Flint y ella habían acordado que al día siguiente en cuanto tuvieran el oro se marcharían. Los dos estaban impacientes por irse de allí. Aunque cuanto más se hacía a la idea más le costaba saber que habría ciertas personas a las que probablemente no volvería a ver.
Llevaban dos días en tierra y no recordaba haber estado así de bien con él nunca, ni los primeros días. No se separaban ni un minuto, porque ambos estaban comodísimos. Llevaban tanto tiempo ocultando sus sentimientos que ahora que no tenían ningún secreto entre ellos no podían estar mejor.
Isla nunca se había sentido tan liberada: tenía dinero para subsistir toda su vida y una persona con la que compartirlo. Todo había cambiado para ella. No tendría que depender de nadie más, no necesitaría una reputación como había hecho toda su vida. Simplemente no buscaría la aprobación de nadie.
Acababa de salir de la habitación en dirección a la nueva casa de Jack. Se la había podido permitir por su participación en la empresa del oro. Al final todos se habían unido para conseguirlo, y habían ayudado de alguna manera. Le parecía increíble que hubieran llegado a un acuerdo por el bien común de Nassau. Nunca pensó que vería algo así.
Estaba muy orgullosa de que los capitanes hubieran llegado a un tratado tan importante sin matarse entre ellos. Seguramente fuera la única vez que algo así había ocurrido. Ella había formado parte junto con Madi y Eleanor de las negociaciones, ejerciendo un papel de mediadoras aunque tomando parte por los intereses de cada una.
Isla y Vane habían sido capaz de convencer a Barbanegra de que por lo menos escuchara lo que Flint tenía que decir. No sabía cómo todavía pero lo habían conseguido. Y Jack al final, por primera y única vez en su vida había estado de acuerdo con James. Tampoco sabía que había ocurrido.
Así Calicó había conseguido una parte del botín y había comprado una de las grandes mansiones señoriales de la ciudad. Le había invitado para enseñársela, y ella aprovecharía para contarle sus planes de futuro. Le dolía mucho despedirse de él pero prefería no tener que hacerlo en el puerto antes de marcharse.
El ambiente en la ciudad era diferente: muchos de los piratas tenían ropajes y armas nuevas, o podía ver a herreros que no dejaban de trabajar. También las prostitutas paseaban orgullosas con sus nuevas joyas que muchos hombres les habrían regalado. Todo parecía estar más tranquilo y feliz que antes.
Se había reconciliado con la idea de que quizá no fuera nómada. Antes había sido muy feliz siéndolo pero también había aceptado que allí lo había sido teniendo una casa fija. Esto le permitía sentirse bastante triste, sabiendo que se marchaba de allí. Eran sentimientos encontrados: no podía esperar a empezar de cero con Flint pero a la vez echaría de menos Nassau.
Cuando llegó finalmente a la casa de Jack todas las puertas estaban abiertas. Rackham no paraba de celebrar reuniones con los nuevos inversores en la causa así que supuso que sería por eso. En el recibidor estaba Anne, tumbada en un sofá y con los ojos cerrados, aunque cuando Isla dio el primer paso dentro de la casa los abrió rápidamente.
-Soy yo, tranquila-le dijo ella al ver su reacción.
-Llevan horas ahí metidos. No sé si es buena o mala señal-comentó sentándose, haciéndole un hueco para que lo hiciera ella.
-Puedo esperar, no tengo prisa.
-Te largas-dijo Anne con tono seguro.
-¿Perdón?
-Que te marchas de aquí. Con Flint. Vienes a despedirte de Jack, ¿verdad?
Anne y ella habían hecho las paces. Quizá por Jack o simplemente porque después de pasar cierto tiempo juntas se dieron cuenta de que no eran tan diferentes entre sí. Se dedicaban a sobrevivir en un mundo de hombres y era más útil tener una relación cordial que no ser capaz de mantener una conversación corta sin discutir.
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Black Velvet ➳Capitán Flint
FanficIsla es mercenaria, y por lo tanto, lleva toda su vida luchando por sobrevivir en un mundo en guerra. En medio del caos decide parar y qué mejor lugar para hacerlo que Nassau, la capital de los piratas. Allí todo cambiará para ella. "Two drifters of...