Discusiones de 7 días

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Discusiones de 7 días.

Era la sexta llamada y Stiles seguía sin responder.

El comportamiento adolescente era tan predecible y cliché cómo Derek lo esperaba; aunque, eso no lo hacía menos doloroso y pedante.

Después de la cena desastrosa en la casa Hale, los Stilinski se habían retirado al siguiente día con una expresión tranquila en el rostro. Los Hale se mostraron amables con ellos, invitándolos a una siguiente reunión mensual. Hasta Derek quería que ellos regresaran a conocer, a pesar de que ese primer encuentro no fue para nada cómodo como lo habría querido.

Stiles dejó de presionarlo, regalándole una mirada vacía y una simple despedida con su mano al aire. No le dirigió la palabra ni ninguna mirada de más.

La espalda de Stiles nunca había sido una vista dolorosa para Derek hasta ese entonces.

Y el sheriff, que trató todo lo posible de no meterse en los asuntos de su dijo, simplemente le dedicó unas pequeñas palabras.

«Te deseo suerte para la próxima, Derek».

Y ahora, siete días después de la reunión, el pobre hombre seguía sin recibir noticias de su chico.

Podría ser gracioso lo miserable que se sentía justo ahora sí le estuviera pasando eso a alguien más. Incluso, Derek recordó una vez en donde Parrish estaba decaído por la distancia que Lydia había puesto entre ellos tras una pequeña discusión que habían mantenido; y él, siendo el hombre tan centrado y maduro que era, se burlaba cada segundo que los suspiros decaídos de su compañero se escuchaban alrededor.

Definitivamente, el karma era una perra.

Pero luego cayó en cuenta de algo. Parrish pasó por eso. Y el día de la graduación él estaba más que feliz con Lydia. Eso quería decir que lo habían superado. Eso, a su vez, quería decir que Derek tenía esperanzas de solventar su triste y desastrosa situación.

Entonces, guardó su teléfono dentro del bolsillo del pantalón y emprendió su camino hasta la casa de Parrish.

***

No es que hubiera sido una mala idea. Porque no, no lo fue. Pero... tampoco fue tan bueno como se lo habría esperado el asistente del sheriff.

Derek llegó a eso de las dos de la tarde a la casa de Parrish. Ese momento él no estaba de turno, al igual que su compañero, por lo que tenían tiempo suficiente para hablar de cosas de hombres; Derek, por supuesto, estaba contando con que él estaría solo en la comodidad de su hogar disfrutando de los minutos tranquilos de la soledad.

—Sigo diciendo que debiste haber tocado. —reprochó por décima vez Parrish mientras agarraba la taza de café con los dedos prensados.

Resulta pues que no. Parrish ya era un hombre hecho y derecho, con dos o tres años mayor que Derek, lo que quería decir que tenía sus necesidades como cualquier otra persona de su edad; y Derek, confiando como sólo él puede estarlo, entró a la casa de su compañero con el juego de llaves que le había prestado en una ocasión que realmente necesitaba salir de apuros. Parrish tenía visita; y las bonitas piernas de Lydia apretadas alrededor de la cintura de él lo confirmaban.

—Te sigo repitiendo que eso ya pasó y que no fue mi intención. —el rostro ruborizado profundamente de Derek no daba tregua a la vergüenza que sentía; estaba tan abochornado y apenado con lo que había visto.

Lydia fue la más madura entre los tres y se retiró con calma hacia la habitación de su novio para cambiarse adecuadamente. Derek se quedó con Parrish mientras él se colocaba la camisa y dejaba que la situación de haber sido descubiertos se encargara de calmar sus hormonas.

Cosas de Adultos ||Sterek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora