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Silver hiba en camino a casa de la pequeña Marine.
Estando en frente de esta, toco la puerta, salio a su encuentro Ray, la ardilla voladora, vestía con un paño azul alrededor de su cuello, que hacía juego con sus zapatos, muñequeras, e incluso con sus ojos, y no se ha de olvidar la banda de los lentes que tiene puestos.

- Hola Ray -saludo con una sonrisa, se había vuelto amigo de ellos desde que se encargaron del cuidado de Marine.

- Hola Silver -este se notaba algo agitado.

- Estuviste jugando con Marine, ¿cierto?

- Sí -suspiro-, esa niña es bastante enérgica -ríe nervioso.

- ¿Estas solo?

- Sí, Mighty acaba de salir con...

- ¡Silver! -grito alegre, interrumpiendo al ojí-azul.

- ¡Capitana Marine! -ambos se abrazan sonrientes-, ¿lista para irnos? -le tendió la mano "formalmente".

- ¡Claro que sí! -toma la mano de este, y se van-, ¡adiós niñera!

- N-nos vemos luego Ray -y ambos se alejaron.

- -este resbaló por el marco de la puerta hasta llegar al suelo- Al fin solo -suspiro aliviado.

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- Quiero un helado Silver.

- Como ordene Capitana - ríe de tan solo pronunciar aquel nombre.

Llegaron a una heladería no muy lejos de donde estaban, sentándose en una pequeña mesa dentro del local, Marine estaba toda embarrada, mientras qué Silver solo reía por sus desfiguros.

- Creo que deberías usar una servilleta -rió.

- Hmp -tomo una servilleta y se limpio-, ¿han encontrado algo sobre ella? -pregunto sin rodeos.

- Bueno -rasco su mejilla-, es algo leve, pero estamos seguros de que...

Silver no dijo nada más, su pequeña amiga comenzó a llorar de felicidad.
Él albino solo le sonrió con ternura, sabía que podía llegar a pasar. Aunque, la gente los miraba como si fueran unos raros.

- Es bueno escucharlo -se limpio las lágrimas, no le gustaba que la vieran llorar-, bueno... Entonces encuentrala pronto -le mando, con sus mejillas infladas.

- -le dio unas palmaditas en su cabeza- Dalo por hecho pequeña.

- ¡Yo soy tú Capitana!, y no soy ninguna pequeña -se cruzo de brazos.

- Jaja, claro que lo eres -acaricio sus cabellos-, pequeña Capitana -ríe.

Se pasaron bromeando, hasta que terminaron su helado. Una joven chica se acerco a la mesa a recibir el pago, le era cocida a Silver, como si un vago recuerdo le viniera a la mente, por un momento su cabeza dolió, pero nada... Y solo lo paso de largo.
La chica se despidió de ellos muy cordial y amable, al igual que ellos.

- ¡Vamos al parque!

Y ahí hiban de nuevo, corriendo hacia el lugar destinado. Marine y Silver jugaban a las atrapadas, hasta que ya cansados, se quedaron sentados en una banca, inhalando todo el aire que habían perdido.

- Me alegra no jugar esto contra Sonic -la niña ríe, seguido del chico.

En eso un par de chicas se les acercan, al parecer, ellas parecían ser gatos, y eran lindas, se debía admitir.
Marine y Silver se miraron confusos.

- Hola...

Saludo una de ellas, Marine frunció el ceño, Silver se confundió más, ¡¿qué estaba pasando?!.

UNA HISTORIA SILVAZEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora