Nunca te olvidaré

23 3 6
                                    

Maximiliano...
Desperté tan feliz con Abby a mi lado, la rodee de la cintura y la atraje más hacia a mí, la necesitaba, era una parte de mí.
Se removió un poco a mi lado.
-Hola amor-le susurré.
-Hola-respondió con un tono débil que casi ni podía escuchar.
-Ey nena, te pasa algo-pregunté preocupado.
No respondió, solo se acercó más a mí, aspiró mi olor y me dio un suave pero delicioso beso, no le importó que aún no nos hayamos aseado.
Se acurrucó más a mí y me dio un fuerte abrazo.
-Te amo demasiado, tú eres mi casualidad más hermosa, tú y Danna son mi todo-susurró.
-Amor-le dije-te amo más.
-Lo sé, y gracias-contestó.
Luego sentí que sus brazos se aflojaban a mi cintura, no se movía.
-Amor, vamos,levántate.
No respondió.
-Abby, nena.
Me di cuenta de que no respiraba.
Por Dios, qué está pasando.
-Abby amor-dije ya asustado.
La removi en su lugar y no hablaba. Observé su pecho y no subía.
-Oh Dios Santo-dije ya lagrimeando.
-No amor, estoy soñando-mi voz ya estaba temblando.
Llevé las manos a la cabeza tratando de pensar en claro.
Y si le dio un infarto, oh Dios mío, no, no, no.
Rápidamente le hice la reanimación cardío pulmonar.
-A-m-o-r-decía entre jadeos por el esfuerzo de oprimirle el pecho.
No reaccionaba, Dios nooo.
-Auxiliooo-grité llorando.
No me pude contener, ella es mi todo. Por favor no me la quiten, nooo.
-Qué pasa-dijo la madre de Abby.
Lloré.
-Aabbyyy-dijo a penas-está muer..
-Shhh, callese, no se atreva-dije llorando sobre ella-no.
Me llevé las manos al pelo descontroladamente. Esto es un sueño, por favor Max, despierta.
Su madre gritó y se arrodilló empezando a llorar.
-Abby hija-dijo-nooo, esto está mal, no está pasando-dijo para sí.
Más tarde llegaron todos, casi enloquecimos, me incluyo.
No me he separado ni un segundo de ella, llevo tres horas sobre su pecho llorando como un niño.
Nadie lo está asumiendo, esto es una mentira. Esto es una pesadilla.
Qué será de mí por Dios...llevo tres horas esperando a que despierte. Parezco un psicópata en ese lugar y no me importa. Nada me importa.
Si no es con Abby ya no me interesa vivir. Nada me importa, me acostumbré tanto a ella.

Después de mucho insistir, me arrastraron de la cama, me obligaron a asearme, me separaron de Abigail para llevársela a la morgue, al hospital, no sé a dónde.
Estoy enloquecido, estoy furioso.
Fui a la cocina junto a Lucas, tenía a Danna en brazos.
Danna...
Mi pequeña hija, tan pronto se quedó sin...
Empecé a lagrimear de nuevo, ella es igual a su madre. Su pequeño rostro angelical. Su voz al decir...
-Mamá.
La observé en brazos de Lucas.
-Mamá-volvió a decir y empezó a llorar.
Me inmute en ese lugar, me tiré al piso de rodillas y empecé a llorar, llorar como nunca por una mujer, por un jodido y hermoso amor.
Me llevé las manos al rostro y seguía llorando, estoy arto.
-Hermano-me dijo Lucas con la voz temblandole.
Jenny la niñera nueva vino a llevarse a Danna y tratar de calmarla.
-Hey-me dijo y se arrodilló junto a mí dándome un fuerte abrazo-lo siento tanto. Aún no lo puedo creer. Yo, este...te comprendo hermano. Tienes que ser fuerte por tu nena, Danna te necesita más que nunca. Eres su padre.
Tenía toda la razón del mundo pero eso no disminuye mi dolor.
Siento un vacío enorme, es como si mi cuerpo estuviera presente pero mi alma ya no, observaba a todos pero no escuchaba ni sentía nada.
Era solo un muerto viviente. Me dieron varios calmantes sin que me diera cuenta. En verdad me hacía falta, estaba a punto de llegar al máximo en donde quedaría en shock.
Me quedé dormido varias horas, el aire fresco se filtraba por las ventanas de la habitación. Había anochecido y me quedé dormido mucho tiempo.
Caminé furioso a la sala.
-Cómo mierda se les ocurre sedarme-dije furioso.
Todos me observaban con los ojos inchados y desganados.
-Era necesario-dijo Isabel.
-Noo, es mi mujer la que está en ese puto ataúd, es mi mujer la que me rodeo fuerte esta mañana en forma de despedida susurrando lo mucho que me amaba, es mi mujer la que murió en mis brazos-dije gritando y llorando.
Todos se inmutaron, empezaban a llorar.
Jale y eché todo lo que tenía a mi alrededor, estaba furioso y dolido. He roto muchos vasos y todo lo que había en la mesa.
Nadie me dijo nada, se quedaron en silencio.
Empecé a llorar como niño y fui directo hacia ellos. Me arrodillé y caí al suelo.
Todos vinieron a mí, nos envolvimos en un abrazo reconfortante.
Lloramos, lloramos sin parar.
***
8:30 am.
No podía con esto.
Era demasiado para mí.
Verla ahí, todos a su alrededor. En su última despedida.
Me he puesto un traje totalmente negro, unas gafas negras. Mis ojos están absolutamente inchados. Casi ni puedo ver. Toda la familia están reunidas.
Mi pequeña hija está en mis brazos, con vestidito negro. -Siempre te amaré amor-le dije al tocar por última vez su suave mano, pálida y fría.
Con el otro brazo sostenía a Danna que la observaba muy bien.
-Mami siempre nos querrá-le dije lagrimeando.
Ya no puedo llorar, en menos de un día he quedado vacío.
-Eres lo más hermoso que me ha pasado, me diste un recuerdo hermoso de ti-miré a Danna- te prometo que la voy a cuidar muy bien. Crecerá con todo el amor. Te prometo Abby, que ninguna mujer habitará en mi corazón, siempre serás tú, siempre has sido tú. Nadie se compara contigo. Eres única nena. Te amo tanto-dije llorando.
Salí de allí, tenía que acabar ya o todos nos moriremos con ella.
Observé como iban cerrando la tumba de mi mujer.
-Siempre fuiste tú-susurre de lejos.
-Te adoro.
Finn...

Hasta que la muerte nos separe(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora