada.

No quiero que cambie, pero me gustaría que me demostrase más amor.

N/A: No me maten plz.

Realmente, desde que no actualizo, es porque han pasado cosas que me han marcado. Eso, o es que he estado muy deprimida.

Pasé de curso, sí. Con buenas notas, sí, pero me decepcionó el hecho de haber bajado mi promedio de forma notoria.

Ha pasado mucho, y desde Noviembre empezó una horrible tortura para mí y para mi familia. Algunos estarán enterados, otros no.

No recuerdo cuándo fue la última vez que actualicé, pero si no lo hice fue por falta de inspiración y muchos problemas.

No me justifica, pero en fin, lo siento.

Oi, Responde. [LeviHan/SNK/AOT].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora