Esta es una historia sobre la vida que lleva, día a día una joven (yo) y a lo mejor varias personas con trastorno límite de la personalidad, Trastorno de ansiedad generalizada o depresión.
¿Que necesito para calmar estas voces y estos demonios que me atacan? Tal vez empatía, tal vez compañía. Pero, ¿Y si esos mismos demonios lastiman a los que me ayudan?. Pero hay algo cierto. Como dicen por ahí, "para cada problema hay una solución". Claro que tiene que haberla.
Mis pastillas son mi única verdadera solución. Es impresionante (demasiado tal vez) como una pequeña píldora puede calmar semejantes monstruos que hay dentro de mi. No es fácil vivir con ello. Te lastima y desgasta tu cuerpo, pero sin ellas no llegaría muy lejos.
La muerte jamás es la solución. Pero que ironía que lo mismo que evita que acabe conmigo misma aveces hace lo contrario. Mi antídoto, el que si un día no lo tengo acaba conmigo. Si no calmas a los monstruos ellos acabarán contigo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Trato de matar mis demonios con pastillas, pero corro el riesgo de morir junto con ellos o de fortalecerlos más. 《Jamás debí meterme en la mierda de los psicofarmacéuticos, es lo que suelo pensar. Pero si no los tomo tal vez no aguante demasiado. Tal vez, en realidad solo nací para morir.
