Cap. 8

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Eran cerca de las 10 de la mañana de un domingo un poco frío, ambos jóvenes dormían plácidamente en cucharita, transmitiéndose calidez. El mayor abrazaba al menor por la cintura y lo mantenía pegado a su torso mientras tenía una de sus piernas entre las del menor dormido.

Estaban tapados hasta el cuello escondiendo sus torsos desnudos ya que ambos la noche anterior se dieron una ducha y se pusieron ropa de cintura para abajo. Los adultos todavía no llegaban y eso era un alivio. El mayor fue el primero en despertarse encontrándose con una cabellera oscura, la habitación estaba en completa tranquilidad y eso le gustaba después de lo que pasó la noche anterior.

Con un poco de dificultad se apoyó en su codo izquierdo y apoyó su cabeza en la palma de su mano para poder observar el perfil del menor, relajado, perfecto y hermoso. No lo iba a negar, el menor era hermoso en todos los sentidos y le frustrada saber que nunca tendría a alguien como el menor a menos que cometiera una locura.

Acercó su rostro al cuello del menor y comenzó a dejar besos desde ahí, por su clavícula hasta llegar a su hombro donde siguió esparciendo besos hasta que el menor se removió y se volteó quedando frente a frente. Sonrió y se acercó nuevamente besando su frente, mejillas, nariz, mandíbula, mentón hasta llegar a sus labios y dejar un casto beso.

– Hyung~.– Murmuró somnoliento el menor pasando un brazo por la cintura del mayor, lentamente se abrió los ojos, sus párpados se sentían pesados pero aún así observó al mayor.

– ¿Que pasó bebé? – Preguntó el mayor pensando que era lo más tierno que había visto en su vida al despertar, el menor sonrió levemente ante el apodo su hyung estaba muy empalagoso esta mañana.

– Quiero que me siga besando así.– Murmuró el menor haciendo un puchero mientras que el mayor reía y besaba aquel puchero tierno, convirtiéndose en un beso lento y sensual.

El mayor se apoyó en su antebrazo para estar más cerca del menor, succionó el labio inferior del menor y pasó una mano por su cintura colocándolo casi debajo de el. El menor abrazó por el cuello al mayor y le correspondió mordiendo tímidamente el labio inferior del mayor. Al separarse ambos jóvenes, respiraron un poco antes de besarse nuevamente pero el teléfono del menor los interrumpe.

– Taetae.– Murmuró el menor mirando la pantalla de su teléfono pensativo, el mayor puso los ojos en blanco con fastidio pero sin moverse de su lugar.

– Que insistente..– Gruñó el mayor acariciando la cintura del menor suavemente erizandole la piel, el menor sonrió y contestó lo más normal posible porque se encontraba nervioso al estar tan cerca de su hyung.

" Jungkookie~ , buenos días, ¿puedo ir a tu casa? " Preguntó el castaño alegre al otro lado de la línea, el menor miró pensativo al mayor que lo examinaba cuidadosamente.

" No sé Taetae, papá y la mamá de hyung no han llegado y estamos solos." Dijo el menor haciendo un puchero que el mayor besó suavemente haciéndolo sonrojar, sonrió tímidamente.

" ¡Mejor! Así podemos hacer de todo sin que se enteren.." Dijo el castaño tan fuerte que el mayor lo escuchó y bufó. " ¿Quien está contigo? ¿Fuiste tu Jungkook? "

" Si Tae, fui....yo." Dijo el menor siendo interrumpido por el mayor que le dió otro beso.

" Está bien, ¿qué dices? " Preguntó el castaño refiriéndose a su propuesta de doble sentido, el mayor continuó besando al menor impidiéndole que contestara.

" E-eh, no Tae, en realidad que hoy...no puedo, se p-podrá en otro momento." Dijo el menor cuando por fin pudo separarse de los labios del mayor controlando su respiración para que el castaño no lo escuchara.

" Está bien Jungkook, nos vemos mañana."  Dijo el castaño molesto, el menor le escondía algo y lo descubriría de alguna manera.

" Nos vemos mañana Taetae." Dijo el menor terminando la llamada mientras que el mayor lo volvía a besar más salvaje y posesivo.

El menor enterró sus manos en el sedoso cabello del mayor intentado seguirle el ritmo, si seguían así tendría una erección en cuestión de segundos. En ese momento el mayor tomó una decisión un tanto loca pero era lo que su corazón le pedía.

" Al demonio todo y todos, Jeon Jungkook eres mío." Pensó el mayor mordiendo y succionando el labio inferior del menor haciendo que este jadeara.

Ambos jóvenes escuchan el sonido de una puerta cerrarse y entonces se separan abruptamente, rápidamente el mayor se sale de la cama del menor y se va a la suya acostándose mientras mantenía la respiración agitada. El menor se volteó dándole la espalda a la cama del mayor y cerró los ojos regulando su respiración.

– ¿Minnie? – Se escuchó la voz de la madre del mayor mientras abría la puerta y observaba al menor "dormido", entró en la habitación y el mayor la observó como si nada.

– Hola ma.– Dijo el mayor con una media sonrisa mientras seguía observando el techo de su cuarto como si fuera lo más interesante.

– ¿Llevas tiempo despierto? – Preguntó la mayor sentándose en el borde de su cama acercando su mano al rostro del rubio para acariciar su mejilla.

– No, un par de minutos.– Dijo el mayor observando a su madre, se había cortado un poco el cabello.

– Está bien, bueno, me voy a mi habitación, Minho y yo estamos cansados después del viaje, la próxima vez irán ustedes dos y les fascinará.– Dijo la mayor levantándose de la cama del rubio con una media sonrisa, el rubio asintió y le sonrió.

La mayor salió de la habitación cerrando la puerta y entonces el mayor en par de segundos ya se encontraba en la cama del menor abrazándolo por la cintura mientras besaba su nuca. El menor se giró y lo observó con detenimiento, el menor se preguntaba por qué el mayor hacía todo eso.

– Hyung, ¿p-por qué hace esto? – Preguntó el menor tímidamente temiendo que el mayor solo quisiera ilusionarlo, utilizarlo y luego botarlo.

– ¿Que cosa bebé? – Preguntó el mayor acariciando una mejilla del menor mientras observaba sus ojos avellanados como los suyos.

– Esto, ponerme apodos tiernos, besarme de esa manera, acariciarme como lo hace ahora, parece que quiere utilizarme porque antes no era así conmigo– Dijo el menor bajando el tono de voz a medida que terminaba de hablar, la mirada del mayor tenía un brillo que le decía lo contrario pero no se dejaría llevar.

– Emm, yo no te puedo decir hasta que esté seguro Kookie.– Dijo el mayor suspirando mientras desviaba la mirada a la pared que quedaba frente a las camas.

– Está bien.– Dijo el menor observando a su hyung, se lo dejaría pasar ya que confiaba en que se lo diría más adelante.

Vaya manera de comenzar el día para ambos jóvenes, durante el resto del día no hicieron anda interesante, durante la tarde ambos jóvenes recogieron sus cosas en sus maletas ya que volverían a la casa del rubio. No se hablaban mucho, cuando se quedaban solos no se sentían incómodos pero aún así se sentía raro de alguna manera. El menor se preguntaba como se vería la casa del mayor pero esperó a llegar a la casa del mayor.

El mayor por otra parte pensaba en la decisión que había tomado, ¿era lo correcto buscar el amor en la persona que es tu hermanastro? Pensaba que no ya que no eran familiares de sangre, así que no encontraba un problema en esa parte, el problema era el padre del menor y su madre. Tal vez ninguno de los dos acepte que los menores estén juntos si es que algún día ambos llegaban a sentir algo por el otro, eso lo descubrirían con el pasar de los días.

S e c r e t o ( Jikook) •  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora