Capitulo IV: La Iniciación

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Unas semanas después...

Nunca imaginamos que tanto entrenamiento comenzarían a dar sus frutos, cada día teníamos mejores condiciones, el trabajo duro, el esfuerzo de cada uno por ayudar al otro, todo lo que habíamos aprendido, comenzaríamos a ponerlo en práctica muy pronto.

_Buenos días reclutas, dice el Teniente.

Los esperamos en la sala de operaciones en 10 minutos.

Nos levantamos casi de inmediato de las camas, no era difícil, ya que el mayor de los tiempos era la manera de hacerlo, nos vestimos para ir a la sala de operaciones.

Recuerdo que Betha y April estaban algo asustadas, iba detrás de ellas, y les susurré:

_Quizás sea para decirnos que nos vamos a casa.

O si no, es porque alguien anoche, tuvo una fiesta privada. Me sonreí con ellas.

_¿Crees que se hayan dado cuenta?, preguntó Betha algo apenada.

_!No creo! Además estábamos celebrando tu cumpleaños. Replique. Hace mucho que no teníamos algún motivo para estar contentos, y ninguno se arrepiente de nada, y si esta es nuestra última reunión juntas, pues valió la pena. Así que estemos relajadas y esperemos a ver que se traen entre manos.

_Si, pero y si nos castigan por ello, dice April.

_Entonces celebraremos en el castigo, y solté una carcajada picara. Los chicos quisieron tranquilizarla, ya que si continuaba así podía delatarnos; y no era conveniente en ese momento que nos descubrieran.

_Oye April, si quieres te puedes quedar detrás de nosotros, cuidaremos de ustedes dice Yngyi.

_Si claro, seguro que si nos matan a todos, tú me protegerás, olvídalo, si tenemos que responder por ello, lo haremos. Dice algo molesta.

_Ok está bien no dije nada, parece que te levantaste de mal humor hoy. Es mejor quedarme lejos, replicó más molesto aun Yngyi.

Creo que algo paso anoche entre ellos, pero April no quiso contar nada, así que no la moleste por ello, solo pude decirle que solo fue un pequeño agasajo entre nosotros mismos, algo de licor no hace daño.

Además, los guardias deben estar igual que nosotros, ellos consiguieron el licor. Así que solo vamos y vemos que pasa. Lauren y Mike venían detrás de nosotros, algo tramaban, aunque me gustaba verlos juntos, no podía sacar de mi mente lo que me había dicho Lauren hace algunas semanas.

_¿Te preocupa algo? Me preguntó Ángel tomándome de la mano.

_No, no para nada, todo está bien, sonriéndole. Aunque quería decirle que estaba asustada, de sólo pensar que podía pasar algo, pero mejor no preocuparlo, tenía que esperar a ver qué pasaría allí adentro. Sé que él se preocupa por mí, pero no quiero que este preocupado por mis dudas y temores.

Al llegar a la sala de operaciones, estaban reunidas varias personas, entre ellas la psicóloga, el entrenador, el Capitán Rivero y el Teniente Lewis. El Teniente nos pidió que nos sentáramos y prestáramos mucha atención a lo que nos iban a decir, de ello iba a depender nuestra misión.

_Bueno chicos, se que quizás esto ha sido muy duro durante estos meses, el trabajo de entrenamiento, y las conversaciones con la psicóloga, dice el Capitán Rivero.

Hemos conocido mucho de ustedes y sus vidas, para ninguno ha sido fácil estar lejos de casa, de su familia, saber que cada mañana debes luchar por todo lo que está bien y es correcto, quizás en este momento no lo entenderán, pero sé que en algún momento de sus vidas, cuando puedan percibir de las personas toda la realidad, comprenderán porque hicimos todo esto. No quiero tampoco hacerles creer que esto tendrá algún tipo de justificación, sin embargo, cuando conozcan toda la verdad, quizás puedan entender que el fin justifica los medios.

Akasha, el Génesis de la RebeliónWhere stories live. Discover now