Clichés Horijinales (izuko x momo )

Futuro

Eran los únicos que aún estaban despiertos, sus ojos bien puestos en el otro a pesar de tener fuego dividiéndolos. La fogata seguía igual de viva que hace horas, todos ya se habían retirado a dormir, mañana era el último día de campamento después de todo, las ansias de irse de este infierno y probar una cama de verdad era lo que la mayoría anhelaba.

Excepto ellos.

Ella tenía sus manos sobre sus muslos, su cabello suelto y puesto de un costado, pequeños shorts de tela, una polera con tirantes y un corazón palpitante.

El descansaba sus brazos sobre sus muslos también, solo que el tenia las piernas abiertas y su mirada baja, el polo negro y los shorts jeans combinaban a la perfección con sus clásicas deportivas rojas.

Sabían lo que iba pasar, sin embargo, ninguno se atrevía a mover la primera pieza.

-"Que harás después de graduarte…?"-pregunto el varón. La respuesta llego unos momentos después.
-"Estaba planeando crear mi propia agencia, aunque para empezar deberé conseguir trabajo en una"-sonrió-"Que hay de ti?".
-"Togata senpai me dio una oferta de empleo en la agencia de Nighteye"-informo.
-"Ya veo…"-acaricio su larga cabellera, sus ojos evadiendo los suyos.

El silencio de la noche hablo por unos segundos, los grillos les cantaron una melodía.

-"Me gustaría…"-volvió a hablar-"…me gustaría que estuvieras en el"-dijo sonrojado.
-"En… que…?"-detuvo sus manos, sus mejillas se pintaron levemente de rojo.
-"Mi futuro"-dijo con sus ojos bien puestos en ella.

La muchacha evito su mirada, sus labios se contrajeron y sus manos apretaron inconscientemente su melena. Estaba tan avergonzada…

-"L-las…"-inhalo una gran cantidad de aire-"…las relaciones e-entre héroes son i-inestables, no t-tienen futuro".

Su respuesta fue un duro golpe al joven, su corazón se estrujo por la que dijo, la verdad dolía.

-"Ya veo…"-sonrió a pesar de todo, poco a poco fue levantadose, listo para irse.
-"P-por eso…!"-su amiga le gano en pararse-"Si uno de los dos, p-pues…"-su ceño se frunció, una de sus manos fue llevado a su pecho-"…si y-yo me abstengo de ser heroína por un tiempo… podría funcionar!".

La fémina termino con su rostro completamente rojo, sus ojos bien abiertos y sus labios bien escondidos. Estaba petrificada, no supo que fue lo que le había impulsado a decir tales palabras.

-"Uh… perdóname pero…"-llevo una mano por detrás de su cabeza-"…como así?"-cuestiono intrigado.

La pelinegra trago saliva con dureza antes de decir en voz alta.

-"C-contraer matrimonio! Eso es a lo q-que me refería!"-miro a un lado molesta.
-"O-oh…"-sin embargo-"…pero aun no entiendo cómo-".
-"Necesito un tiempo para acostumbrarme ok? Nunca fui una ama de casa"-se encogió de hombros.
-"Ah…! Ahora entiendo"-se sintió mas aliviado.

Suspirando cansada, la muchacha se abrazó a si misma por el frio. Unos cuantos segundos después se encontró siendo abrazada del hombro por su acompañante, el frio se fue inmediatamente.

Los dos continuaron viendo la fogata en esa posición.

-"T-te… te gustaría formar una familia?"-pregunto de la nada, la mirada de sorpresa de su pareja le hizo entrar en pánico-"En u-un futuro! Me r-refiero yo!".

El rojo volvió a subirle al rostro, los nervios le habían hecho decir tonterías.

-"Una familia suena bien, creo que serias una buena madre"-le atrajo más a él.

Sus mejillas ahora se sintieron cálidas, igual que su interior.

-"Tengo curiosidad…"-dijo más relajada, su cabeza descansando en su hombro.
-"De…?".
-"Como se verían nuestros hijos".

Epilogo.

Un gran retrato familiar, uno único en toda la mansión Yaoyorozu, pues era el inicio de una nueva generación. Una que tenía muchas pecas y ojos verdes en su familia, el cabello negro era algo que no podía simplemente desaparecer, más sin embargo, si podía ser modificado.

El lacio era cosa del pasado, los rizos eran el futuro ahora.

La leyenda que estaba por debajo de la colosal fotografía tenía como resaltante dos palabras de entre toda la descripción.