BETA

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Sehun estaba furioso, Luhan le había mentido todo ese tiempo para irse a corretear con los betas, la sola imagen de su omega con los otros lobos jugando por allí le hervía la sangre, al ser el Alfa sabía lo que hacían en ese estúpido taller, como irse a nadar al lago ¡desnudos!, al ser cambia formas era algo normal andar sin ninguna ropa ya que al transformarse estás se rasgaban y se destruían por lo que todos preferían quitársela cuando iban a cambiar, aun así Sehun moría de celos, el conocimiento de que todos aquellos lobos vieron a su compañero lo hacía rabiar.

Había creído que Luhan por fin aceptaba su naturaleza como omega, que de verdad se estaba esforzando por encajar en la manada pero todo había sido una mentira, a Luhan no le interesaba tomar su lugar en la manada, podía entender que su omega haya vivido en circunstancias diferentes pero los omegas eran omegas, los Alfas eran Alfas y los betas, betas, no se mezclaban peras con manzanas.

Casi estallo de alegría cuando Luhan le dijo que estaba listo para tener cachorros, después de tanto esperar Sehun pensó que su vida por fin estaría completa, con un esposo amoroso e hijos, en todo el día no pudo quitarse la sonrisa de la cara, incluso termino su reunión antes para irse a festejar con su esposo...no pensó que la ilusión le duraría tan poco; en cuanto la instructora del taller de omegas le dijo que Luhan había faltado desde hace cuatro semanas y que desconocía su paradero su vista se tornó roja porque él ya sabía dónde estaba, ahora entendía porque a veces llegaba muy cansado o porque siempre estaba recién bañado cada vez que regresaba a casa, era para que él no sintiera el olor a beta en su cuerpo. 

¡Y la manta!

Esa fue la gota que derramo el vaso, esa cosa no estaba ni a la mitad cuando la instructora se la entrego diciéndole que era el trabajo de su compañero, en automático recordó como esa misma mañana habían hablado de ella y lo ansioso que estaba por verla, Joder, había sido un idiota. Ya podía ver a Luhan riéndose a su costa.

Una vez en casa fue directamente a su oficina, no quería ver al omega, mañana lidiaría con esa mierda, por ahora sólo quería descansar, distraerse, quizá un poco de papeleo pudiera lograr aquello, y pensar que creyó que esa noche sería de fiesta. Estaba exhausto cuando termino de organizar los registros de los nuevos integrantes de la manada, cada día nacían bebés y se encontraban compañeros, siempre había algo que hacer allí.

Después de horas de trabajar por fin se sentía calmado y tranquilo, la niebla en su mente se había despejado haciéndolo entender que quizá se había excedido un poco con todo lo que le dijo a Luhan, nunca pensaba en lo que decía cuando estaba molesto y eso era claramente un defecto en su persona, lo que era peor es que no pensaba aquello realmente, Luhan era la personificación de la perfección, lo amaba como a nada en el mundo, daría la vida por él su fuera necesario, antes que todo estaba su omega, sobre todas las cosas, no le importaba realmente su pasado o si prefería pasar su tiempo con los betas...bueno, sí le importaba, moría de celos pero era su compañero, la mitad de su alma gemela.

Dispuesto a ir a pedir disculpas reviso su reloj dándose cuenta que eran más de las tres de la mañana, seguro su pequeño estaría dormido, no creía conveniente despertarlo luego de semejante escena en la cancha de los betas, esperaría esta mañana para arreglar aquello. No se sorprendió cuando encontró su cuarto vació, cuando Luhan se molestaba con él se iba a su vieja habitación para estar solo, Sehun respetaba eso, le daba su espacio y esperaba a que ambos se tranquilizaran para irlo a buscar o a veces era el mismo Luhan quien acudía a él para disculparse, no podían durar mucho tiempo peleados, sus lobos reclamaban regresar con el otro, sus almas como imanes, difíciles de separar.

La noche aseguraba ser eterna y fría sin su pequeño cachorro acurrucado a su lado proporcionándole calor, quería que mañana llegara ya para poder tener a su bebé de nuevo en brazos, con un suspiro resignado sabiendo que estaría totalmente solo; se arropo en su cama, las sabanas aún tenía el aroma de su pequeño lo cual lo ayudo a conciliar el sueño, su olor lo relajaba y aunque no estuviera físicamente con él, su esencia lo estaba.

Incompleto -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora