Aftercare parte 3

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El salón era un caos, Momo se sentía diminuta ante las escépticas miradas de sus compañeras, todas insistiéndole en que se quite la enorme bufanda roja amarrada en su cuello. Sus ojos miraron por entre sus amigas hasta enfocarse en la verde cabellera de su pareja.

Izuku no había tenido tanta suerte como ella, apenas entro al aula con la gran bufanda negra en su cuello, Kaminari y Mineta sospecharon al instante. Sero fue quien le quito de un zarpazo el accesorio.

Ahora todo mundo comentaba en voz alta de la rojiza marca de dientes en su piel, todos mandándole miradas de tiempo en tiempo a ella.

No pasaba nada… mientras que en su novio solo era una, en Momo ya hacían más de tres huellas en distintas partes de su cuello. Que habían tenido en la cabeza al pensar que tal cosa sería una buena idea?

19-Privacion sensorial

Odiaba no poder sujetarla, olerla, besarla o siquiera verle, lo único que se le había permitido era escuchar y sentir placer. No sabía en que pose estaba, mas eso ahora no le importaba, lo único que le carcomía en curiosidad era su gesto, el rostro que siempre adoraba ver cuando hacían el amor.

-"M-momo…"-dijo su nombre, su tono de voz era totalmente rendido, sumiso ante al control de su pareja.

Escuchaba como sus sexos creaban obscenos sonidos cada que ella caía en su pelvis, daría lo que sea por poder quitarse la venda de sus ojos y ver como su amada le cabalgaba. Un beso profundo y frustrado logro satisfacer su deseo por sentirla junto a él.

Sus gemidos hacían eco en su cabeza, atontando su cerebro y aumentando su libido a niveles peligrosos. Podía liberarse en cualquier momento, desatarse de la silla en la que Momo solía estudiar de su cuarto e ponerla boca abajo en la cama, pero se sentía demasiado enamorado de la sensación.

Pronto seria su turno de tenerla a ella privada de sus sentidos y esa sería su cruel venganza.

21-Ahegao

Todo era placer, la combinación de gruñidos gemidos que hacían, el sonido de sus sexos al chocar contra si a una velocidad que ella no creía posible, incluso el gesto que su pareja tenía mientras le penetraba sin cesar. Era como verlo en el campo de batalla, el mismo rostro que ponía al tener su traje de héroe, tal determinación y espíritu…

La volvía loca…

-"Momo…! Ya voy ah…!".

No podía hablar, el regocijo que sentía era simplemente demasiado, Momo solo pudo arquearse y apretar con fuerza las sabanas de su cama, su dentadura se cerró violentamente y una sonrisa obscena se formó en su rostro. Izuku también paso por algo parecido, sus manos sosteniendo en lo alto ambos tobillos, levantando sus piernas lo más posible para que pueda apoyarse y dar un último empujón que le llevo al clímax.

Izuku cayó rendido a su lado, sentía como si hubiera hecho toda una mañana de ejercicios…

-"Lo siento si m-me salí un poco de control…"-giro a verle.

Sus palabras no llegaron a la joven, la pelinegra aún estaba en su mundo, sonriente y con su respiración agitada, Momo poco a poco fue cayendo inconsciente hasta quedar dormida.

Tal parece que con un cinco por ciento ya era más que suficiente para llevar a su pareja al nirvana.

24-Afrodisiaco

-"Vamos Yaomomo! Vive tu juventud! Cuando sean mayores quizá y casi nunca tengan tiempo para una buena revolcada"-dijo Mina, abrazando del hombro a la pelinegra y poniéndole el frasco rosa frente a sus ojos-"Es la última que me queda y en verdad necesito el dinero"-puso los ojos de cachorro.
-"Nuestra vida íntima esta más que bien…"-dijo indignada y orgullosa al mismo tiempo-"…lo comprare solo porque eres mi amiga"-saco su billetera.
-"Eres la mejor!"-exploto en felicidad.

Estando ya en su cuarto y con el afrodisiaco reposando en su mesa de noche, Momo vio curiosa el frasco y su peculiar liquido color rosa, sabia de la existencia de este tipo de cosas pero nunca creyó que fueran efectivas.

-"Quizá…"-fijo su vista en la bandeja de plata encima de su cómoda, una taza de té y otra de jugo.

Hoy Izuku venía a su cuarto a tener una de sus clásicas veladas de lectura, aunque supuestamente leer era a lo que se reunían, hace ya una semana que no intimaban…

-"Momo! Soy yo!"-llamo el peliverde a su puerta.

Pensando profundamente al respecto, Momo se decidió por poner verter un poco del afrodisiaco al jugo favorito de su pareja.

Solo por si acaso pensó antes de ocultar el estimulante e ir a abrir la puerta. No era como si fuera a hacer un cambio demasiado drástico… o sí?

A la mañana siguiente

Sábado por la mañana, Mina, Toru y Kyouka ya hacían desayunando en la cocina tranquilamente hasta que su vicepresidenta entra silenciosamente con sus manos apoyándose en la pared y o cualquier cosa que este a su lado. Su caminar gracioso llama la atención de todas, su cabello desordenado y su pijama mal puesta le dan apariencia de vagabunda.

-"Demonios Yaomomo, parece como si no hubieras dormido toda la noche!"-comento Mina-"Que acaso tú y Midoriya se divirtieron anoche?"-bromeo.
-"Cállate"-dice secamente, su semblante molesto.
-"Uh… estas bien?"-pregunta Kyouka.
-"No me d-digas que…"-Toru suspira sorprendida.
-"Toma"-saca el frasco que Mina le dio y lo estampa contra la mesa con furia-"Puedes botarlo, no me importa"-dice para luego empezar a tomar vasos y vasos de agua sin parar.

Nunca… nunca más vuelve a comprarle algo a Mina. Jamás.

…y tampoco vuelve a darle algo que pueda aumentar ligeramente la ya absurda estamina de Izuku, sería una nueva regla de oro que marcaría con fuego en su cerebro.

31-Tema Libre (Celos y venganza? No se cómo se le dice a esta clase de genero)

Pocas veces se enojaba, se necesitaba de horas y horas de insultos o molestias de todo tipo para que perdiera la paciencia y se dejara llevar por la ira… pero incluso ella tenía su límite.

-"S-si… así…"-puso todo de sí en pensar las palabras adecuadas para encender a su pareja.
-"Baja u-un poco la voz, el resto podría e-escuchar…"-explico su pareja, empujando contra su ser a un ritmo normal.
-"No me importa… que e-escuchen si quieren…"-comenzó a empujar contra él, su rostro paso a mirar al piso y sus codos se pusieron contra la puerta del baño.

Sabía que estaban escuchando, se había aseguradoque así fuera, no le importaba si Kaminari grababa audios o si Mineta intentaba o lograba abrir la puerta, incluso le agradecería al pequeño pervertido. Esta era su forma de vengarse, de demostrarle a Mina que Izuku estaba fuera de límites.

Ya estaba cansada de tener que soportar sus constantes coqueteos con su novio, antes lo tomaba a la ligera, pero verla todos los días y con un tal descaro…!

-"L-la música… la música y-ya no se escucha fuerte…"-advirtió Izuku, su agarre en sus caderas perdió fuerza.
-"No importa! Izuku…"-giro a verle parcialmente-"…cógeme más fuerte"-verle tragar saliva con dificultad aseguro el éxito de su plan.

No le importaba lo que haya dicho, ya había perdido la vergüenza en las decenas de prácticas que hizo en su espejo antes. Ahora solo quedaba dejar que su amante haga el resto en tres, dos…

-"Ah…! S-si…"-eso había sido real, normalmente se contenía siempre que lo hacían, pero ahora se aseguraría de ser lo más sucia posible. No era tan difícil cuando Izuku asaltaba como pistón su entrada.

Quería que escuchara, que se diera cuenta lo loco y primitivo que tenía al peliverde por ella, por ella y por nadie más… se aseguró de dejarse llevar y gemir lo más obscenamente posiblemente. No aumento la voz, quería que escuchara los gruñidos que su amante hacia al hacerlo con ella.

Algo que nunca tendría por más que se le insinuara, podría darle besos en la mejilla y tocarle casualmente en son de broma… pero esto no lo tendría, ni en sus sueños ni en esta vida.

-"Gah…!"-un quejido de parte del muchacho finalizo con sus envestidas, Izuku se dejó caer en el retrete y Momo cayo lentamente apoyada de la puerta.

Demostrar lo que era suyo nunca había sido tan placentero antes.

Clichés Horijinales (izuko x momo )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora