⚔️𝗙𝗿𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮 1002 𝗱.𝗖⚔️

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¿Alguna vez han hecho algo prohibido?¿Y por más que saben que está prohibido no tienen la fuerza o no quieren dejar de hacerlo?

Bueno, así era como me sentía en esos momentos. 

El hablar con los Lords cuando no era estrictamente necesario estaba completamente prohibido, mucho más el salir con ellos.

Si es que se podía decir que Kol y yo estábamos saliendo. No habíamos dicho explícitamente nada.

Habían pasado un par de semanas desde la noche en los jardines, no habíamos hablado mucho del tema, pero se podía notar un claro cambio desde ese entonces. Habíamos dado pequeños paseos , nos habíamos visto por pequeños lapsos de tiempo, para no levantar sospechas de nadie.

Aunque tampoco había estado mucho tiempo con lady Aurora, ahora que pasaba cada tiempo que podía con el joven Niklaus, bueno...no quería que muchos estuviéramos cerca.

Por lo que ahora me pasaba la mayor parte del tiempo en la cocina o limpiando áreas comunes del inmenso palacio.

Aquella noche estaba limpiando los cuadros y retratos de los pasillos, no era una tarea muy entretenida en particular.  Pero un pequeño grito llamó mi atención.

Lo escuché una sola vez, pero el sonido del eco me guio hasta su fuente. Era un pasillo oscuro, apenas unas pequeñas velas lo alumbraban, tomé lo primero que encontré a la mano, en este caso un candelabro para acercarme  al extraño bulto que estaba formado en una de las paredes.

— S-sea quien seas camina hacia atrás, muy despacio — intento sonar firme pero la voz me falla al instante

Ni siquiera sabía que hacía en ese momento. Tal vez algún instinto suicida.

El extraño bulto con forma de hombre dejó caer el cuerpo de una chica, no recordaba su nombre pero sabía que era parte de la servidumbre del castillo. Al darme cuenta de esto di un pequeño brinco, apenas podía notar su pecho subir y bajar en signo de que seguía viva.

El desconocido seguía estando de espaldas, pero algo en su silueta se me hacía conocido.
Involuntariamente comencé a dar pequeños pasos hacia atrás.

— Date la vuelta...— digo temerosa aferrando más al candelabro en mi mano

Ahogo un pequeño grito al ver a Kol con la boca y ropa cubiertas de sangre , sus ojos estaban cubiertos por extrañas venas, lo cual sólo lo hacían ver más aterrador.

No sé cómo o cuándo, pero para cuando menos me di cuenta ya me encontraba corriendo a través  de los largos pasillos de la corte.

No llegué muy lejos cuando fui azotada contra una de las puertas, Kol me había acorralado contra esta y tapaba mi boca con una de sus manos para que no gritara o pidiera ayuda.

— No voy a hacerte nada — habló Kol con voz rasposa cerca de mi 

El olor a sangre llegó hasta mi y me hizo cerrar los ojos con fuerza, yo ya me daba por muerta en ese momento.

Kol me tomó de brazo y me llevó a sus aposentos, donde cerró la puerta y finalmente me dejó ir.

Me arrinconé en una de las esquinas de la gran habitación, mi corazón latía a gran velocidad y mis sentidos estaban completamente alerta.
 Solo observo como Kol se limpia los restos de sangre de la cara con un gran cuenco con agua que está en la habitación, y el como se quita la parte superior de sus prendas para quitarse la que igual estaba manchada. 

Mis mejillas se tornan rojas ante la vista de su cuerpo, aunque siga en shock por lo que vi hace unos minutos.

— ¿Eres uno de ellos? ¿De los demonios chupasangre? — Por fin tengo el valor para preguntar.

El Primer Linaje ᵏᵒˡ ᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora