Después De La Luz

Capítulo 14: Después de la luz.

   —Gracias por traerme amor—le digo a Beatriz que me lleva en la silla de ruedas.
   —No hay de qué, sabía que necesitabas este paseo para desestresarse—me dice para luego darme un beso en la mejilla.

Tres años,el tiempo se pasó volando, ya no pude recuperar la movilidad en las piernas, aunque realmente ya me acostumbré. Si estaba muy triste al principio, pero pasó el tiempo y mi mente y cuerpo lo aceptaron.

Vivía solo, pero ahora vivo con Beatriz, después de despertar, ella se ofreció a cuidarme y me ofreció su casa por un tiempo.

Al final, terminé pidiéndole matrimonio, nos casaremos un año después una vez ella termine su carrera, es decir, en dos años más, me estaré casando con esta mujer...

Pasaron años, estuve con ella, empecé a trabajar, le pedí matrimonio, es genial pero... siento que algo me falta.

No puedo dejar de tener esa sensación de vacío, quizá es algo egoísta de mi parte, casi no recordaba a nadie, y técnicamente tuve que empezar de cero con la mayoría.

Me ha dicho Beatriz, que hay un lugar al cual yo iba siempre antes de ir por ella a la escuela. Dice que es un lugar muy bonito y tranquilo.

Me reí al escucharla, en estos tres años me he pasado casi por todo el vecindario, no sé qué lugar era tan especial como para venir a diario.

   —¿Por qué casi no hay luz?—pregunta Beatriz algo confundida.
   —Todavía no sé oculta el Sol, supongo que es por eso—me encojo de hombros sin saber.
   —Que raro, a estás horas, la calle está muy iluminada.
   —Déjalo pasar,seguro que no tardan en prenderlas.
   —¡Mira, es aquí!—exclama con entusiasmo.

Volteo a ver el lugar, un café pequeño.

Es muy lindo,las luces dentro del café ya están encendidas, afuera las mesas bien acomodadas y todas con flores.

   —Es un lugar muy bonito—digo más para mí que para ella.
   —¿Verdad?—me pregunta Beatriz feliz.—vamos a una mesa Luke—dice tierna y yo no puedo evitar reír un poco.

Elegimos una mesa cerca de la calle, dice que cuando se prenden las luces y sale la Luna, es el lugar más bonito que podría ver por este barrio.

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Veo que llegan unas personas y buscan una mesa.

Me apresuro a recogerme el cabello y llevar los menús para ellos. Son una pareja joven, me gusta ver que lleguen parejas a esta hora al café.

Me apresuro y salgo a atenderlos.

   —Buenas noches, ¿Qué les puedo servir?—fijo mi vista en los menús para entregarle uno a cada quien.

Levanto la vista para verlos...

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Una vez que elegimos la mesa y nos acomodamos, Beatriz me empieza a platicar acerca de lo que tiene que hacer para terminar la carrera.

Yo le sonrío, me siento feliz por ella.

Siento una presencia, seguro de la persona que nos atenderá, levanto la vista...

La luz de las lámparas de las calles se encienden de golpe, deslumbran tanto que los tres nos cubrimos el rostro en lo que esperamos a que la luz sea tenue.

En el momento que la intensidad de la luz baja,miro a Beatriz que ríe por lo bajo divertida, escuchó una segunda risa a mi izquierda y al voltear...