Capitulo 2

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-me parece que deberíamos hacer una coronación digna-opina uno de los demonios de la corte.

-a mi también, es la primera vez en nuestra historia que tenemos una princesa, pero..como vamos a explicárselo a los crepusculares? Digamos que decir que la reina está muerta y luego decir que tenemos una princesa es algo...inconsistente-agrega otro.

-es un buen punto.

-por qué no simplemente explicamos que Akuma sobrevivió hasta que logró dar a luz?-agregan

-si, es la mejor opción pero podríamos causar revuelo acerca de donde está la reina.

Toda la corte empezó a discutir, Alucard simplemente se quedó callado, su mente no se separaba de la pequeña que había llegado a su vida. La corte se reunía cada semana pero esta vez casi parecía diaria la asistencia a aquel lugar.

Frotó sus ojos, estaba algo cansado, seguía consternado por cómo iba a ser un padre. El era un psicópata, un demente y un sádico, como demonios sería un padre tierno y gentil?! Por amor a todo el comía gente!

Pero recordó que la pequeña era una vampiresa y una demonia también, podía enseñarle a ser tan demente como el, claro está si es que no lo llevaba en su sangre ya.

-su majestad por qué no se va con la princesa? Se le nota cansado-intervine Yokkyū.

-gracias Yokkyū, sugiero que todos descansen, hemos estado en sesión más de 3 veces esta semana-Alucard se levanto-ya resolveremos como explicarlo a los crepusculares.

Todos asintieron y sonrieron, se levantaron y salieron animadamente. El humor de Alucard había cambiado bastante desde la llegada de Hisame, sus ojos tenían más color, su presencia ya no era triste.

Abandonó la sala y se dirigió a la torre donde estaban las habitaciones, entro a la que habían adaptado para su hija. Allí estaba una cuidadora con la pequeña en brazos.

-su majestad-hizo una reverencia-la princesa acaba de comer.

Alucard asintió y se acercó a ella.

La pequeña lo miro con sus ojos vino tinto y alzo sus brazos hacia el, Alucard sonrío ampliamente y la cargo.

La cuidadora salió y Alucard miro a su pequeña.

-vamos a ver a tu mamá si?-Alucard agarro la pesada manta de piel que reposaba en la cuna y la envolvió.

Salió con ella en brazos hasta el patio trasero, allí donde las estatuas de los reyes se alzaban con toda la gloria que merecían.

Se acercó a la de su mujer. Limpio con su mano enguantada  la nieve que cubría la estatua.

-mira Hisame, ella es tu mamá-dice Alucard, la pequeña mira con atención la estatua blanca y suelta un sonido-me encantaría que estuviera con nosotros-agrega.

La bebe alzó sus brazos hacia la estatua y Alucard la agarro con más fuerza, le dolió el alma ver cómo la pequeña desesperada lloraba pasivamente para que Alucard la soltase y la dejara ir con ella.

-no Hisame, tu mami no está con nosotros, no físicamente-le dice y se agacha, arranca una rosa roja-pero princesa siempre te estará protegiendo-la bebe acaricia los pétalos de la flor y se calma-igual que yo.

La pequeña se pega al pecho de Alucard con la rosa en las manos, Alucard trago varias veces y miro el oscuro cielo, lo que daría porque Akuma estuviera ahora a su lado.

-gracias-susurra la estatua.

La pequeña desvía su atención, sus pequeñas manos sostienen con fuerza la rosa que Alucard le había puesto.

La hija de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora