Corben sentía un peso sobre sí mismo, era extraño y le excitaba la manera en que se contoneaba sobre su erección, pero, cuando reaccionó y recordó en dónde se encontraba, así como el hecho de que no había nadie en ese reino que se atreviera a cometer tal osadía, abrió los ojos de inmediato. Lo que encontró al despertar no era para nada algo que hubiese visto venir, Dáire estaba desnudo y sentado sobre él.
Su mirada era oscura como si el deseo la estuviese nublando y, aunque era completamente excitante verle de esa manera, Corben sabía que eso no era normal.
— ¿Bebiste más de esa botella? —cuestionó sentándose, ignorando que aún con el pantalón puesto podía sentir una cálida humedad en la intimidad de Dáire, incluso olía como el día anterior.
Dáire estaba demasiado excitado, su pequeño miembro se encontraba tan duro y su rostro sonrojado por el deseo que sentía.
Al sostenerle de los brazos, Corben notó que también su piel ardía, eso no estaba bien, que se encendiera su libido no era tan preocupante, pero si su temperatura subía demasiado podía llegar a sufrir algún daño físico.
— ¿Quieres que lo haga? Beberé cualquier cosa... —sugirió Dáire olvidando cualquier formalismo, su voz salió como una invitación que incitaba a partirle en dos sobre esa maldita cama, la forma en que mordió sus labios era endemoniadamente sensual. —Haré todo lo que pidas, por favor, tómame, hazlo.
Se hincó separándose solo para tratar con sus manos de deshacerse del pantalón de Corben que se interponía en su único propósito. Fue detenido por el Dios, quien le tiró sobre la cama y se incorporó dejándole ahí. Enseguida Dáire se hincó y gateó hasta la orilla pronunciando su nombre con un maldito tono tan suave que parecía atraerle como el más potente conjuro.
—Corben, ¿por qué no lo haces conmigo? Quiero que me toques...
—No sabes lo que estás diciendo. —siseó conteniéndose al verle en esa posición. Llegó a un mueble y sacó la botella viendo que claramente no había bebido más. —Estás actuando por los residuos que no pudiste vomitar.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? Ven aquí y dime... —se inclinó sobre su pecho manteniendo el culo en alto y sonrió lascivamente cuando vio a Corben menguar en su decisión de mantener distancia. —Acércate, te lo ruego. Quiero que me folles como siempre, debes hacerlo, ¿acaso no me deseas?
Sus súplicas, su expresión, esa endemoniada posición, Dáire estaba usando sus encantos para atraerle, pero debía recordarse que todo era provocado por esa maldita droga, ni siquiera parecía ser consciente de lo que estaba diciendo, Dáire, el chico al que conocía no pediría algo así de forma tan vulgar.
El afrodisiaco era tan fuerte, que Dáire estaba actuando completamente como otra persona y eso le hacía tan diferente a lo que Corben en realidad deseaba, que decidió no dejarse llevar, debía controlarlo a costa de guardarse las ganas para otro momento.
Con su energía tiró a Dáire sobre la cama y retuvo sus brazos y piernas, cubriéndolo con las sábanas cuando quedó inmóvil. El chico le miraba confundido, al inicio parecía aún estar en aquel trance, hasta que Corben se acercó. Por un instante, aunque fue mínimo, el menor mostró el mismo temor de siempre en esos ojos que volvieron a nublarse casi enseguida, mientras más palabras indecentes salían de nuevo de su perfecta boca pidiendo lo mismo que antes.
Definitivamente ese no era Dáire, si realmente deseara algo como eso, no se hubiese asustado como lo hizo. Ese pequeño instante de lucidez bastaba para saber que el chico realmente no deseaba tener sexo.
Corben se alejó dejándolo ahí, mientras estuviese atado no causaría problemas, sin embargo, no iba a dejarlo solo en esa condición, podía alterarse en cualquier momento y eso afectaría al bebé, o tal vez reaccionaría y se asustaría si se encontraba inmovilizado por su magia, así que se sentó en la sala y se mantuvo en silencio observándole fijamente, tuvo que cerrarle la boca cuando sus palabras comenzaron a ser molestas. ¿En qué pensó cuando imaginó que ese afrodisiaco sería una buena alternativa en caso de decidir usarlo?
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El destino de Varnow
FantasyPrimer libro: El rey de Varnow. Segundo libro: Los herederos de Varnow. Tercer libro (continuación del segundo): El destino de Varnow. No hay resumen, ya que es la continuación directa de "los herederos de Varnow". Espero lo disfruten, sean todos bi...