8.

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Silver se despertó, estirándose, bajo a a la cocina, y se encontró a Shadow, en unos asuntos, mientras que Silver se acercaba a la mesa a desayunar lo que Shadow le dejo.
El albino se sobresalto al ver a Omega frente a él, pero aún así lo saludo, y el robot correspondió.
Al parecer Rouge no estaba en casa, como desde ayer, y eso parecía importarle poco a Shadow, y Silver, él sabía bien que ella era capaz de cuidarse sola.

— Bien -se levantó de la mesa-, ya me tengo que ir Shadow, gracias por dejarme quedar aquí.

— No me agradezcas... Además, tú fuiste quien decidió quedarse aquí, me obligaste a dejar que te quedaras -miro con seriedad al albino.

— -ríe- Nos vemos Shadow -cierra la puerta tras él.

Silver caminaba tranquilo por aquellos lugares, ese era un día muy importante, tendría que ir a Mobius Desaster, y no iría solo, lo acompañaría su pequeña amiga Marine.
Y llegó a su casa, y se encontró a Knuckles, en su rutina diaria, discutiendo con Rouge.

— ¡Maldita rata con alas!

— ¡Cabeza hueca!

Y discutían sin parar, sin notar la presencia del albino, y ya fastidiado, se atino a caminar frente a ellos.
Pero aún así no paraban, no lo notaban.

— ¡Oigan, estoy aquí! -grito algo molesto.

— ¡Tú no te metas! -ambos le gritaron.

Silver no se aguantaba las ganas de gritar, y explotó.

— ¡Ya besense! -soltó eufórico.

Ambos le proporcionaron dos golpes al albino.

— ¡Callate imbécil! -la albina lo golpea.

— ¡No digas incoherencias! -este lo golpea-, ¿quién querría salir con algo tan feo?

Y recibió un golpe de la murciélago, y allí van, de nuevo a lo mismo.
Silver entro a la casa, se puso su chaqueta, y tomo una Esmeralda que tenía en una pequeña cápsula que Tails le había dado.
Y salió, evitando a el dúo ruidoso.

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Silver ya estaba frente a la puerta de su amiga Marine, al tocar, Ray salió, y antes de decir algo, Marine salió disparada y tiro a la ardilla al suelo.

— Estoy lista -dijo entusiasmada, y cargada con un montón de cosas.

Silver ayudo a Ray a levantarse, este aún estaba mareado, y termino recargando se en el marco de la puerta.

— ¿Estas bien Ray? -le sonríe.

— Sí, sí, no te preocupes, me suele pasar a diario.

— Bueno, Silver y yo no vamos -esta jalo al albino-, ¡nos vemos niñera!.

— ¡No me llames así! -grito molesto, amenazando la con su mano, y terminó cayendo al suelo-, esa enana.

Y ellos no eran los únicos que irían, Silver necesitaba ayuda para abrir el portal, y acordó con Sonic en un lugar, pero su sorpresa fue al ver al azabache sosteniendo una Esmeralda en la mano.

— ¿Y tú qué haces aquí? -dijo curioso.

— ¿Pues tú que crees?. Iré contigo -rodó los ojos.

— Pero.. . ¿No se supone que Sonic nos acompañaría? -rasco su mejilla.

— No irá, tiene algunos asuntos que atender.

— Dime con que te soborno -soltó entre risas.

— Eso no importa ahora.

— -el ojí-rubí, caminaba por la calle sin rumbo, pero un erizo terminó estampadose contra él- ¿Y a ti qué te pasa? -le dijo con molestía.

UNA HISTORIA SILVAZEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora