Chapter 12

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Mis hermanos se estan quedando en mi departamento ya que solo vinieron de viaje por un mes; eh establecido una buena relación que desearía que se hubiera forjado desde nuestro nacimiento,  sin embargo el destino eligió este momento para reunirnos.

–¡AGH! ¡Kain déjame!... ¡Ayudaaaaa! –

–Kain,  deja de molestar a Lizzie–: el timbre comenzó a sonar como loco. –¿Qué impacientes?– Nathan abrió la puerta y de inmediato entraron Jace y Alec.

–Hola mi querida Lizzie,  esto sera rápido.  Tu madre esta subiendo el ascensor. –: Mi alma se fue de mi cuerpo.

–¿¡QUÉ!?,  ¡dios mio!.  Nathan,  Kain; escondansé en algún lugar,  aún no es tiempo de decirle a mi madre de su existencia si no me matara.–

Ambos salieron directo a algún lugar que no se exactamente a donde.

Mire a Jace y la imagen de la chica llego a mi mente haciendo que mi corazón diera un vuelco de dolor. No podía evitar sentirme mal por lo que sucedía sentía algo por él sin embargo con el tiempo me daba cuenta de que realmente tenía que dejarlo ir al mirarlo siempre lo recordaba y hacía lo posible por enviar mis sentimientos y mis recuerdos a un lado con la única intención de amortiguar mi caída.
Los ojos grisáceos de Jace me miraban atento a cada movimiento que hacia, pero yo no podía mantenerle la mirada.
–Hola hija.–: la voz de Mike hizo que miente saliera del trance en el que me encontraba.

–Hola Mike.–

–Alec nos dijo que nos fuiste a buscar.–

En ese momento no sabía que decir, por qué mi madre enloquecería si le dijera sobre los hijos de mi padre, sin embargo no estoy lista para uno de sus arranques de furia contra mi.

–Ammmm....si, yo solo....–: dios mío ayudame!!!! – Quería saber si tú quisieras hacer una reunión familiar aquí en mi nuevo departamento.–

–Creí que no querías tener compañía durante un tiempo.–

–Solo será una reunión.–

Los cuatro me miran, pero en ese momento solo estoy siendo consciente de la mirada que hace que mi corazón se destruya; la de Jace.

–Los veré el sábado de la otra semana.– 

Todos se giran para irse excepto uno; y si, es Jace.

–¿Podemos hablar?–

–No te rendiras ¿cierto?– me miro con algo de súplica en su mirada. –Esta bien.–

–Yo....ammm......–. Se rasca la nuca provocándome una impasiencia que crece desde mi corazón. –Realmente me gustas, lamento lo que pasó el otro día, pero tú provocas algo dentro de mí que me hace querer verte todos los días. Y más ahora que no estás en la mansión.–

Quiero responderle que el también me gusta,  y que no quiero alejarme ni si quiera un poco de el, pero mi mente  me hace una mala jugada, trayendo de regreso la imagen de el con aquella chica.

–Es tonto que vengas a decirme esto cuando vas por la vida con otras chicas tomadas del brazo. Es estupido que digas que te gustó cuando tienes a más chicas como ella; que son lo que yo jamás llegare a ser–. Me duele el pecho, puedo oír el latido de mi corazón que retumba en mis oídos y las lágrimas acumuladas en el borde de mis ojos. –Yo no puedo darte lo que ellas te dan–.

Para cuándo terminó de hablar, mis hermanos ha están fuera y ambos me miran. Estoy al borde de un colapso.

–Es una pena que no te ames a ti misma y pongas el amor de alguien por sobre tu felicidad. Es una pena que digas que jamás serás como ellas. Aunque tienes razón, a ti ninguna de ellas te llega ni a los talones. Es una pena que no te des cuenta de que estoy jodidamente enamorado de ti y que no me importan las demás personas, porque yo te quiero a ti –. Respira y me mira –Te veré luego Katherine–. Estoy comenzando a odiar mi nombre, pero más el hecho de que él se esté marchando.
Mi corazón exige una oportunidad para volver a amar, pero mi mente no me lo permite.
En ese momento decido hacer caso a mi corazón y corro para pararme frente a la puerta antes de que el se marche. Sus azulesgrisaseos me miran y provocan una oleada de sensaciones. Coloca una mano en mi mejilla y yo no aguanto más la desesperación de hacer que nuestros labios se rozen.
Sus labios son suaves y nuestro beso es dulce y calido. Cuando nos separamos, lo observó y sonrió.

–¿Qué me has hecho?–. Una risa escapa de sus labios y vuelve a besarme.

–Un loco enamorado hace estupideces, pero este estupido está feliz porque tiene a la chica más hermosa entre sus brazos.– Solo quiero continuar mirándolo durante un largo tiempo. –¿Quieres salir conmigo mañana?–. Simplemente asentí como una niñita boba.

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