ONE- SHOTS Juliantina

No te vayas...

POV Juliana.

La extrañaba. Extrañaba sus ojos. Su mirada. Su aroma. Extrañaba cada manía. Extrañaba todo de ella.

Por idiota la había perdido.

Otra noche más en compañía del alcohol, mis lágrimas y este dolor que me consumía cada día.

Me perdí en mis pensamientos, recordando aquel día, la primera vez que la vi.

Flashback.

Caminaba como siempre con mis audífonos puestos, dirigiéndome a mi cafetería favorita.

Al entrar saludé a mi amiga Lucy, quien me respondió con una sonrisa.

-lo mismo de siempre? -me Pregunto sabiendo que siempre le pedía lo mismo.

-si, por favor - le respondí con una pequeña sonrisa.

Al cabo de unos minutos ella me entregó mi pedido y al dar la vuelta para dirigirme a mi lugar preferido, choqué con alguien que provocó que se derramara mi café, lo bueno fue que no me cayó encima, pero mis zapatos no tuvieron la misma suerte que mi ropa.

-lo siento, lo siento, no te vi - me dijo aquella persona.

-no te preocupes, no pasa nada, yo tampoco te vi - dije sin levantar la mirada, solo me limpiaba el poco café que quedo en mi brazo.

-Dios! Que tonta que soy, lo siento en verdad, mira tus zapatos los arruine! - y si tenía razón mi zapatos estaban manchados. Levante la mirada para decirle de la manera más sincera que no tenía nada de que preocuparse pero entonces la vi.

Era la chica más hermosa que había visto, sus ojos azules eran los más hipnotizantes que recordaba haber visto en mi vida.

- yo... - no sabía que decir, quede completamente cautivada por ella.

-lo siento en verdad, déjame lavo tus zapatos o algo - y entonces recordé la situación en la que estaba.

-eh...no... no, no te preocupes- le regale una sonrisa.

-bueno, entonces te invitaré un café y no acepto un no por respuesta - ni siquiera respondí cuando ella ya estaba ordenando dos cafés -por cierto soy Valentina.

Fin del flashback

Quien diría que ese día sería el comienzo de mi historia con ella. 

Un sollozo escapó desde lo más profundo de mi interior.  La extrañaba demasiado, pero para ella ya todo había terminado.

Que debería hacer? Si no quería escucharme, se que cometí el estupido error de darle su espacio, pero eso solo provocó que nos alejáramos más.

Ya no podía seguir así, ya no quería esperar algo que quizá no pasaría. Yo la amaba pero no era suficiente para hacerla cambiar de opinión.

Merecía la oportunidad de ser escuchada Pero ella simplemente se negó hacerlo y me pidió unos días para pensar las cosas. Pero estaba harta, cansada y dolida de esperar, de buscarla y sentir su rechazo constante.