Hisame seguía con la vista clavada en Dante. Sus ojos estaban encendidos, pero no sabía si de rabia o emoción de verle.
-tú eres el hijo del traidor de...-Dante lo cortó.
-su majestad, os pido que no me juzguéis por los crímenes de mi padre, yo soy diferente-dice Dante con una rodilla hincada en el suelo.
-tus palabras son políticas pero no las creo-Dice acercándose peligrosamente a Dante-el fuego siempre deja las mismas cenizas.
-me parece que sus palabras son justas-Interviene Hisame. Yokyū la agarra por el brazo.
-su majestad no creo que sea prudente..-la corta.
-ya lo dije y lo repetiré, me parece que sus palabras son justas-dice fuerte a su padre.
-eres muy política hija mía-dice Alucard levantándose en toda su altura-pero debo ser estricto con esto.
Agarro a Dante por el cuello y sacó su espada.
-como quieres morir chico?-dijo sádicamente mientras sus ojos se tornaban rojos como la sangre.
Justo cuando la espada iba a atravesar el cuello de Dante el sonido metálico de las espadas chocando lleno el ambiente.
-y yo debo ser estricta con mi postura-dice Hisame sosteniendo a Psicosis justo en el cuello de Dante para frenar la espada de su padre.
Alucard retrocedió y miro severo a Hisame.
-está no es tu...-Hisame lo corta.
-batalla? Cuanto más tendré que esperar para que dejes de mirarme como una niña?!-gruñe aún con su espada en mano.
Dante observaba silenciosamente la situación. No estaba asustado, para nada, había sido entrenado para esa situación.
-Hisame-amenaza Alucard.
-por favor-suplica.
-arg está bien, vivirá, pero será supervisado 24/7 por los guardias, no quiero que este bastardo este sin vigilancia-dice Alucard a Yokyū-en cuento a ti, hija, dejaré de tratarte como una niña cuando dejes de portarte como tal-dice antes de mirar a Dante con odio y salir a pasó largo.
Dante se levantó y miro a Hisame.
-gracias princesita-dice burlón.
-si fuera tu-dice desvainando a Demencia-no gastaría saliva, que no dejara que mi padre te cortara en cuello no significa que yo no lo haré-gruñe siguiendo a su padre.
Dante la siguió a ella.
-ay vamos princesita, te olvidaste de mi?-dice aún burlón.
Hisame se voltea y apoya la hoja de ambas espadas en el blanco cuello de Dante.
-lamentable no-gruñe-lárgate de aquí, ni siquiera sé porqué viniste en primer lugar.
-para hablar con tu padre, estoy harto del mío-dice riendo.
-asilo? Eres estúpido o solo finges?-Hisame retira las espadas de su cuello y sigue caminando-mi padre jamás te protegerá, créeme, a la primera señal de que muestras un comportamiento agresivo te pondrá la cabeza mirando tu espalda, y si el no lo hace lo haré yo, entendido? Ahora lárgate de mi vista, tengo cosas que hacer.
Dante trago saliva. No tenía miedo, pero jamás se imaginó que la hija de Alucard (y a quien tenía que conquistar por mero deporte) fuera tan ruda y peligrosa, la realidad era que, ni con un entrenamiento de 100 años, podría enfrentarse cuerpo a cuerpo con esa chica. El era un mago, pero Hisame era todo al mismo tiempo, y a la vez era nada.
La siguió en silencio y conservando las distancias, pensante de su siguiente movimiento. Paro en frente de un arco de piedra gótico que daba a un enorme jardín lleno de estatuas.
Busco con la vista a Hisame y la encontró arrodillada en frente de la estatua más limpia y arreglada del jardín. Camino despacio para escucharla y verla mejor.
-mama-susurró Hisame mientras dejaba unas rosas rojas en las manos de aquella estatua
Dante no reconocía quién era aquella mujer a la que Hisame le hablaba. La detalló con cuidado. Su rostro era afilado pero simétrico, sus ojos eran profundos carentes de color en la piedra. Llevaba un vestido y una espada entre las manos.
"Mama" pensó Dante "está debe de ser Akuma, maldita sea, la vampiresa más letal de todas" apretó la mandíbula.
"Parezco estúpido de no saberlo, Alucard jamás podría derrotar a una vampiresa como esa, así que se casó con ella" Dante rodó los ojos "casi lo mismo que tendré que hacer yo a este paso"
-Lárgate de mi vista antes de que te dispare-Dante fijó su vista en Hisame quien estaba meditando a los pies de la estatua.
-solo quería ver qué haces-mintió
-haré algo horrible si no desapareces en menos de lo que zumba una flecha-advirtió aún con los ojos cerrados.
-que?-en ese momento Dante abrió los ojos como platos.
Una flecha pasó rozando su mejilla, dejándole un leve corte en la misma. La flecha se clavó en la pared de piedra al fondo del jardín.
-ya deberías de haber desaparecido-dice Hisame encima de una columna gótica en medio del jardín.
-cómo demonios?!-Dante ahora sí estaba impresionado-quien eres? Que coño eres?
-soy la hija de Vlad Tepes III y Angelic Sahin, mejor conocidos como Alucard y Akuma, soy un demonio-sonrió de tal manera que era el reflejo viviente de su padre-y te juro por Inferno que si te atreves a volver a este jardín te clavaré una flecha en el pito-ríe.
Dante gruñe y sale del jardín, sigue por el pasillo de piedra y suelta otro gruñido de molestia.
-maldita sea!-gruñe en voz alta-es una maldita presumida.
Mientras en el jardín de los reyes Hisame volvía a su posición a los pies de la estatua de su madre.
-es un maldito bastardo-dice acomodando su arco en sus piernas antes de cerrar los ojos y volver a la meditación.
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La hija de la oscuridad
Hayran KurguDespués de varios meses de tortura para Alucard este por fin logra tolerar su solitaria vida como el rey de Inferno. Pero todo se vendrá abajo cuando un día sus exploradores encuentran un bebe que en su mano tiene la gran marca del Dragón. Alucard...