Capítulo 5: Sensaciones familiares

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   —Mateo nos está esperando para jugar—nos dice Erick a Luke y a mi.
   —Esperen un momento—le contesta Luke concentrado en “calentar”.

Hoy en la mañana Luke no estaba en la casa, por un momento me asusté hasta que lo ví afuera platicando con Erick, supongo que disculpándose.

Mateo estaba muy inquieto esta mañana, así que decidimos jugar con él a las escondidas.

Luke dice que quiere encontrarnos rápido, así que se está preparando para que cuando nos escondamos, vaya de inmediato a buscarnos.

Erick y Juliette le dijeron que era ridículo,pero a él le importó poco sus comentarios.

   —¿Listos?—nos pregunta Erick a mi y a Mateo.
   —¡Sí!—respondemos al unísono.
   —Bien. Uno, dos,¡tres!—grita Erick que sale corriendo.

Mateo y yo buscamos escondernos en casa del señor Miguel.

Juliette y el señor nos miran jugar al mismo tiempo que platican.

Mateo y yo entramos a la casa. Él se esconde debajo de la cama y yo busco esconderme en el ropero.

Se escucha la pequeña risa de Mateo, divertido por el juego.

De repente tengo una sensación extraña de estar aquí escondida, pero lo dejo pasar cuando escuchamos a Luke gritar “¡20!”.

Me tapo la boca para evitar producir algún sonido y ser descubierta, creo que Erick está en la casa de Juliette.

Después de unos minutos, a Mateo se le ocurre salir de su escondite para ver qué ha pasado; justo cuando veo que se asoma por la puerta, Erick llega detrás suyo y lo espanta.

Se escucha el grito de Mateo por el susto que le acaba de dar Erick, mientras que él, ríe incontrolable.

   —¡¿Qué te pasa?!—exclama enojado y agarrándose el pecho Mateo.
   —Lo siento—sigue riendo—Te encontré—dice con un tono tan tranquilo y toca su cabeza para calmarlo.

Escucho como abren la puerta del ropero y me quedo quieta por no saber que hacer.

La luz ilumina el pequeño espacio donde me encuentro y al levantar la vista, me encuentro con los ojos marrones de Luke y su sonrisa de lado.

   —Te encontré—me dice sonriendo.

Siento como me empiezo a sonrojar, se ve lindo cuando sonríe.

Después al darme cuenta, hago una mueca por el disgusto de que me encontrara y salgo del armario con cuidado.

   —De todas formas, gané, me encontraron al último—digo y rio.

Miro a Mateo que me sonríe tiernamente y luego a Erick que pone los ojos en blanco por mi actitud tan infantil y porque a él lo encontraron primero, por eso vino a buscarnos a Mateo y a mi.

   —Me empalagan—dice Erick arrogante y agarra la mano de Mateo—vamos a volver a jugar.

Antes de que él salga de la casa, una mariposa blanca, pasa frente a él.

Sus ojos llenos de temor miran a Luke, los dos se miran espantados y salimos de la casa corriendo.

La casa se está desvaneciendo, convirtiéndose en esas mariposas al igual que lo hacía Charlotte.

   —El señor Miguel—susurra Luke sin despegar la vista de la casa.

Todos corremos hacia donde se supone estaría el señor Miguel y Erick es el primero que llega con él para sostener su cuerpo hecho mariposas.

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