Cuestión de perspectiva.

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Cuestión de perspectiva.

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El invierno finalmente estaba terminando y ya se podía sentir la primavera colándose ansiosa por las calles de la ciudad. La temperatura había subido varios grados, ya no había más nieve en los caminos, y las flores comenzaban a brotar pintando de colores los jardines. Además de eso nada había cambiado mucho. La escuela seguía siendo la misma con sus aburridas clases interminables salvo por los breves momentos en los que podía hablar y reír con Ino y Hinata. La chica nueva se había vuelto muy unida a ellas. Comenzaron a sentarse juntas una semana después de que Hinata se presentó en su salón, y no tardó mucho para que se dieran cuenta de que a ella le gustaba Naruto. Aunque Sakura prefería evitar hablar sobre ello a menudo.

Sasuke-kun...

-Deberías hablarle. -sugirió Ino ese día mientras andaban resueltas caminando por el pasillo.

-Pero sí hablamos. -comentó Hinata algo incómoda. -Hablamos bastante.

-¿Y de qué se supone que hablan? -quiso saber la rubia.

Sakura se concentraba en devorar un pan de melón que había comprado en la cafetería durante la hora del almuerzo, antes de que decidieran volver al salón de clases. Pensaba guardarlo para más tarde, cuando la hora de inglés se volviera insoportable y lograra encontrar un momento para inclinarse sobre su mochila y darle una gran mordida a escondidas. Pero comérselo fue lo único que se lo ocurrió hacer cuando comenzaron a hablar nuevamente sobre su mejor amigo, en un ridículo intento por no afrontar la realidad.

-Bueno, hablamos de varias cosas. -explicó Hinata sin querer dar muchos detalles. -Aunque generalmente él es el que habla y yo sólo escucho.

-Pues deberías decirte lo que sientes si no quieres quedarte para siempre en la zona de amigos.

-No la molestes. -farfulló Sakura regañando a Ino, después de tragar un trozo de pan apresuradamente para defender a Hinata.

Tosió al atragantarse.

-No la molesto, sería bueno para ti también y lo sabes. -razonó la rubia.

Había atesorado los sentimientos de Naruto cuando llegaron a mí...

Y de alguna forma no quería dejarlos ir... quería conservarlos...

Él me hacía bien.

¿Qué debería haber hecho, Sasuke-kun?

-Por favor no empieces con eso otra vez. -pidió la pelirrosa comenzando a irritarse.

Llegaron a la puerta del salón de Hinata, y Sakura e Ino se detuvieron para despedirla antes de continuar su camino hacia el suyo. Hinata estaba al tanto de la situación amorosa de Sasuke, Naruto y Sakura, tanto desde la perspectiva de su amiga como de la del rubio. Ella deambulaba entre ambos con una postura neutral luego de haber decidido no entrometer sus propios sentimientos en ese embrollo que ya de por sí era suficientemente complicado. Apoyaría a ambos, pasara lo que pasara. Ella era esa clase de chica. La chica que solía guardarse sus propios sentimientos para sí misma, demasiado temerosa de salir herida o de herir a alguien más.

Así fue como nos enamoramos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora