Fall again.

8.

Los días pasaron y cada vez estaba más cercano a Harry.

Recuerdo que en ese momento mi felicidad era muy grande, mi emoción lo era todavía más.

Nadie, absolutamente nadie había correspondido mis sentimientos antes.

Todo iba viento en popa, el proyecto de historia había sido un éxito, y nos habían avisado que la exposición del departamento de idiomas iba a contar para las calificaciones finales.

Recuerdo que en ese momento me encontraba en casa de Zion, con los demás del equipo.

Todos sentados en círculo, al rededor de la mesa de centro en su sala.

Después de reunirnos en varias ocasiones para terminar el proyecto, nos habíamos vuelto buenos amigos todos.

-Bueno, bueno. Cálmense.-habló Gabbie, moviendo sus manos para callarnos.-Jonah había dicho que tenía que contarnos algo, ¿no?.

Todos miramos rápidamente al mencionado, que dejo de sonreír poco a poco.

Me preocupé al instante. Para ninguno de nosotros era secreto que los padres del ojimiel tenían algunos problemas, y por mi mente solo pasó eso.

-Oh, Jonah. ¿Está todo bien?.-me senté junto a él y lo abracé por los hombros.

Por alguna razón, él y yo éramos muy unidos, aunque siempre me sentía la peor persona del mundo, Jonah realmente no era una mala persona, y yo estaba haciéndole daño.

Él me abrazó de vuelta y escondió su rostro en mi cuello.-Ay, no sé cómo decirles esto sin llorar.-respondió con la voz entre cortada.

Josh habló.-No tiene nada de malo llorar, amigo. Cuando algo nos duele es normal hacerlo.-palmeó su espalda, ya que estaba del otro lado de él.

Recargué mi cabeza en la de Jonah y pude escucharlo tragar saliva, como si un nudo molestara su garganta.

-¿Es sobre tus papás?, ¿es eso?.-preguntó Zion.

Jonah sacó su cabeza de su escondite y bajó la mirada a sus manos enlazadas en su regazo.-N-No. No tiene que ver con ellos.

Todos nos miramos, sin saber qué decir. Realmente yo no era nada bueno consolando personas.

-Es Harry.-susurró.

Mi respiración se cortó y sentí a mis mejillas perder color.

-Terminó conmigo.