Prólogo

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Luhan sentía como si le hubiera pasado un camión encima, todo le dolía, su boca parecía estar llena de algodón, sus ojos estaban pesados, era difícil abrirlos, el esfuerzo era mayor ya que su cabeza palpitaba del dolor, pero ¿Qué demonios estaba pasando?

- Se está moviendo- escucho unas voces a lo lejos, no las conocía. No entendía nada. Lo único que deseaba en ese momento era acabar con el dolor.

- Llamen el doctor- más voces. ¿Doctor? ¿Dónde estaba?

Con todas las fuerzas que logro tomar abrió los ojos, la luz lo cegó, era demasiado deslumbrante para sus ojos sensibles, un pequeño quejido abandono sus labios, bueno, tenía otro dolor que agregar a su lista. El ruido se volvía cada vez más insoportable, las voces aumentaban su volumen, cosas arrastrándose de aquí a allá. Hizo otro intento para abrir los ojos, esta vez más lentamente. Tuvo que parpadear varias veces para que todo comenzara a tomar nitidez. Lo primero que vio fue paredes blancas, estaba rodeado de paredes blancas, un constante pitido lo hizo voltear, era una maquina...le dolía demasiado la cabeza como para recordar el nombre. Esa misma maquina estaba conectada a él y no sólo eso, tenía una intravenosa en el interior del codo...pero ¿Qué?

- Señor Lu- una gruesa voz lo llamo suavemente, si hubiera podido habría saltado de la impresión, pero sentía demasiado dolor para eso. Al girarse se encontró con la mirada de un hombre, ni muy joven ni muy viejo, debería tener entre los 40 y 50 años. El hombre le sonrió para tranquilizarlo o al menos eso pensó Luhan- Me alegra que haya despertado, ¿Cómo se siente?- mientras hablaba el hombre escribía unas cosas en una tableta, a la par que unas enfermeras lo revisaban. Una le ofreció un vaso de agua, él acepto, sentía como si su garganta fuera el desierto de Sarah, sintió rasposo al pasar el líquido. Dios, hasta algo tan básico era difícil.

- Yo...- su voz sonaba tan rasposa, quebradiza, como si no la hubiera usado hace mucho tiempo- ¿Dónde...estoy? ¿Qué está pasando?

- Señor Lu... me presentó, soy el Doctor Lee- Él hombre no se inmuto y siguió hablando, su rostro seguía siendo amable, eso lo calmo, significaba que no estaba del todo mal, ¿Cierto?- Debo decirle algo...delicado- podía sentir como las enfermeras acomodaban algunas cosas en una mesa metálica, supuso que era comida- Usted tuvo un accidente automovilístico, tuvo severas heridas en su zona abdominal, brazos, piernas y cabeza, que lamentablemente fue el lugar donde sufrió mayor daño.

- ¿Qué?- Luhan no podía creerlo, era demasiado para asimilar, ¿Cómo era posible? ¿Cómo? ¿Cuándo?

- Lamento ser yo quien tenga que darle esta noticia. Pero hay buenas noticias, su cuerpo ha aceptado los medicamentos y está casi como nuevo – Luhan gruñó, era mal momento para bromas, pero luego se arrepintió, el dolor de su garganta aumento. Mala idea.

- Pero... ¿Cómo?- Tuvo que hace un gran esfuerzo para no tener un ataque de irá o de pánico, quizás ambos.

- Eso se lo tendrá que explicar su familia, yo sólo trato con el cuestionamiento médico, lo siento mucho.

Lo demás pasó en pequeños flashes, estaba aturdido, apenas sintió cuando las enfermeras lo limpiaron y alimentaron, seguía demasiado débil como para moverse, incluso le habían puesto un medicamento especial para el dolor. A las horas, se sentía como en una nube, no había más dolor pero la confusión y las preguntas inundaron su cabeza, ¿Cómo pasó? ¿Iba solo? ¿Qué pasó? ¿Por qué?

No supo cuando cayó dormido, las medicinas habían sido más fuertes que él, pero su mente seguía despierta, intentando recordar, averiguar qué había pasado, pero todo estaba en blanco.

- No puedo creer que no estuve aquí cuando despertó, sabía que no debía irme.

- Sehun, no seas tan duro contigo mismo, merecías un descanso, ninguno de nosotros sabía cuándo despertaría, agradezcamos que ha despertado- de nuevo, unas voces se escucharon cerca de su camilla, esta vez sí supo identificar una de las voces, ¿Minseok? La calma lo inundo, su hermano mayor Minseok estaba allí. Minseok y él siempre fueron unidos, sus padres habían muerto hace años, dejándolos solos. Ellos lograron salir adelante, sólo se tenían el uno al otro, en las altas y bajas. Su vida no era perfecta pero era maravillosa, ellos lograron que lo fuera, no dejaron que el dolor los destruyera, lloraron a sus padres y siempre los amarían, honraron su memoria saliendo adelante, él sabía que donde sea que estuvieran sus padres, estarían orgullosos de ellos.

- Min...- su voz seguía rasposa y aun le costaba abrir los ojos, pero no le importaba, quería ver a su hermano, lo necesitaba, sentía que era el único que podría ayudarlo a salir de su gran confusión.- Minseok...

- Luhan- su hermano estaba enseguida de él, una sonrisa ilumino su rostro, parecía genuinamente contento. Tomo suavemente su mano, como si fuera a quebrarse en cualquier momento, incluso pudo distinguir un par de lágrimas en la esquina de sus ojos.- Estas aquí...

- No te desharás de mi tan fácilmente – se felicitó por poder formar esa oración, su garganta seguía sintiéndose demasiado seca, y su voz salía tan baja que dudaba que lo escucharan correctamente.

- Sigues siendo tan idiota como...siempre- y con eso tuvo su hermano para romper en llanto, se lanzó a sus brazos, lo abrazo suavemente pero firme, como si tuviera miedo de que Luhan desapareciera en cualquier momento. Luhan no haría eso.

- Aquí estoy...no voy a desaparecer.

- Me asustaste, imbécil. Pensé que te había perdido- Luhan acaricio la cabeza de su hermano suavemente. Estuvieron a sí un rato hasta que Minseok pudo calmarse, se separó lentamente pero no soltó sus manos.- Lo siento, estoy siendo egoísta- dijo entre risas mientras secaba el resto de lágrimas con su mano libre- Es tu turno Sehun, lamento haberlo abarcado todo.

- Tranquilo Minseok, te entiendo, pero ahora quiero mi dosis de Hannie- Un hombre alto, musculoso, tiene el cabello negro, una barbilla afilada y ojos pequeños achinados, los tenia rojos e irritados, como si hubiera estado llorando, era bastante atractivo debía admitir, pero nunca lo había visto antes, ¿Quién era? Y más importante, ¿Qué hacía allí? El tipo estaba sonriendo de oreja a oreja, estaba en la otra esquina del cuarto y se acercó a paso agigantado hacia él. Se asustó cuando el tipo hizo ademan de abrazarlo, en un reflejo apretó la mano de su hermano y se echó para atrás en su camilla.

- Hannie, ¿Qué pasa?- Minseok lo miro extrañado, pura confusión adornaba su rostro. El extraño no estaba muy diferente, además se alejó, un poco sorprendido y ¿dolido?

- Es...¿Quién es él?- ante su pregunta, ambos se tensaron. Minseok abrió los ojos sorprendido, parecía que los ojos se saldrían de sus cuencas y el otro chico se quedó de piedra. ¿Ahora qué?

- Lu...no juegues con eso- esta vez fue la voz de Minseok la que sonó temblorosa a sus oídos.

- No estoy jugando yo...- su voz se cortó, le había comenzado a doler la garganta, necesitaba agua. Estiro su mano para alcanzar el vaso que estaba en la mesita enseguida de su cama, el hombre extraño se adelantó y lo ayudo, incluso le enderezo las almohadas para que pudiera sentarse. Sus labios se sentían agrietados y secos contra el cristal del vaso. Después de un rato recupero la voz, su garganta dejo de picar y pudo retomar el habla- En serio no sé quién es...yo...no sé qué está pasando, yo no lo recuerdo.

Por Favor, Recuerdame -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora