Dowoon y Sungjin hablan de tener una familia.
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Ambos chicos iban de camino a casa juntos, como era usual. Habían acabado los ensayos y volvían del edificio de la empresa a paso lento, ya que estaban algo cansados, pero bastante felices porque últimamente todo les iba muy bien. Iban en silencio paseando por las calles de Seúl, Sungjin mirando a su alrededor y Dowoon centrado en sus manos que no paraba de sacudir y mover las muñecas de todas las formas posibles. El mayor dejó de observar la ciudad para mirar lo que le ocurría al maknae.
- ¿Qué pasa Dowoonie? - le preguntó mientras él seguía tocándose ambas manos con delicadeza.
- Creo que me he hecho daño por tocar la batería tan fuerte durante tantas horas y encima no calentar ni estirar - continuó con sus movimientos de muñecas y Sungjin le agarró las manos cuidadosamente y viendo cómo podía ayudar - tranquilo Hyung, se me pasará -
- Me tengo que asegurar que así será - le da breves masajes en las dos manos obligando a pararse en mitad de la calle aunque Dowoon insistiera en que no lo necesitaba - ¿Mejor? -
- Algo mejor - volvió a mover sus muñecas y a estirar sus dedos comprobando que el masaje de Sungjin había servido de algo - Gracias Sungjin Hyung - sus miradas se cruzaron y ambos se sonrieron el uno al otro.
Continuaron andando camino a casa, pasando por los mismos lugares que siempre pasan pero a diferentes horas, y el día de hoy coincidía la hora en la que muchos adultos volvían de sus trabajos o los ancianos salían a pasear por la ciudad en los sitios más tranquilos que tenía. Pudiéndose fijar en cualquiera de estas personas, Dowoon fijó sus ojos en una situación que ya era conocida para él de las veces que lo había visto pero nunca lo había comentado.
- Mira allí - le indicó con la mirada lo que tenían delante suya - siempre que lo veo me parece adorable - Dowoon rió tímidamente.
- ¿Aquel padre con su hija? - alzó la vista dirigiéndola a ellos dos con una leve sonrisa en su rostro - la verdad es que sí, parecen muy unidos -afirmó mientras el padre daba la mano a su hija pequeña y la hacía reír con muecas y cosquillas.
Esa escena que solían ver pero no prestar atención era muy bonita a los ojos de cualquiera, pero a Dowoon le hacía preguntarse muchas cosas y dejar su mente pensar en ello, cosa que Sungjin no lo hacía normalmente, porque al salir del trabajo no le apetecía nada ponerse a pensar en cosas, solo quería desconectar. Era como si dejara su cuerpo ir hacia casa y su mente completamente en blanco, o simplemente siguiendo una conversación con Dowoon sin esfuerzo alguno en sus respuestas, a no ser que el tema de conversación fuera serio y lo requiriera.
El padre cogió a su hija y la subió en sus hombros, llevándola encima suya mientras le contaba cuentos e historietas infantiles, mientras la niña estaba fascinada por las cosas que le decía. Dowoon seguía sin quitarles ojo, y había contagiado a Sungjin a hacerlo.
- ¿Te siguen doliendo las manos y los brazos? - preguntó el mayor para intentar seguir hablando de lo que fuera.
- Bueno... Ya parece que menos - dijo sin darle mucha importancia a la pregunta y siguió observando lo que tenían en frente suya - Hyung - le llamó con ese tono de voz que ponía cuando iba a decir cualquier cosa que nadie se iba a esperar oír de su boca.
- Dime Dowoonie - esperó a que siguiera con lo que iba a decir.
- ¿Crees que seré un buen padre? -
- Quiero creer que sí, aunque tampoco le enseñes cosas raras a tus hijos
... - rió imaginándoselo.- Ese sería Jae - recalcó el menor y ambos rieron sabiendo que el más mayor no estaba presente y no podía decir nada en su contra.
- Sea como sea, creo que todo nosotros sabremos hacer lo correcto - afirmó el líder, orgulloso de su grupo.
- Claro, aprenderemos de tí, Hyung - sonrió Dowoon y conectó su mirada con la de Sungjin lo que también le hizo sonreír por su comentario.
- No creo que sea tan buen ejemplo a seguir - se quitó mérito.
- Hazme caso, lo eres. Siempre fuiste un gran líder y padre para DAY6, lo he comprobado todos estos años -
- Gra-Gracias Dowoon, significa mucho para mí poder ser todo eso - volvió a sonreír sinceramente por esas palabras, le habían levantado el ánimo aunque no estuviera triste, y el maknae sabía muy bien cuando el líder necesitaba escucharlas, es decir, en cualquier momento, porque Sungjin merecía siempre que se le recordara y reconociera su trabajo bien hecho y su esfuerzo.
- Si tengo una familia en el futuro, va a ser como si fuera tu familia. Quiero que estés ahí, quiero que todos vosotros forméis parte de mi familia - dijo con ojos de ilusión.
- Pero Dowoon... Nosotros ya somos tu familia - le dió un leve empujón sonriéndole y al maknae se le formó una sonrisa en el rostro indicando la inmensa felicidad que le daba formar parte de esa familia.
El padre y la hija giraron la esquina de una calle, y ese fue el momento en el que les perdieron de vista una vez más, como muchos de los días anteriores. Lo último que vieron fue aquella niña sonriendo de oreja a oreja, al igual que su padre, disfrutando de pasar tiempo juntos y del amor que se daban el uno al otro. Ahora, cada vez que Dowoon o Sungjin les vieran, recordarían esta conversación y se sentirían identificados con esa familia, ya que formar parte de DAY6 les daba la misma felicidad.
Llegaron a casa en un par de minutos más, y antes de abrir la puerta, Dowoon detuvo a Sungjin, para después darle las gracias y abrazarle. La reacción de Sungjin era de esperar, le devolvió el abrazo pero en su cabeza estaba pensando qué le estaba pasando al maknae por la cabeza para estar así, se estaba pareciendo a Wonpil últimamente; eso le hizo gracia al mayor, pero fuera como fuera, no podía evitar verle adorable y demasiado fiel a su equipo. Amaba a todos y cada uno de los miembros, pero Dowoon era algo especial para él.
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