Muñecos rotos.

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Una muñeca de tela caminaba sin rumbo desgastada, abandonada se limitaba a vivir su vida en un basural. Su vida no era la gran cosa, ella recordaba sus buenos momentos cuando tenia alguien que la quería, cuando su vida no era más que alegría.   

Pero era una muñeca de tela, y los muñecos se desgastan, los demás no la querían, porque estaba rota, a todos les gusta los muñecos nuevos o bonitos.
¿Quién recogería una muñeca rota y sucia?
Sus hilos colgando iban y mientras más caminaba se descocía.

En aquél basural donde vivía habían otros juguetes abandonados, sus amigos, aveces ayudaban a cocer sus extremidades descocidas.
La vida de aquella muñeca no era más que buscar partes y elementos en aquel basural para reparar a sus amigos. Ojos, hilo, tela, agujas era lo que recogía para ayudarlos. Pero a ella jamás la ayudaban, no tenía esperanzas.

 Día como cualquiera, caminaba apenas en busca de aquellos materiales, una montaña de basura fue quitando poco a poco, revolviendo

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Día como cualquiera, caminaba apenas en busca de aquellos materiales, una montaña de basura fue quitando poco a poco, revolviendo.
Unos ojos, desgastados se encontraron con los suyos, no eran solo ojos, era un muñeco. Jamás había visto un muñeco tan desgastado como ella, le extendió la mano, y ella sorprendida tomó la suya.

Pareciera como si hubiera pasado mucho tiempo ahí, pero sin embargo el se alegró, comenzaron a hablar. Aquel muñeco sacó una caja entre su monton de basura y lo abrió, tenía los materiales que ella buscaba.
No entendía que hacía al momento que comenzó a cocer sus partes rotas, y a cambiar lo irreparable. ¿Por qué haría eso en vez de repararse a si mismo? Tal vez, al igual que ella no sabía como hacerlo.

No podía creer el cambio que veía en si misma, se veía mejor. Tomó una aguja y comenzó a cocer a aquél roto muñeco, quien sólo al principio se asusto y comenzó a descocer el mismo lo que ella reparaba. Pero al ver como ella lloraba le pidió que continúe.

Finalmente logró mejorarlo y bordaron en sus pechos, corazones, que los complementaban perfectamente.


Esta historia no tiene nada que ver con el TLP, pero si con mi vida. Jeje

El diario de una chica borderline Donde viven las historias. Descúbrelo ahora