I'm not perfect

Disculpas no aceptadas? |9

—creo que es mi momento de pedir disculpas.— susurré recordando como él ya me había pedido perdón anteriormente.

Su mirada se dirigió un momento al suelo, como si pensara, para después volver a mis ojos.

—¿Qué haces perdiendo tu tiempo conmigo, Emma? — sus palabras fueron frías. Sentí como mi pecho se reprimió y mordí el interior de mi mejilla.

—Creo que no sos una perdida de tiempo.

Noté como las comisuras de sus labios se inclinaban hacia arriba, dejando luego de ella, una risa suave.

—Ay, por favor, Emma. Ambos sabemos que eso no es cierto. No es posible que una persona como tú quiera disculparse por sus actos con un chico como yo. Sí estás tratando de utilizarme para uno de tus jueguitos, de esos que haces con tus amigos, te voy a pedir que pares. No voy a caer, es una perdida de tiempo.

—No es eso Zed! No es un estúpido juego!
Me quiero disculpar porque yo no quería hacer eso.— necesitaba que me creyera. Me sentía demasiado mal por esto, y no lo soportaba.

En estos momentos deseaba no haberme encerrado en mi propia burbuja  y creado una personalidad completamente diferente a la que era realmente. Deseaba gritar que esta no soy yo; que Zed lo sepa.

—Todo esto es una estupidez, no vale la pena. Vuelve a tus clases y sigue con tu vida. No tuve que meterme en ella, no era mi idea. Perdón por hacerte sentir que tenías que pedirme perdón, sí es lo que vos decís. Te lo digo Emma, lo mejor que podés hacer es irte, no tenemos ninguna obligación de relacionarnos, así que vete.

Sus palabras hicieron que mi pecho comienze a arder, y en unos segundos, mis ojos se llenaron de lágrimas. Me odiaba.
Ya no podía más. Ese sentimiento de no aguantar más, de querer desaparecer, nunca fue tan fuerte como en este momento.
Sentí miradas, pero ya nada importaba. Sin más, exploté.

—Tú no entiendes nada de mi vida! No sabes ni la mitad! No sabes lo que es soportar, fingir cada día ser alguien que no soy! Es una jodida tortura!— cometí el error de mirar a mi alrededor. Varias personas estaban mirando la escena, también pude observar que hasta filmaban, ya todo estaba perdido. Ahogué un pequeño sollozo, ya era demasiado con exponerme así, no iba a llorar en frente de todos— yo... yo ya no puedo más.

En el rostro de Zed pude identificar una expresión de total confusión.

¿Ahora que crees de la niñita rica, eh?

Ante su silencio, opté por irme; con una media vuelta comencé a caminar lentamente en dirección al interior del instituto. Procuré tener la vista baja para no ver como habían reaccionado los alumnos que se encontraban por ahí.

Al entrar al instituto, fingí un dolor de panza muy fuerte, y así poder irme, obviamente caminando ya que mis padres están muy ocupados trabajando.

Al inicio pensé en dirigirme hacia mi casa, pero recordé esa hermosa plaza a la cual siempre iba de niña y fue casi inevitable no querer volver.
Cuando llegué me sentí muy bien al darme cuenta que no había mucha gente, estaba cansada de estar rodeada de personas todo el tiempo, no me vendría mal un descanso.

Me senté en ese viejo banco de madera y un recuerdo vino a mi mente.

Jugábamos a las escondidas. Una Emma de más o menos 6 años se encontraba debajo de ese mismo banco, procurando que su contrincante no la vea.
Aguantaba la risa cuando pudo ver esas zapatillas negras y azules buscándola. Un pequeño niño se agachaba y soltaba una risa al mismo tiempo que decía:

—te encontré!

Volví a la realidad y sonreí, recordaba a ese viejo amigo con el cual jugaba todos los domingos, me gustaría ser la misma Emma de antes, divertida, alegre, sin problemas y sin mentiras.

Suspiré. Ya no podía hacer nada.

Saqué mi cuaderno y cartuchera de la mochila y me puse a dibujar. Me liberaba y siempre me hacía sentir mejor, era mi descargue. ¿Escucharon a alguna persona alguna vez decir qué tal cosa era su enchufe al mundo? Bueno, en mi caso, el dibujo, era mi manera de desconectarme del mundo. Todo lo contrario.

Estaba tan concentrada hasta que escuché el sonido de una notificación en mi teléfono.

Lo desbloquee y leí el mensaje.

Número desconocido:

Tú. Yo. Mañana debajo de las gradas.

Zed.

¿Acaso este chico no sabía formar oraciones?
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Después de mucho tiempo... volví!! Bueno, este capítulo me gustó bastante, espero que lo disfruten!!
Pd: ya vamos a llegar a 1K estoy emocionada jajaja 💕
~chica literaria~