Antes Me Rechazabas

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Stiles.

Abro los ojos despertándome por el fastidioso sonido de mi viejo despertador.

Me levanto de mi “cama” que más bien es una colchoneta que se encuentra en el suelo, nosotros, los de la clase baja no tenemos derecho a prácticamente nada.

Una vez de pie me doy un breve masaje en mi espalda, dormir en la colchoneta me provoca ese dolor.

Tomo mi toalla junto a mi ropa y salgo de la habitación, me formo detrás de 2 compañeros, solo tenemos un baño que compartimos y cuidamos todos.

— Buenos días. —los saludo con una sonrisa.

— Buenos días Sti. —me saludan ambos chicos al mismo tiempo.

Solo tengo que esperar un rato más cuando por fin llega mi turno, entro inmediatamente a este mientras le coloco llave, me desvisto y abro la llave de la regadera.

Una vez limpio salgo y doy una gran bocanada de aire, mi cuerpo comienza a resentir el agua helada ya que comienzo a sufrir pequeños espasmos, llevo años así y aún no me acostumbro.

Al ser de clase baja no tenemos ni derecho a una ducha con agua caliente, nos excluyen de muchísimas cosas.

Me seco y comienzo a vestirme, un pantalón rojo, camisa manga larga roja, mi sudadera negra, mis tenis negros y por último peino mi cabello para amarrarlo en una coleta.

No he cortado mi cabello desde hace años, una vez lo intenté y apenas me quitaron un mechón comencé a retorcerme de dolor, incluso si me lo jalan siento como si mi cabeza fuera a explotar, por eso no lo corto.

Al terminar de vestirme, salgo para dejar entrar al siguiente.

•••

Camino hasta nuestro pequeño comedor de 300 vampiros, pero de esos solo somos 10 de clase baja, demasiados raros.

Nosotros solo requerimos un vaso de sangre a la semana, pero nos dan sangre de cerdo, la más baja y asquerosa que existe.

Lo único bueno que tenemos es que aún disfrutamos la comida.

Agarro una rebanada de pan tostado y le coloco mantequilla para después comerlo.

Una vez termino de comer suena la campanilla, anunciando que las clases están por empezar.

Todos tomamos nuestras mochilas para salir.

•••

Ya en el campo de entrenamiento, los de clase baja nos sentamos en el pasto, solo somos 2, los demás están esparcidos.

Estamos obligados a sentarnos o alejarnos para no estorbar, ya que es una práctica para poder controlar los poderes.

Me tumbo en el pasto y una compañera se acuesta en mis piernas, son 3 horas libres para nosotros. Me levantó rápidamente cuando siento algo viscoso en mi rostro.

Intento abrir los ojos pero estos arden inmediatamente, mi compañera se mueve de lugar, colocándose detrás de mí.

Con un poco de dificultad mantengo mis ojos abiertos para poder reconocer a mi atacante, son las putas, como aún no encuentran a su pareja hacen lo que les venga en gana.