Nuevo día, nuevas metas. Estaba dispuesta a averiguar todo sobre aquel chico. Por más que lo busqué en Facebook no tuve éxito, lo busqué entre los amigos de Antonio, pero no encontré nada. Este día lo buscaría, le hablaría, trataría de que mis piernas no temblarán al ver su hermosa sonrisa, trataría de evitar sonreír como boba cada vez que me miraba a los ojos, lograría hablar sin titubear, estaba completamente decidida.
Llegué la la escuela con el uniforme, mi madre lo consiguió bastante pronto, me quedaba algo holgado, pero no tenía problema con eso. No estaba tan mal... Me hice una coleta alta algo despeinada con un pequeño lazo atado, mi bolsa de siempre, mis zapatos negros, un poco de brillo labial y estaba lista.
Mi madre me llevó en su auto hasta la escuela, no quedaba tan lejos de casa, pero ella ofreció llevarme y acepté porque no quería tomar el bus.
Al llegar tuve que formarme para entrar a la escuela, revisaban que no trajéramos objetos punzo cortantes o sustancias ilegales, ya saben. Detrás de mi se formó una chica que estaba en la misma aula que yo así que comencé a hacer platica con ella, pasamos suficiente tiempo para que me invitara a comer con ella y su grupito de amigas, me agradaba aquella chica que llevaba por nombre Marie.
Comencé a pensar en aquel chico de nuevo, sólo quería sentir sus suaves manos acariciando mi cara, su cuerpo a corta distancia, para después desaparecerla uniendo nuestros labios en un suave y tierno beso. Eso era lo que quería, lo anhelaba... Lo deseaba. Era el tipo de chico que me hacia temblar con sólo cruzar nuestras miradas, no podía dejar de pensar en él desde el momento en que lo vi sentado en aquella banca. Era el chico más lindo de toda la escuela, tan perfecto... Debía conocerlo, debía hablarle, no podía dejarlo pasar por alto.
-¡Hey! ¡Estorbo!- fue ahí cuando Jenn me regresó a la realidad cuando dejé de avanzar en el estrecho pasillo que iba hacia mi casillero, ¿porque demonios tenía que estar tan cerca del suyo? A esa chica le caía mal, era más que obvio- Estas obstruyendo mi paso.-
-Disculpa Jenn... Yo...- ¿me estaba disculpando? ¿Pero de que? ¿Qué me esta pasando?
-Sólo quítate Russell.- me hice a un lado y ella avanzó contoneándose hasta su casillero.
Me quedé ahí, estática. No sabía si golpear su maquillado rostro, tomar mis cosas he irme o esperar a que se terminará de aplicar una segunda capa de ese labial rosa tan potente frente al espejo de su casillero para poder tomar los libros que necesitaba sacar de mi casillero. Necesitaba llegar temprano, me había dicho Antonio que a la clase de inglés había que llegar por lo menos cinco minutos antes, sino tendría mi primer retardo.
Mi impulso de defensa no actuaba, estaba parada observando a Jenn, no sabía que le ocurría a mi cuerpo, era como si yo no lo manejara, apenas si podía respirar. Entonces caminé lentamente hacia ella, me miró, la tiré al suelo, la patee, le pegué en las costillas, la arrastré del cabello hasta el fondo del pasillo, ella gritaba pero nadie la escuchaba, la tenía abajo de mi, golpee su rostro con mi puño una, otra y otra vez hasta verla sangrar... Claro, por desgracia, eso sólo ocurrió en mi mente.
Comencé a caminar despacio, con pasos inseguros, las piernas me temblaban, la miré. Seguí hasta llegar a mi casillero, tomé mis cosas y seguí avanzando lenta, pero constante. Miré por última vez a Jenn, me miró.
-¿Se te perdió algo?- dijo haciéndome un gesto.
No le respondí, sólo me di la vuelta y me fui.
Llegué a mi salón, Antonio me gritó desde el otro lado señalándome una banca, le sonreí y asentí dirigiéndome hacia él. Antonio logra sacarme sonrisas a menudo, pero no me siento lista para entablar de nuevo una amistad... No podría volver a llamar a nadie "amigo" por el momento. Me senté delante de Antonio, me acomodé, me tocó el hombro para llamar mi atención.
-¿Qué ocurre?- le dije sin voltearme.
-Quería decirte que...- hizo una pausa, voltee a verlo- creo saber quien es tu "príncipe azul"- dijo haciendo comillas con las manos.
-¿Es enserio?- le dije entusiasmada. Necesitaba saber quién era...
-Sí, bueno, no estoy tan seguro. Le di la descripción que tú me diste de él a Fred.- dijo rascándose la nuca, creo que es como un "tic" o algo así.
-¿Y qué te dijo?- estaba demasiado ansiosa por saber el nombre de aquel chico, el chico de mis sueños... O eso creo.
-Pues que al parecer está en su club de... El punto es que... Me refiero a que...-
-¡Antonio! ¡Explicate!- lo interrumpí.
-Está bien, no me presiones- dijo haciendo un ademan con las manos para evitar que lo sacudiera- al parecer no va en esta escuela así que no creo que lo puedas ver hoy de nuevo, dice Fred que sólo vino ayer con un permiso especial para poder entrar a la biblioteca...- me miró como si estuviera por regañarlo.
-Bueno...- dije con desilusión- decías que está en un club con Fred, ¿cierto?-
-Si, bueno. Creo que es un club de tareas o algo así, no puse mucha atención a eso, pero...-
-Alguien tendrá que ir de nuevo con Fred- dije interrumpiéndolo.
-¿Sabes? A veces creo que te aprovechas de mi.-
-Para nada Antonio.-
-Está bien, pero tendrá que ser mañana, me veré muy acosador si vuelvo con él para preguntar más detalles.-
-Está bien- bufé.
La clase había iniciado, las demás clases fueron eternas. Por alguna razón, a pesar que Antonio me dijo que aquél chico no estaba en la escuela, lo busqué en el mismo lugar en que lo había visto el día anterior. Tenía la ilusión de volver a tocar sus manos, de volver a ver aquellos ojos, aquel cabello, aquella hermosa sonrisa. Si me preguntarán quien es el chico perfecto respondería sin dudarlo, él.
El receso fue bastante común, sólo platiqué un poco con Marie y con una que otra de sus amigas, me preguntaban sobre mi otra escuela o sobre lo que hago en mi tiempo libre, para conocerme, sinceramente creo que se dieron cuenta que no quería hablar más del tema y lo evadieron.
Llegué a mi casa, comí, me encerré en mi cuarto y comencé a escuchar canciones románticas, demasiado cursis. Mientras hacia mi tarea dibujé unos cuantos corazones en el borde de mi libreta, uno que otro dibujo de él en mi libreta de notas, no podía dejar de pensar que algún día pudiera llegar a conocerlo, deseaba saber su nombre, en que escuela estudiaba, todo.
Mi madre subió a mi habitación, detesto que haga eso, es como irrumpir en mi espacio, el único lugar donde puedo estar en paz conmigo misma. Buscaba algo, no se que, sólo comenzó a rebuscar en mi cesto de papeles.
-¿Qué buscas?- le dije con desconcierto.
-Un arete, ¿no lo has visto?-
-No, pero ¿qué haría tú arete en mi cuarto?- estaba molesta, ella sabía perfectamente que no me gustaba que entrara.
-Está bien señorita, la dejo en su... Cuarto- dijo haciendo una mueca.
Seguí escuchando música y haciendo mi tarea. Al terminar encendí la TV, estaban pasando una película que me encantaba, súper cursi sobre el primer amor. Bajé a la cocina a hacerme unas rosetas de maíz y de nuevo a mi habitación. Me sentía diferente, cada escena en que pasaban los dos chicos me imaginaba un futuro junto a aquel chico, ni siquiera sabía su nombre, pero estaba segura que algún día podría llegar a conocerlo.
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Mil gracias por leer, 25 lectores❤ en verdad no saben lo feliz que me hacen.
Atte.: Amor Galván ✌
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Creo en mi.
Romance¿No les ha pasado que creen que con una cosa "insignificante" se viene su mundo a abajo? Una traición, una decepción, volver a la realidad... A la cruda realidad, en donde el mundo es lo más hipócrita y la sociedad es más destructiva que una bomba...