Trois

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Aquella mañana todo pareció volverse aun más complejo. Pues obtuvimos más datos, más información que se nos proporcionó por la autopsia.

Una marca, una marca que parecía ser patrón clave en múltiples cuerpos encontrados a lo largo del mes, talvés antes. Una cruz, a lo mejor una equis, pero eran dos lineas diagonales cruzadas. Analizando casos sin resolver, de meses, incluso años antes, encontramos alrededor de ciento cincuenta muertes causadas por la misma persona. ¿Cómo saberlo? Pues el patrón común en todos ellos era aquella "X" grabada. Tallada con navaja sobre la piel de las víctimas, en diferentes áreas pero una marca al fin. El asesino dejaba huella, dejaba su símbolo de identificación.

Tecleo en la computadora con desesperación, observo la pantalla sin perder ningún detalle. Quería saber más, necesitaba saber más.

Claramente no significaba que mi empleo dependiera de este caso, y de los otros claramente causados por el mismo animal. Sino que su resolución daría finalmente con la prueba de mi capacidad, para poder demostrar que yo, Helen Pryce, una policía de nacionalidad italiana, pudo ser capáz de resolver esa incógnita que atormentaba a las familias de las víctimas.

— ¿Alguna vez te han dicho que tus hombros son muy anchos? —  Oigo resonar aquella voz ronca en la sala y elevo la mirada, apartándola del computador.

Hago una mueca con los labios. — Tu intento por joder mi existencia no funcionará, Min Yoon Gi.

Él sonríe, y yo también lo hago.

— Pero es cierto. — Se acerca y se sienta frente a mí. El escritorio nos separa a ambos. — Tienes los hombros, el cuerpo en general más grande. Nunca he visto una mujer así.

— Que pena que tú resultes ser más pequeño que una mujer. ¿Verdad?

— Hey, no seas tan agresiva Helen. Solo estoy jugando. — Guiña su ojo y yo rodo los míos.

Llega Namjoon repentinamente, haciendo demasiado alboroto como para que no notáramos su presencia.

— Hablé con los superiores. — Deja una pila de papeles sobre la mesa y tanto Yoongi como yo lo miramos desconcentrados.  — Hemos encontrado aun más casos del "Señor X"

— Maldito sea. — Min frunce el entrecejo y se acomoda en su asiento. — Ese hijo de perra ha estado actuando por años.

Kim asiente. — Efectivamente. Y estoy seguro que aun hay más personas que fueron víctimas de este tipo.

— ¿Tipo? — Encarno una ceja dudosa. —¿Estamos seguros de que se trata de un hombre?

Min me mira. — Si bien no hay signos de violación en las víctimas, que todas son mujeres, la fuerza ejercida durante la pelea con ellas;  golpes y marcas en el cuerpo, indicarían que se trata de un hombre. No estamos seguros, pero es lo más probable.

— Debemos avanzar. — Comienzo a sobar nerviosa mis mejillas. — Talvés deberíamos indagar en la investigación de este último asesinato en particular. — Ahora miro a Namjoon. — Una vez que tengamos ello, podremos resolver los otros más antigüos.

— Creo que es lo más correcto. Los familiares deberán estar más que desesperados.

— ¿Sabemos algo de ellos? — Pregunto algo entusiasmada.

— Hoy íbamos a indagar en ello. — Yoongi responde tecleando en su computador. Se hace un silencio incómodo y posteriormente vuelve a hablar. — Tenemos los datos de su residencia, no aun de su familia.

— No importa. — Contesto. — Dame la dirección. Iremos ahora a buscar respuestas.

Yoongi amplia los ojos, lo mira a Nam posteriormente se dirige a mí. — ¿Estás segura? 

—Por supuesto.

— ¿Quieres que te acompañe? — Namjoon posa una mano sobre mi hombro y lo miro.

—Estaré bien.

...

Tal como si de una novela dramática se tratase, la melancolía presente en el jardín de aquella casa logró tomar protagonismo entre los jardines vecinos.

Bajo del coche y camino con lentitud hacia la entrada. Me detengo en la puerta principal y toco el timbre. Elevo la mirada y observo el cielo;  pálido y completamente lleno.

Y así era la cara del joven que me abrió la puerta. Un hombre que no parecía superar los veinticinco años. Cabello rubio oscuro, ojos cafés demasiado estirados y labios anchos. Su mirada parecía estar llena de tristeza, pues un leve brillo cristalino recubría sus pupilas.

— ¿Sí?

— Disculpe, soy de la policía. — Enseño mi insignia y él amplía los ojos. —Helen Pryce.

Queda unos segundos en silencio, analizando mi placa y posteriormente mi rostro. Parpadea un par de veces. — O-oh. Disculpe mi falta de educación. — Se inclina rápidamente reiteradas veces y no puedo evitar sentirme conmovida. — Por favor, pase. — Realiza torpemente un ademán para que yo lo haga.

Asiento y camino hacia el interior. Analizo disimuladamente la sala y me llevo una sorpresa. Lo que parecía ser el salón principal estaba hecho un desastre;  papeles y cajas de comida en el suelo, un sofá algo desalineado y una mesa de café llena de libros y una botella vacía de Whisky.

— Serán unos minutos nada más. — Aclaro para no alarmar al chico.

— D-disculpe el desastre. No ha sido mi mejor semana. — Se sincera y rápidamente corre hacia el sofá. Retira y acomoda un par de cosas para darme lugar.

Sonrío levemente y tomo asiento aun sintiéndome algo incómoda. Se sienta en una silla frente a mi y acomoda su cabello algo sudoroso hacia atrás. Realmente se parecía bastante a la difunta, sus rasgos eran muy parecidos, así que claramente estaba en el lugar correcto.

— Bien. Debo asumir que usted es familiar de Park Sunhee. ¿Es así?

Su mirada desciende al suelo y lo oigo suspirar pesadamente. — S-sí. Soy su hermano mayor, Park Jimin.

— Bien. — Saco mi libreta y mi bolígrafo. — Señor Park, le haré algunas preguntas necesarias para continuar con el caso de su hermana. Queremos llegar al punto de fuga de toda esta situación. Es necesario no sólo para usted y su familia, sino también para muchas otras que esperan hace años una respuesta de parte de la justicia.

— ¿Qué sucedió con mi hermana? — Escucho su voz algo quebrada y elevo la mirada hacia él.

Aquellos ojos rasgados me dejaron más que conmovida. Su rostro era simplemente angelical al verlo llorar;  sus labios hinchados, sus ojos enrojecidos, al igual que su nariz. Me sentí muy triste por él.

Mi tono se hace más suave, me entristezco. — Quiero ayudarte. Queremos ayudarte a descubrir quién le hizo tanto daño a tu hermana. — Me inclino hacia él y sostengo su mano. Me mira ampliando los ojos. — Y no te preocupes. Haré lo imposible para saberlo.

<<Fue difícil encontrarme, ¿verdad dulzura?>>


• KILLER • (J.JK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora