La chica de la barra.

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Me sentía muy feliz, libre, con agallas de hacer lo que se me diera la gana y es que la noche era perfecta, el ambiente era muy intenso en este lugar.

La música atravesaba mis oídos fuertemente, mis latidos aumentaban cada vez que escuchaba a la gente gritar a mi alrededor, no podía escuchar nada más que no fuera música, y eso me gustaba, ver a las personas bailar de manera sensual, rozando sus cuerpos, sudando y ver sus caras llenas de deseo y lujuria.

Caminaba entre la multitud y sentía la mirada de varios chicos sobre mi, no podía negar que me encantaba provocar eso en ellos, pero lo que más me gustaba era sentir la mirada de mi siguiente víctima.

Me senté en la barra y pedí un shot de vodka, lo tomé de golpe y pedí uno más, me voltee para quedar de espaldas y poder examinar mejor el lugar, muchas personas me conocían e intentaba llamar mi atención invitándome tragos o seduciéndome desde lejos, pero esas personas no tenían la mínima atención de mi.

Esta noche sentía que sería diferente, sentía como si estuviera esperando a alguien sin saber quien, posaba mis ojos en todas las personas que están en este lugar, chicos alcoholizados, guapos, niños de papi tal vez,  también habían chicas que me miraban esperando una invitación mía, eran lindas no podía negarlo pero ninguna me atria, seguí buscando con la mirada y no encontré nada interesante o fuera de lo normal.

Pase unos minutos más buscando pero nada captaba mi atención, quizá me emocione de más y solo sería otra noche como de costumbre. Me giré nuevamente a la barra para pedir otro trago y entonces la vi.

Tenía una blusa pegada al cuerpo y usaba jeans rasgados, su cabello lo tenía atado en una coleta alta, veía como se movía con agilidad atendiendo a las personas, su piel es de tez morena clara pero no lograba muy bien ver su rostro, supongo que esa era la razón por la que no la había visto, ella esta en el lado contrario de la barra donde había más gente y donde estoy yo era el lado VIP, solo estábamos unas cinco o seis personas.

No sé cuánto tiempo pasé sentada ahí observándola de lejos, me era imposible apartar mi mirada de ella.

-hola - una voz me saco del encanto en el que aquella mujer me había sumergido. Al girarme me encontré con una chica rubia, ojos claros y muy linda, acompañada de otra chica más con características similares.

- hola

- espero no molestar, pero mi amiga y yo nos preguntábamos si querías pasar un buen rato con nosotras - me dijo coquetamente, no había razón para negarme pero esta noche no quería eso.

- Primero, gracias por la invitación y son muy lindas las dos pero... estoy esperando a alguien, así que... - lo cual era una total mentira y me sentía muy tonta al dejar ir este par de chicas.

- oh ya veo, en ese caso si te animas estaremos por allá - me hizo una señal para mostrarme donde estarían. Saco un pequeño papel de su bolsa y lo puso en la barra - me puedes llamar también si gustas.

- claro, lo mantendré en cuenta- ambas se acercaron y me dieron un beso en la mejilla para alejarse después.

- vaya, no es de mi incumbencia pero, acabas de rechazar a dos chicas hermosas que literalmente se te echaron encima? - dijeron atrás de mi, al voltear era ella. La chica de la barra. Y cielos, es preciosa. Si de lejos se veía muy bien, de cerca es perfecta.

- si, no es la primera vez qué pasa, pero no quiero eso esta noche.

- cualquier hombre mataría por estar en tu lugar

- supongo que si

-te lo lleno? -señaló mi vaso que solo contenía hielo. Asentí y observé cómo hacía cada movimiento.

- te invitaría uno, pero creo que no puedes, cierto?

- cierto. Nos prohíben ingerir en hora de trabajo.

- y si te lo invito después? - pregunte lo más suave que pude para no asustarla.

- a las tres de la madrugada? No es un poco tarde para eso? - ella sonrió

- la noche es joven - le devolví la sonrisa

- si para cuando termine mi turno sigues aquí sin aceptar invitaciones de chicas o chicos entonces aceptaré el trago

- en ese caso, trataré de no moverme para no llamar la atención - sonreí egocéntricamente

- muy bien, regreso más tarde, tengo que seguir atendiendo. - y sin más, se alejo moviendo sus caderas dándome una buena vista de su trasero.

Mire la hora 11:45 pm. Tenía que esperar más de 3 horas. Suspiré, sería una noche larga.

Seguí tomando pero un poco menos, no quería emborracharme, la primera hora había pasado tranquila, observando a las personas y disfrutando de escenas un poco sensuales que me regalaban chicas en la pista, pero el resto de la espera no fue tranquila para nada, me estaba hartando un poco de rechazar tanto hombres como mujeres.

- hola linda, te gustaría ir a bailar un rato?

- no gracias - respondí lo más amable que pude.

- vamos, te la pasarás muy bien - el tipo me miraba sin pudor.

- no lo creo.

- puedo invitarte a mi departamento y te lo demostraré. - se acercó más a mi invadiendo mi espacio personal.

- ya te dije que no y por favor aléjate.

- oh vamos, hermosa, te he observado y tienes rato aquí sentada, déjame darte una noche que jamás olvidarás - tomó mi mano con la intención de convencerme pero alguien más me zafó de él.

- ah estado aquí por qué me estaba esperando, pero adivina qué? Ya estoy aquí, así que puedes irte.

- así que son ese tipo de chicas, genial, que les parece si nos divertimos los tres?

- que te parece si mejor te vas antes que llame a seguridad? - le respondí ya harta de su presencia.

- seguridad no me hará nada, saben quien soy?

- No y no nos importa. Llamaré a seguridad. - le respondió la chica

- vamos nena, no hagas eso si no quieres perder tu empleo. - el tipo término con mi paciencia.

- muy bien, suficiente. Te vas de aquí ahora.

- no me pueden echar! Soy el coordinador de una de las empresas más importantes de este lugar.

- si?

- ya te hice cambiar de opinión? - preguntó egocéntricamente.

- no. Al contrario. - levante la mano y en menos de un minuto ya están dos guardias de seguridad detrás de él. - llévenselo y sáquenlo discretamente, no queremos mala fama aquí.

- si señorita. - lo tomaron de los brazos, pero el se zafó de uno de ellos.

- te vas arrepentir de esto! No sabes de lo que soy capaz!

- No, no lo sé, pero de lo que estoy segura es que te metiste con la persona equivocada.

- no eres más que una zorra lesbiana! Eso es lo que eres - me grito molesto.

- claro que si, y también soy la dueña del lugar y presidenta de la empresa Carvajal. Espero hayas disfrutado tu noche, por que a partir de mañana empezarás a buscar un nuevo empleo. Me aseguraré que te despidan. - el tipo quedó tan sorprendido que se puso pálido en segundos.

- pre...presidenta? Eso es mentira nosotros tenemos un presidente!

- mi hermano Guillermo. Bien todo está dicho. Llévenselo.

-No! No! Espera! Perdón! No sabía.... - se lo llevaron gritando y lo sacaron por la parte de atrás.

- espero que eso no sea un inconveniente y ya no quieras aceptar mi invitación. - dije viendo como la chica me miraba curiosa y sorprendida.

- me esperaste y rechazaste a las personas, cumpliste tu parte, yo cumpliré la mía.

Continuará....

ONE- SHOTS  JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora