Sólo son 6 años

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Derek nunca fue del tipo de persona que se fijaba en los detalles. Él actuaba rápido, se enfocaba en lo que pasaba en ese mismo instante; y sólo después, cuando ya todo había concluido, es que caía en cuenta de las pequeñas cosas.

Eso lo metía en problemas muy amenudo. En especial cuando le tocaba hacer su trabajo de vigilancia.

Un ejemplo claro era ese mismo instante.

Él tenía a un ladrón de tiendas acorralado contra la dura pared de ladrillo; el tipo tenía mala cara —en especial después de la épica paliza que recibió de Derek luego de haberlo amenazado con una navaja—, y de lejos se veía que la sangre entre sus dientes no era el causante de su mal aliento. Pero en fin, Derek estaba haciendo su papel de héroe de las cuatro de la tarde; por lo que se le podía dejar pasar ciertas cosas.

Entonces el sheriff llegó en persona a la escena del crimen.
No es como si hubiera pasado algo muy grave que ameritara su imponente presencia de jefe; pero el sitio que habían asaltado era la tienda de comida rápida favorita de él, así que tenía que asegurarse que todos los empleados estuvieran bien (al igual que esas exquisitas hamburguesas grasosas que Stiles le tenía prohibido comer). Derek, por su parte, tenía bien agarrado al tipo por lo que fue más fácil para el sheriff trasladarlo hasta la patrulla policial.

Derek recibió aplausos de los curiosos y una ración de papas fritas gratis por parte de la dueña. Su rostro colorado lo hacía más tierno y extrañamente caliente; aunque eso incomodaba bastante a algunas personas presentes.

El sheriff le agradeció a Derek. Su sonrisa cansada le iluminó el rostro momentáneamente.

Porque después una mueca extraña apareció en su cara. Como si hubiera visto a algún idiota destrozar una hamburguesa con sus pies en el suelo.

Derek no sabía que pasaba, por lo que optó por preguntarle.

El sheriff sólo negó, regresando su habitual expresión de calma que le caracterizaba. Entonces él se fue y dejó a Derek en medio del callejón sintiéndose extraño, como si inconscientemente hubiera hecho algo muy malo.

¿Cuál fue el detalle que Derek se perdió?

El rojizo y sutil chupetón que tenía en el cuello.

Chupetón que se veía sumamente reciente.

Como si se hubiera hecho la noche anterior.

Cosa que, misteriosamente, si había pasado en ese mismo orden de ideas.

Derek no lo sabía, pero su falta de atención a los detalles le causaba muchos problemas en su vida personal también.

***

Esa misma noche Derek llegó a su loft.

Él hombre estaba cansado y algo abochornado.

El sheriff se la pasó observándolo con esa misma extraña mueca que llevaba en el momento apresar al ladrón; y Derek, por más despistado que fuera en algunos momentos de su vida, se dio cuenta de que la cosa era con él. Hasta Parrish le preguntó que le había hecho al jefe para ponerlo tan pensativo.

La sorpresa obvia era que él no tenía ni idea.

Por lo que, cuando su turno se acabó, Derek estuvo más que feliz de tomar sus llaves e irse a casa.

Él pensó que descansaría en la paz de su oscuridad elegida; rodeado del sonido del viento que se colaba a través de la ventana mientras que la única iluminación sería la tenue luz de la luna que se infiltraba con tranquilidad.

Pues no.

Derek no tendría descanso ni siquiera en la comunidad de su hogar.

—Stiles. —saludó con un nudo en la garganta.

Cosas de Adultos ||Sterek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora