Llegué a la escuela, era temprano así que para entrar no tuve que esperar mucho. Me había ido a pie. Espere junto a la entrada a que llegara alguien con quien pudiera platicar, nada mejor para la espera que escuchar música. Antonio llegó, me sentí aliviada ya que ahora no estaría sola, lo saludé y nos quedamos un momento parados, mirándonos, no sabía si comenzar a preguntar...
-Hablé con Fred ayer en la tarde- dijo al fin Antonio- le pregunté el nombre del chico "Sin nombre".- hizo comillas con las manos.
-¿Y....- seguí mirándolo con intriga- cual es su nombre?-
-Su nombre es...- sonó la campana indicando la hora de entrada al aula.
Lo mire frustrada, es un chico tan misterioso que todo conspira a su favor para que no me entere de su nombre, ni siquiera eso puedo saber, su nombre.
Al llegar al aula, Antonio se adelantó, cuando entré ya había tomado dos bancas, siempre hacia eso, es un lindo detalle. Me acerqué y me senté, me di vuelta para quedar frente a él, por fin me diría lo que he esperado tanto tiempo, el nombre de ese chico.
En ese mismo instante la profesora de historia entró al salón, nos indicó que sacáramos nuestro libro, tuve que atender a la clase ya que ese día nos haría preguntas al azar sobre el tema que acabará de exponernos. Terminó su clase, no me preguntó a mi, ¡vaya suerte! enseguida ingresó el siguiente maestro, el profesor Martínez. En lo poco que llevaba en esta escuela él había logrado convertirse en mi profesor favorito aunque impartiera la materia que más odiaba, matemáticas.
Me voltee un instante para ver si lograba sacarle información a Antonio y por información me refería a el nombre del chico misterioso. Claro, mi plan no fue exitoso, el profesor Martínez me descubrió.
-Señorita Russell, le dará torticolis. ¿Sabe que? Mejor siéntese en este lado, en aquella banca desocupada junto al escritorio por favor.- dijo con un tono grave señalando una banca hasta el frente del salón.
-Pero... Está bien.- a este punto estaba harta, sólo quería su nombre, solamente eso.
Me senté en donde indicó el profesor, hasta el frente. Un compañero había pasado al pizarrón a resolver una ecuación, la cual ya había copiado, entonces sólo miré como la resolvía.
Término la clase de matemáticas, pude regresar a mi lugar habitual, enfrente de Antonio, hasta el fondo. Lo miré y esperé a que revelara el nombre del chico... Sólo eso quería, su nombre ¿acaso era tan complicado decírmelo? Así parecía.
Él parecía no darse cuenta que lo miraba, de pronto uno de sus amigos se acercó y lo tiró de su banca bruscamente, Antonio se levantó y lo golpeo en el hombro. Esos chicos se llevan demasiado pesado... Bueno, creo que la mayoría de los chicos se llevan así.
Estaba a punto de levantarme para tomar a a Antonio de los hombros y exigirle que me dijera su nombre, el nombre que tanto deseaba escuchar, sólo eso quería por ahora, pero la entrada de la coordinadora al aula me lo impidió. Todos inmediatamente al verla parada en la puerta tomaron su lugar. Ella no parecía estar bien, se veía preocupada, como si nos tuviese que decir algo importante, me asustaba y creo que no era la única que notó esa expresión en su cara. Me miró.
-Señorita Russell, acompáñeme por favor.- ¿yo? ¿Porque? ¿Que hice? ¿Qué sucede? No comprendía nada, estaba atónita, asustada, agobiada. Todas esas preguntas rondaban en mi mente sin respuesta. Su semblante me decía que lo que me esperaba no era nada bueno. Ella me indicó que llevará mis cosas.
Caminamos por el largo y solitario pasillo que conducía de las aulas al cubiculo de coordinación académica. La coordinadora caminaba enfrente de mi, deseaba preguntarle qué era lo que ocurría, pero no logré reunir el valor suficiente, mi respiración comenzó a agitarse, me sentía nerviosa, podía sentir mis manos sudorosas y mis piernas se tambaleaban.
Por fin llegamos al cubiculo, vi a mi madre sentada, con un pañuelo en la mano, estaba llorando. Corrí a abrazarla, no entendía que sucedía, sólo miraba extrañada a mi madre quien dejaba caer lágrima tras lágrima, sólo se escuchaban sollozos de su parte. Me dolía verla así, me acongojaba no entendía lo que ocurría, comencé a llorar, ver a mi madre así me hacia sentir terriblemente mal.
La coordinadora me dijo que podía retirarme, me fui con mi madre, fuimos en el auto, no reconocí el camino que estábamos tomando. Ella seguía llorando, quería saber que pasaba, exigía saberlo.
-Mamá, ¿que ocurre? ¿Porque lloras? ¿A dónde vamos?- mi madre veía la carretera con lágrimas en los ojos, ambas manos sujetadas firmemente al volante. Ella suspiró.
-Cariño... Tu padre... Tu padre falleció.- comenzó a llorar más. ¿Mi papá? ¿Cómo era esto posible? ¿Qué pasó? Estaba en shock, paralizada, viendo hacia la carretera, no escuchaba nada más que mis propios pensamientos.
-¿C-cómo?- dije con la voz quebrada.
-Viajaba en carretera... Fue un horrible...- parecía que no quería contarme mas detalles, no dije nada. Me quedé callada todo el camino, aún no sabía hacia donde nos dirijamos, sólo estaba en shock, no podía creer que esto estuviera pasando, nada de esto podía ser verdad, todo debía ser una simple pesadilla... Alguien debía despertarme. Cerré los ojos un momento, al abrirlos me encontraba en mi habitación. ¿Qué pasó? ¿Dónde esta mi papá? ¿Cómo llegué aquí?
Me levanté de mi cama buscando respuestas, bajé las escaleras y mi mamá estaba preparando el desayuno, la abracé tan fuetee que soltó el pan tostado que estaba colocando en un plato.
-¿Mamá? ¿Está todo bien? ¿Que ocurrió?- comencé a llorar.
-Todo esta bien, ¿porque lloras?- dijo preocupada secando mis lágrimas.
-Mi papá, ¿dónde esta él?- apenas pude pronunciar.
-Él seguramente está trabajando, ¿porque? ¿Que pasa? ¿Porque lloras Rachel?- me miraba con confusión.
Fue en ese instante que me di cuenta que todo había sido un sueño, un horrible sueño, o mejor dicho, una terrible pesadilla.
Sequé mis lágrimas y le conté todo lo que había soñado a mi mamá, cuando terminé de contarle ella me abrazó, me sentí verdaderamente aliviada de saber que mi padre estaba vivo.
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Gracias por leer. Trataré de subir el próximo capítulo lo más pronto posible, ahora si se revelará el nombre de "El chico misterioso". Buen nombre para el capítulo e.e
Debo agradecerles, 37 lectores me motivan, gracias por darse un tiempo para leer esta novela, son los mejores❤
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Atte: Amor Galván ✌
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Creo en mi.
Romance¿No les ha pasado que creen que con una cosa "insignificante" se viene su mundo a abajo? Una traición, una decepción, volver a la realidad... A la cruda realidad, en donde el mundo es lo más hipócrita y la sociedad es más destructiva que una bomba...