Cap. 5

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Eran cerca de las 11 de la noche y todos estaban durmiendo o eso creía el rubio ya que escuchaba algunos quejidos por parte del menor. El rubio se removió en la cama para buscar una manera de no escuchar al menor pero no hallaba ninguna manera.

– Niño, haz silencio, ¿quieres? Quiero dormir.– Se quejó el rubio girándose para darle la espalda, escuchó algo parecido a un gemido ahogado pero lo ignoró.

– Hyung..– Llamó el menor ya que estaba desesperado con el problema que tenía, nunca le había pasado y todo por soñar con esas cosas, era un pervertido.

– ¿Que quieres niño? – Preguntó con fastidio el mayor sentándose en la cama para mirar al menor que se había sentado también en su cama.

– Necesito su ayuda.– Lloriqueó el menor sintiéndose desesperado, en verdad no sabía que hacer y lo peor era que le dolía.

– ¿En que podrías necesitar mi ayuda a éstas horas de la noche? – Preguntó el rubio encendiendo la luz de su mesita de noche mirando al menor que miraba a algún lugar fijo en su, ¿entrepierna?

– C-con esto.– Dijo el menor acostándose nuevamente y destapándose de cintura para abajo, una gran erección se le marcaba en los pantalones y el rubio lo miró incrédulo.

– ¿No sabes como bajarte una erección? – Preguntó incrédulo el rubio mientras se echaba a reír en voz baja sobre su almohada, que sorpresa.

– N-no, ayúdeme por favor.– Suplicó el menor mirando con un sonrojo en sus mejillas al mayor, eso le avergonzaba pero no sabía como arreglar eso.

– Te ayudaré pero no te tocaré, lo harás tu solo.– Dijo el mayor sentándose en el borde de su cama, miró al menor.

– Está bien hyung, lo que usted diga.– Dijo el menor con un hilo de voz, se sentó en el borde de la cama y observó a su hyung.

– Bien, lo que tienes que hacer es tomar tu pene y acariciarte desde la base hasta la punta, de arriba hacia abajo..–  Dijo el mayor mientras hacia señas de arriba hacia abajo con su mano donde más o menos tomaría su pene, el menor asintió.

– Está bien. – Dijo el menor y comenzó a abrirse su pantalón con lentitud, no sabía si lo haría bien o mal pero ya su hyung le dirá, ¿no?

– Yo me iré a la sala para.....que tengas privacidad.– Dijo el rubio levantándose de su cama con su almohada en mano, el menor lo observó confundido, ¿no lo iba a ayudar?

– ¿P-pero como sabré si lo estoy haciendo bien hyung? – Preguntó inocentemente el menor haciendo que el mayor frenara sus acciones y lo observara.

– Sentirás placer Kook, ¿o tampoco sabes que es el placer? – Preguntó el mayor volviendo a sentarse en su cama mientras que el menor ya no tenía pantalones y se le hacía muy notoria su erección.

– N-no hyung, y-yo soy nuevo en esto y pensé que usted me ayudaría.– Dijo el menor bajando la mirada a su entrepierna adolorida y palpitante, hizo una mueca que suele hacer cuando tiene vergüenza.

– ¿Ayudaría como? – Preguntó el mayor pasándose a la cama del menor sentándose a su lado, sinceramente moría de ganas por ver al menor masturbarse o ayudarlo.

– P-pues a bajar 'eso'.– Se refirió a su erección dura necesitada de atención, el mayor se relamió su labio inferior e hizo que el menor lo mirara.

– Te ayudaré kookie pero, tienes que estar atento a algunas cosas.– Dijo el rubio intentando sonar dulce pero su voz salió ronca, más de lo que esperaba, el menor lo observó fijamente.

S e c r e t o ( Jikook) •  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora