Cap. 4

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" Hyung, ¿alguna vez usted ha visto pornografía? " Se repetía esa pregunta en su cabeza mientras iba en el asiento de copiloto al lado de su padrastro.

Se le erizaba la piel de tan solo pensar en el menor viendo porno mientras se masturbaba, esa era una imagen que lo perturbaba un poco.

– Jimin, Jiimin, ya llegamos.– Dijo el mayor señalando la casa, el rubio parpadeó varias veces relamiendo sus labios nervioso sin ninguna razón y se baja.

El menor nota que actúa raro pero lo deja pasar para nuevamente no molestarlo. El rubio se saltó la cena, se duchó y se acostó a dormir sin conciliar el sueño por unas horas largas. Daba vueltas en la cama, el menor se había acostado así que estaba en completa oscuridad y soledad.

Se levantó de su cama y se fue al baño para darse otra ducha pero esta vez de agua fría para ver si lograba quitarse la tensión que cargaba en su cuerpo. Se puso un boxer y se acostó con el cabello mojado, se cubrió de la cintura para abajo con la toalla y así pudo conciliar el sueño.

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Al día siguiente el rubio pensó que tuvo el peor día, andaba muy despistado, se chocaba mucho con todos, se le caían las cosas, manchó la camiseta de una chica, bueno, que no le pasó ese día. Finalmente después del mediodía decidió saltarse las clases e irse a un parque que estaba cerca de la escuela, necesitaba tomar aire y que mejor manera que descansar bajo la sombra de un gran árbol en el parque.

La brisa de otoño lo tranquilizaba bastante y el trino de las aves también por lo que ese parque fue de gran ayuda para el, no había mucha gente. Amaba estar en contacto con la naturaleza, desafortunadamente, tenía muy pocas oportunidades de estar en contacto con ella.

Una pelota de fútbol vino a parar cerca de el así que la tomó y miró a quien le pertenecía viendo a un chico de piel blanca y cabello color menta acercarsele. Se la arrojó y el chico le agradeció con un pequeño agradecimiento y una sonrisa, su piel blanca le recordó al menor. 

Observó al chico jugar con un niño pequeño, solía gustarle el fútbol de pequeño.

Cuando su padre los abandonó por otra familia que tenía dejaron de gustarle muchas cosas y comenzó a ser más rebelde, comenzó a beber un poco. Perdió la virginidad y ahí descubrió que le gustaban los chicos, fue algo confuso ya que creía que le gustaban las chicas pero al parecer no.

Su padre era un gran hombre pero se desvió del buen camino que llevaba con su madre y él. Llevaban una buena vida y recordaba que a sus 15 años tuvo que trabajar por unas semanas para ayudar a su madre hasta que meses después llegó Minho. Minho ayudó a su madre mucho, le estaría eternamente agradecido por haberla ayudado tanto.

Su cabello solía ser castaño como el de su padre pero para no recordarlo se lo pintó de rubio siendo el unico en su familia rubio. Le tenía un rencor inmenso a su padre y nunca le perdonaría el daño que le hizo a el mismo y a su madre.

Miró la hora en su teléfono y al percatarse de que le quedaba media hora se levantó y tomó su bulto para irse caminando a su escuela llegando justo cuando tocaba el timbre.  Se sentía más relajado así que solo esperó al menor y luego a su padrastro que  no tardaba en llegar, quería llegar a su casa, cenar, ducharse y acostarse a dormir.

S e c r e t o ( Jikook) •  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora