Cap. 10

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Hoy era jueves, pésimo día en opinión de ambos jóvenes que se vistieron con lo más abrigado que tenían, el cielo estaba levemente nublado y hacía mucho viento. Nadie sabía que hoy habrían corazones rotos, quien iba a saberlo?

Ya en la escuela nada tranzaba bien para ambos jóvenes, cuando llegaron hablando el menor fue alejado del mayor por el castaño que insistía en una respuesta ya que el día anterior se le había declarado al menor. El mayor para no mostrar celos bufó y entró en la escuela encontrándose con su amigo solo, le sorprendió ya que siempre se pasaba con el moreno desdes que empezaron a ser novios. Literalmente el día no tranzaba bien para nadie.

Las clases eran más aburridas de lo normal y nadie prestaba mucha atención, medio salón dormía, otros hablaban entre ellos y otros simplemente miraban a la nada. Todo simplemente horrible en opinión del pelirojo que no hizo más que hablar con su amigo sobre la chica que lo acosaba durante todo el día.

En otro salón de clases, el menor sentía una puntada en el pecho dolorosa al no saber que decirle a su amigo que insistía constantemente. No querías lastimarlo pero no quería tomar una decisión de la cual podría arrepentirse en par de días.

El no sabía que el castaño lo quería utilizar para demostrarle al famoso Park Jimin que no siempre podía ganarse al chico que se le antojara. Ya que sabía que Park quería al menor como a cualquier otro chico, pero se equivocaba, Park amaba al menor de una manera especial. No sabía que le haría un gran daño tanto al menor al alejarlo del mayor como al mayor lastimandolo innecesariamente.

Realmente el chico le tenía envidia al Park Jimin, siempre tenía las miradas de todos encima suyo y siempre era el causante de los suspiros del menor y de otros chicos. Haría lo que fuera para destruir a ese chico que el creía egoísta pero que no era así, solo era rebelde e iba en busca del amor.

– Jungkook~– Canturreó el castaño en una mesa de la cafetería, era consciente de que a la distancia el ahora pelirojo los observaba fijamente mientras comía.

– Taetae– Dijo el menor sentándose en la mesa mientras dejaba el bulto a un lado y le sonreía fingidamente a su amigo insistente.

– Yyyy..? – Dijo el castaño sugerente tocando la mano del menor pero este la retiro lentamente inseguro de que hacer, no quería traicionar a su propio corazón pero no quería lastimar a su amigo, estaba entre la espada y la pared.

– Tae yo en verdad no puedo– Dijo el menor bajando la mirada a sus manos que descansaban sobre su regazo, el castaño puso los ojos en blanco.

– Anda Kookie, prometo ser bueno– Dijo el castaño intentándolo hacer caer al menor, el menor sin soportar la presión accedió arrepintiendose mentalmente.

– Está bien– Suspiró triste subiendo la mirada pero fue sorprendido cuando el castaño se acercó a el y lo besó.

El mayor al observar eso a lo lejos dió un fuerte golpe en la mesa llamando la mirada de su amigo y las chica, se levantó y se fue caminando, saliendo de la cafetería furioso. Al estar suficientemente lejos de la cafetería se detuvo frente a una pared y estampó un fuerte golpe contra esta gruñendo, la chica estaba cerca, aprovecharía su furia para follar en cualquier cuarto de limpieza o salón.

– Que tal si...vamos a un salón yyy, no sé, jugamos– Dijo la chica seductoramente, el mayor la observó y tomó su mano guiandola a un salón vacío.

El pelirojo no esperó mucho al entrar,  tiró su bulto al suelo y acorraló a la chica contra una pared besándola salvajemente mientras introducía su lengua en su boca. Necesitaba desquitarse con algo o alguien, y que mejor que con una chica que estaba dispuesta a dar todo por el?

Sin querer alargar más el asunto la tomó de la parte posterior de los muslos y la alzó en el aire para colocarla sobre un escritorio.

– Tienes condón? – Preguntó el mayor más ronco de lo normal, la chica asintió y le indicó donde se encontraban, se lo colocó después de bajarse su pantalón y boxer hasta las rodillas.

De un jalón le quitó a la chica las bragas y la falda tirándola al piso y la penetró de una sola estocada haciendo que ella gimiera tapándose la boca. Comenzó a moverse rápido sin esperar, la chica gemía y jadeaba mientras echaba la cabeza hacia atrás. Un par de minutos más y se corrió junto a la chica gruñendo, se quitó el preservativo al salir de ella, lo echó en el bote de basura y acomodando su ropa salió dejando a la chica sola jadeante.

No muy lejos el amigo del pelirojo escuchó todo y entonces decidió que ahora le tocaba a el ser el cupido de su mejor amigo y lo hablaría con su pareja más tarde. Sabía que su amigo era muy difícil cuando lo herían sentimentalmente, era como una tortuga que al asustarse se esconde en su caparazón o para protegerse, su amigo lo había echo durante años. Esconderse en un caparazón de hielo para no ser lastimado y ahora que por fin se enamoraba el menor lo echaba todo a perder, el tenía la urgencia de saber quién era el chico que traía así a su amigo para hablar con el.

Conocía a su amigo lo suficientemente como para saber por su actuar si le gusta alguien o algo por el estilo, su amigo era a veces tan transparente como el agua pero a veces dejaba de serlo y se volvía una niebla donde no puedes ver ni el más mínimo mensaje oculto.

Durante la tarde, el menor volvió a la casa solo, no vió al mayor por ninguna parte lo que lo preocupaba y lo entristecía. Al menos de camino a la casa  habían personas, al llegar a la casa del mayor vió que estaban cenando por lo que fue directo al comedor. Todo era silencio, el mayor lo ignoró en todo momento, durante la cena, al ir a la habitación, siempre serio.

Ahora mismo se encontraba con los ojos cerrados intentando dejar de pensar en el día que había tenido, no entendía que le pasaba al mayor pero no le preguntaba porque no quería hacerlo enojar. El mayor no quería estar cerca del menor, sentía que la herida de su corazón se abría más y más por lo que decidió irse a dormir a la sala.

Acomodó su almohada en el sofá y se acostó mirando el techo de su casa, se rió amargamente, tal vez no deba enamorarse después de todo, el amor era como un juego, no sabes si ganarás o perderás, lo peor era que jugaba con lo más preciado que uno tiene, el corazón. Se maldijo a sí mismo por enamorarse de un chico que era tan inconsciente de lo que causaba que lo volvía loco.

Dejó caer un par de lágrimas que se secó al instante.

" No llores, tu eres más que esto, él solo fue un niño que no sabía lo que tenía entre las manos" Pensó el mayor mientras hacía un nota mental que no rompería, nunca más acercarse a Jeon Jungkook aunque le duela.

Y así fue como quedó dormido, guardando en lo más profundo de su ser todo lo que había sentido por el menor y todo lo que había pasado con el.

S e c r e t o ( Jikook) •  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora