-está todo listo?-pregunta Hisame mirando a Sasha.
-si, mi señora-dice volteando a ver a los cazadores que esperaban ansiosos las órdenes de su señora.
-debemos destruir ese gremio-dice nuevamente a Sasha.
-solo de la orden e iremos-concluye el soldado caminando escaleras abajo.
Hisame se encontraba sentada en el trono que le correspondía a la derecha de su padre. Miraba nerviosa a los 10 soldados que tenía esperando órdenes; está seria su primera misión como Velandi y quería que todo saliera a la perfección.
-hija mía, quiero vivo al jefe de los traidores-menciona Alucard cuando su hija se levanta para ir con los soldados.
-si padre-dice haciendo una reverencia.
Todos caminan detrás de ella mientras se dirigen al patio que daba a la salida norte del castillo para cabalgar hasta las tierras baldías donde se ubicaba el cuartel.
-crees que sea un cuartel importante?-pregunta Zeke, un soldado de alto rango que los acompañaba.
-lo es-interviene Hisame-el hecho de que esté tan cerca del pueblo indica que es una base de observación, desde allí miran los movimientos de nuestra gente, y no solo eso, también de los soldados que los custodian.
Todos se quedaron callados mientras acomodaban y montaban a sus respectivas monturas. Hisame iba a lomos de su semental negro y blanco.
Miro de reojo a Sasha quien se había transformado a su versión demonio. Nuevamente dirigió su mirada al frente y respiró de manera pausada. No tenía miedo pero al ser esta su primera misión lo que menos quería era perder gente.
-vamos!-grita dando la orden para que las pesadas puertas de acero se abrieran dando paso al cabalgar de los soldados.
Mientras tanto Dante, quien estaba escondido en una torre observaba la escena. Sabía que lo que se aproximaba era malo, muy malo.
Hizo una mueca y corrió a sus aposentos, allí, escondido dentro de su abrigo estaba un fragmento de espejo. Utilizó aquel artefacto para ver el cuartel norte.
-maldición-espetó al ver que todos los soldados estaban allí incluyendo a su padre y al líder de aquel lugar.
Eran muchos si, pero un ataque sorpresa era la perdición para aquellos soldados. Se sentía impotente y más porque había descubierto el plan de ataque apenas esa mañana al ver a Hisame vestida con armadura y capa.
Se sentó en la cama a esperar, tal vez los soldados de Hisame eran pocos, tal vez su padre podría sobrevivir y no ser capturado, tal vez ellos ganarían esta pelea...Pero las estadísticas estaban en su contra.
Mientras, Hisame llegaba a unos metros de aquel cuartel. Era grande pero no parecía tener muchas defensas externas.
Sus soldados estaban posicionándose mientras ella supervisaba desde un barranco cercano con vista directa a aquel lugar. Sasha estaba a su lado esperando órdenes.
-estás listo?-pregunta Hisame mirándolo.
-siempre estoy listo-en ese momento un pequeño resplandor lejano se vio en el cielo, era la flecha que indicaba que todos estaban listos para el asedio.
Hisame sacó su arco y miró fijamente el lugar. Al rededor de el se pintaron viejas runas que harían de barrera para evitar un escape.
La misión era matarlos a todos menos a la cabeza, a quien debían llevar viva al castillo.
Justo en el momento en el cual la princesa iba a levantar la barrera, la puerta del cuartel se abrió.
Dos hombres llevaban arrastradas a dos mujeres y un niño. Estos lloraban desesperados por auxilio mientras los magos celestes los ponían de rodillas. Las mujeres estaban desnudas, notablemente lastimadas.
-debieron violarlas-dice con desagrado Sasha.
Hisame no emitía sonido alguno. Sus ojos estaban clavados en la escena que tenía enfrente; uno de los hombres sacó su espada y, cuando Sasha le gritaba a Hisame que diera la orden para salvarlas, atravesó el cuello de la primera mujer en un tajo.
La sangre negra como la noche borboteo de su cuello y boca, el cuerpo cayó de lleno en el suelo creando una piscina a su alrededor. Los otros dos gritaban alarmados mientras los magos, en un ataque de ira o por mero placer, clavaban sus hojas en el cuerpo inerte de la mujer deformándola.
-Hisame por inferno que esperas?!-pero aquellas palabras nunca llegaron a los oídos de la vampiresa.
Porque lo que el demonio no sabía es que su princesa tenía los ojos rojos como fuego ardiente. Sus labios apretados tratando de controlar el impulso que la recorría.
Sus pupilas clavadas en el siguiente movimiento. El segundo mago, en un ataque de morbo aún más violento que el primero, tiró a la segunda mujer, quien parecía la madre de la cría que lloraba alarmada, al suelo. Abrió sus piernas de par en par e insertó su espada en la entrada de la mujer.
El grito de agonía que soltó resonó con fuerza en los oídos de Hisame, excitándola aún más. Finalmente el cuerpo de la espada apreció por el abdomen de la inerte mujer quien había sido atravesada de adentro hacia afuera.
Sasha, ya harto de la inmovilidad de Hisame, le arrebató el arco y la flecha y disparo a las runas. Estás se encendieron en fuego de color negro rodeando por completo la estructura.
Arrojo el arco molesto mientras se lanzaba del barranco a la par que sus compañeros empezaban el asedio al cuartel.
Hisame dió unos cuantos pasos atrás. Sentía como su corazón latía a mil por hora, como su rostro se deformaba en una mueca de locura total, como su sangre corría a través de sus venas como lava hirviendo. Tenía sed, mucha, y fantaseaba con los cuellos de quienes estaban a unos metros más abajo de sus pies. Fantasías de cómo se ahogaban en su propia sangre, de cómo le rogarían perdón y se arrodillarían ante ella, de cómo arrastraría sus cuerpos con su montura.
Empezó a mirar con odio aquel lugar donde luchaban sus compañeros, su respiración se volvía más agitada a medida de que escuchaba las espadas y los hechizos resonar en la estructura, sus ojos rojos fijos en los cuerpos ensangrentados y abiertos de las dos mujeres.
Corrió hacia atrás alejándose del barranco. Sasha volteo por unos pocos segundos para descubrir que Hisame no estaba allí.
De golpe todos los presentes pararon para mirar hacia aquella dirección. Un fuerte rugido resonó entre las montañas.
-no puede ser-dijo Sasha al ver las enormes alas de dragón negro parecer entre los picos.
Aquel animal no parecía ser Marco. Era un poco más grande, pero su apariencia era más aterradora aún. Su cabeza estaba coronada por dos largos cuernos que iban hacia atrás como los de una gacela, rodeados de varias espinas. Sus alas estaban desgarradas en la parte inferior y la cola estaba llena de grandes espinas como casi toda su línea dorsal.
Encima del el, como una mota blanca, se veía a Hisame. No se detallaba su expresión a esa distancia pero si sus intenciones.
El animal volvió a rugir de manera rabiosa mientras ascendía hacia las nubes.
-qué demoni...-soltó un mago celeste.
-AL SUELO-ordenó Sasha a sus soldados al ver la silueta bajar a toda velocidad directo hacia ellos.
El dragón soltó una ráfaga de fuego tan oscuro como la noche sobre la estructura haciendo que se rompiera en mil pedazos.
Sasha vio de cerca aquel animal. Sus ojos, antes amarillos, estaban como los de su jinete, rojos como la sangre...
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La hija de la oscuridad
FanfictionDespués de varios meses de tortura para Alucard este por fin logra tolerar su solitaria vida como el rey de Inferno. Pero todo se vendrá abajo cuando un día sus exploradores encuentran un bebe que en su mano tiene la gran marca del Dragón. Alucard...